Sacro connubio

Esperan los mon¨¢rquicos la boda principesca que tiene el fin primordial de la sucesi¨®n, sobre todo de un varoncito que un d¨ªa ser¨¢ rey, si es que no ha llegado antes la rep¨²blica que se espera; el cuento cl¨¢sico del pr¨ªncipe y la villana que termina con el "comieron perdices", propio de la imaginaci¨®n de cuentistas hambrientos que so?aban con manjares. Esta pareja y sus cuatrocientos invitados selectos, pero no necesariamente arist¨®cratas -?que liberalismo!-, van a tener una cena -previa a la boda- que no ser¨¢ "moderna", dicen los dos cocineros m¨¢s selectos del mundo que preparan: Ferran Adri¨¤ y Arzak. Solo cuatro o cinco platos: pero no ser¨¢n "provocadores", aseguran. No hacen la tarta, ni tampoco los pasteleros madrile?os: se ha encargado al famoso Torreblanca, de Elda. Ah, pero los confiteros madrile?os enviar¨¢n la suya y esperar¨¢n a ver cu¨¢l parten los c¨®nyuges, probablemente con el espad¨ªn de SAR, que ir¨¢ vestido de militar (naturalmente, naturalmente). De la tarta despreciada pueden salir las brujas malas, como en los cuentos odiosos escritos por despechados.

Quiz¨¢ sea m¨¢s caro el banquete que el arreglo de las calles por donde ha de pasar el cortejo: tres millones de euros que paga el Patrimonio Nacional: tapar agujeros en las calles, limpiar fachadas, restaurar palacios, ampliaci¨®n de la vajilla de Limoges -la de oro que pose¨ªa la familia real se fue al exilio en 1931: todo estuvo calculado, y luego hubo que venderla en el extranjero-; y habr¨¢ tambi¨¦n gastos municipales, y de la comunidad; y de alg¨²n ministerio para cubrir la carrera de guardias, visibles e invisibles.

?No es un esc¨¢ndalo? Hay republicanotes que creen que s¨ª, c¨®mo son ellos: no se dan cuenta de que todo esfuerzo por conseguir un heredero varoncete, como debe ser, sin necesidad de acudir a la ciencia biol¨®gica -ahora se hace parir a ratitas sin necesidad de semen: un alivio, un mundo sin varones, del que ya es preludio el gabinete Zapatero- lo merece todo. Ellos creen que la Jefatura del Estado deb¨ªa ser por elecci¨®n y por cuatro a?os; y hasta la Fiscal¨ªa General, y el Constitucional. Mani¨¢ticos. Es mejor creer que "todo poder viene de Dios", que el bisabuelo del contrayente era Rey "por la gracia de Dios" (as¨ª lo dec¨ªa en las pesetas de plata que a veces ve¨ªa yo) y que por tanto es preciso comida de lujo, tarta de Elda, cortejo radiante, paso por un Madrid pintado. No se les convence. Gritan: "?Qu¨¦ verg¨¹enza!". Ser¨¢ suya: no la de los actores de la boda.