Investigadores japoneses hacen un rat¨®n sin padre por ingenier¨ªa gen¨¦tica
El experimento vence la barrera natural que impide la partenog¨¦nesis en mam¨ªferos
Hay muchas especies de plantas y animales en las que la reproducci¨®n es un asunto enteramente de las hembras, sin intervenci¨®n de la dotaci¨®n gen¨¦tica masculina. Se denomina partenog¨¦nesis, pero en mam¨ªferos esta forma de reproducci¨®n, es decir, la activaci¨®n de un ¨®vulo sin fertilizaci¨®n, no se produce en la naturaleza. Ahora unos investigadores japoneses lo han logrado aplicando t¨¦cnicas de ingenier¨ªa gen¨¦tica y han construido un rat¨®n hembra nacida de dos madres, sin necesidad de padre, pero viable hasta el punto de que se ha reproducido normalmente.
La reproducci¨®n sexual en los mam¨ªferos asegura que el nuevo individuo tenga genes de los dos progenitores, el padre y la madre. Los cient¨ªficos llevan tiempo pregunt¨¢ndose por qu¨¦ es as¨ª, y ahora, gracias a la investigaci¨®n que presenta hoy en la revista cient¨ªfica Nature Tomohiro Kono (Universidad de Tokio) y sus colegas, tienen algunas buenas pistas. Los investigadores japoneses han logrado hacer Kaguya, la ratoncita producto de partenog¨¦nesis que ha alcanzado la edad adulta en estado saludable y ha tenido descendencia.
?Quiere esto decir que se abre la v¨ªa a la fabricaci¨®n en laboratorio de cr¨ªas de mam¨ªfero sin padre? Hasta ahora, los intentos de hacer mam¨ªferos por partenog¨¦nesis hab¨ªan fracasado porque los embriones no sal¨ªan adelante: mueren en torno a los 10 d¨ªas de desarrollo. Pero este es precisamente el territorio de investigaci¨®n de Kono, que ha intentado repetidamente hacer embriones s¨®lo a partir de material gen¨¦tico femenino y otros s¨®lo contando con dotaci¨®n cromos¨®mica masculina.
Pero hasta ahora, en los embriones con exclusivamente cromosomas derivados de la madre, se desarrollaban poco los tejidos extraembrionarios necesarios para el avance del embri¨®n y ¨¦ste mor¨ªa poco despu¨¦s de ser implantado, explican David F. Loebel y Patrick P.L.Tam en un comentario que publica tambi¨¦n Nature.
Por el contrario, los embriones que contaban s¨®lo con cromosomas paternos se desarrollan con retraso, aunque los tejidos extraembrionarios crecen bien. "Esto parece indicar que las copias paternas de algunos genes son m¨¢s importantes para el desarrollo del tejido extraembrionario y las copias maternas son m¨¢s esenciales para el desarrollo fetal normal ", sugieren los dos expertos.
La raz¨®n estar¨ªa en que los cromosomas de la madre y el padre no son exactamente equivalentes sino que expresan algunas prote¨ªnas o se?ales qu¨ªmicas diferentes, y la combinaci¨®n de ambas hacen que funcionen correctamente los genes implicados en el desarrollo embrionario. Estas prote¨ªnas o se?ales, las llamadas improntas, son lo que persiguen Kono y sus colegas.
El procedimiento de ingenier¨ªa gen¨¦tica utilizado en el experimento es complejo, pero el resultado es que los cient¨ªficos japoneses han logrado inactivar algunas de esas improntas clave en la dotaci¨®n gen¨¦tica femenina y han logrado as¨ª que entren en funcionamiento las ¨®rdenes de origen masculino que est¨¢n presentes siempre en el ovocito, aunque en la reproducci¨®n sexual normal queden silenciadas. Una dotaci¨®n cromos¨®mica as¨ª masculinizada se ha introducido en un ovocito maduro de otra hembra con dotaci¨®n normal para obtener un ¨®vulo diploide (como los fecundados por espermatozoides) que se ha desarrollado con normalidad.
As¨ª han logrado dos cr¨ªas de rat¨®n hembras aparentemente normales, aunque s¨®lo una ha alcanzado la edad adulta, Kaguya. El experimento "es una buena prueba de que la expresi¨®n incorrecta de genes con esas se?ales o prote¨ªnas de impronta es una de las principales razones por las que no ha sido posible la partenog¨¦nesis natural en mam¨ªferos", se?alan Loebel y Tam. "Lo que no se comprende a¨²n es por qu¨¦ ha evolucionado tal barrera a la reproducci¨®n por un ¨²nico progenitor".
Aunque parezca que esta investigaci¨®n abre la puerta a la reproducci¨®n de mam¨ªferos sin participaci¨®n alguna del padre, los cient¨ªficos advierten que dadas las importantes lagunas de conocimiento en que a¨²n est¨¢n envueltas esas se?ales de los genes y su regulaci¨®n, la participaci¨®n de los machos en la reproducci¨®n sigue siendo necesaria.
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