La era, la f¨¢brica y el limbo
La Trilog¨ªa de la juventud, el ¨¦xito mayor y m¨¢s duradero del teatro alternativo, retrata el despertar a la vida laboral de tres generaciones: la que empez¨® a ganarse el pan en el campo, durante el primer franquismo; la que lo hizo en los barrios obreros en v¨ªsperas de la democracia, y la que lo intenta hoy en los conglomerados urbanos posindustriales. Los protagonistas de Las manos, primera parte del tr¨ªptico, viven de lo que da la tierra en una legua a la redonda. Por poco tiempo. La mecanizaci¨®n del campo est¨¢ a punto de desplazarlos: de la era, a la cadena de montaje de autom¨®viles; de la casa a ras del suelo, al pisito de protecci¨®n oficial, con tabiques de papel, en una colonia o en un poblado dirigido. Los hijos de estos emigrantes son los protagonistas de Imagina, continuaci¨®n de Las manos. Acaban de empezar a trabajar en la misma f¨¢brica que sus padres, llevan la comida en tarteras de aluminio, duermen en camas mueble min¨²sculas y escuchan a un locutor de radio que es clavadito a ?ngel ?lvarez, aunque que en la realidad en los barrios la gente escuchaba al Mariscal Romero. Casi treinta a?os despu¨¦s, sus hijos lo tienen a¨²n m¨¢s dif¨ªcil que ellos: en 24/7 peregrinan por tiendas franquiciadas y por empresas de trabajo temporal en busca de una oportunidad que no llega. "Lo bueno de los contratos de un d¨ªa", dice Olmo a quien quiera o¨ªrle, "es que puedes haber visto cerrar varias empresas antes de cumplir los veinte".
La primera parte de la trilog¨ªa
se estren¨® en la sala Cuarta Pared, de Madrid, hace cinco a?os, y desde entonces no ha dejado de girar, como Imagina, estrenada en 2001, y 24/7, dos temporadas despu¨¦s. Jos¨¦ Ram¨®n Fern¨¢ndez, Yolanda Pall¨ªn y Javier Garc¨ªa Yag¨¹e, sus autores, han recreado con rigor el lenguaje y el ambiente de tres ¨¦pocas de cambios econ¨®micos y sociales profundos. Imagina refleja el paso de la producci¨®n de bienes duraderos a la de otros de usar y tirar. Fede, el padre de Olmo, cuenta c¨®mo fue su entrevista con Diego, el director de producci¨®n: "Me dice que no quiere un coche que dure veinte a?os. Ni una lavadora, ni una m¨¢quina de escribir. Si la gente cambia de coche cada seis a?os, mejor para todos". Y que le respondi¨®: "Para unos m¨¢s que para otros". En 24/7, las f¨¢bricas est¨¢n siendo trasladadas a pa¨ªses con mano de obra barata y queda poco empleo fuera del sector terciario. Esto es lo que le dicen a Jimmy, ingeniero de telecomunicaciones, en una empresa de trabajo temporal: "?Sabes algo de fontaner¨ªa? Tengo estropeado el ba?o de mi casa y no hay manera de encontrar un fontanero. ?Vas al gimnasio? A lo mejor puedes trabajar de guarda de seguridad. ?Sabes dar masajes?". Acabar¨¢ reparando software. "Eres un veinticuatrosiete", le suelta Paz, una cliente. "Trabajas a cualquier hora del d¨ªa, cualquier d¨ªa de la semana".
Los autores de la trilog¨ªa optaron por retratar a gente de a pie. Los que mandan aparecen en escena brevemente, como contrapunto: ejercen el poder desde un lugar cada vez m¨¢s lejano, y de modo m¨¢s opaco. Ernesto, el hijo del terrateniente, baja a la arena con los mozos del pueblo, y los trata de t¨². Diego recibe a Fede en su despacho. Pero nadie sabe qui¨¦n contrata y despide realmente a los protagonistas de 24/7.
De los tres montajes, ¨¦ste es el m¨¢s arriesgado (el p¨²blico est¨¢ a cuatro bandas, y los actores, rodeados) y el resuelto con trazos menos limpios, como si Garc¨ªa Yag¨¹e, su director, hubiera querido que la puesta en escena fuera una met¨¢fora de la confusi¨®n que viven los personajes.
Es la ant¨ªtesis de Las manos, el montaje m¨¢s luminoso y mejor terminado, que transcurre sobre un suelo de troncos de ¨¢rbol. La escenograf¨ªa, de Juan Sanz y Miguel ?ngel Coso, entra por los ojos. Parece una balsa bordeada de espectadores por tres de sus cuatro costados. Apoy¨¢ndose en ella, en lo inmediato de los personajes y en la proximidad del p¨²blico, los actores alcanzan la mejor interpretaci¨®n de La trilog¨ªa de la juventud. Las manos tiene un pie literario en Delibes, de quien sus autores tomaron prestado un pasaje de Las ratas, y de Puerca tierra, novela de John Berger sobre el campesinado.
Las manos. Del 29 de abril al 20 de junio. Imagina. Julio y agosto. 24/7. Septiembre y octubre. Sala Cuarta Pared. Ercilla, 17, Madrid.
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