El regocijo del cambio
La familia socialista convirti¨® la toma de posesi¨®n de Chaves como presidente en la fiesta andaluza del relevo pol¨ªtico nacional
Fue la celebraci¨®n de la victoria. La familia socialista y agregados convirtieron ayer la toma de posesi¨®n de Manuel Chaves como presidente de la Junta en la fiesta andaluza del cambio en Espa?a. Aunque sin copa ni aperitivo, rein¨® el regocijo sobre cualquier otra sensaci¨®n en la quinta puesta de largo del veterano gobernante, que se trajo de estrella invitada al presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero -a¨²n con la sonrisa del 14-M esculpida en el rostro- y cinco flamantes ministros, entre los que brillaron con intensidad las ex consejeras andaluzas Magdalena ?lvarez y Carmen Calvo, ascendidas a las carteras de Fomento y Cultura.
El exultante protagonista correspondi¨® con un discurso en su inicio afectuoso y sentimental -luego se torn¨® m¨¢s institucional, el cargo obliga- y en algunos momentos hasta intimista. Tuvo palabras para su madre, ?frica Gonz¨¢lez, quien s¨®lo ha asistido a dos tomas de posesi¨®n, en 1990 y ayer (curiosamente, las de mayor¨ªa absoluta); su padre, ya fallecido; su esposa, Antonia Iborra; y sus hijos, Iv¨¢n y Paula, que nunca hab¨ªan acudido a estos actos.
Chaves intercambi¨® varios abrazos con el plet¨®rico ZP. Cuando lleg¨® al antiguo hospital de las Cinco Llagas, vitoreado por un grupo de escolares y ciudadanos arracimados en la puerta, al prometer el puesto y al despedirse. Rodr¨ªguez Zapatero y sus acompa?antes -tambi¨¦n los ministros de Exteriores, Miguel ?ngel Moratinos; de Administraciones P¨²blicas, Jordi Sevilla; y de Interior, Jos¨¦ Antonio Alonso; y el portavoz socialista en el Congreso, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba- estrecharon manos y besaron sin mucho conocimiento a la enjambre humana que les segu¨ªa, una extra?a mezcolanza de autoridades, cargos institucionales, amigos invitados e invitados que aspiran a ser amigos.
La comitiva tuvo problemas para avanzar por los pasillos, bloqueados por el torrente de c¨¢maras que pasaba cruelmente de largo al tropezar con los corrillos de pol¨ªticos de otro signo. Una vez cumplimentada la oficialidad del acto, seguido por los periodistas a trav¨¦s del circuito interno de televisi¨®n del Parlamento por el exceso de p¨²blico, Chaves y Zapatero padecieron un embotellamiento entre la muchedumbre. Dieron vueltas como en una mel¨¦, dirigida por la presidenta de la C¨¢mara, Mar Moreno, hasta desembocar en el sal¨®n de plenos, donde el presidente del Gobierno de la naci¨®n firm¨® en el libro de honor parlamentario, que s¨®lo cuenta con los testimonios del rey Juan Carlos y el pr¨ªncipe Felipe. Escribi¨®: "Para el pueblo andaluz, con mi lealtad para esta tierra, cultura de culturas, para su futuro vivo, joven y creativo; por el v¨ªnculo al mejor proyecto de Espa?a"
En el patio destac¨® la isla circular en la que se encerraron los representantes del PP -Javier Arenas, Te¨®fila Mart¨ªnez, Juan Ignacio Zoido, Antonio Sanz, Ricardo Tarno, y Mat¨ªas Conde-, rota ocasionalmente por alg¨²n apret¨®n de manos de un huidizo Arenas a los viejos conocidos. "Aqu¨ª estoy, de revival", dijo con retranca el nuevo presidente del PP andaluz, que abandon¨® el remozado hospital en 1996 para ejercer de ministro de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y ha regresado presto a pelear dentro de cuatro a?os la mayor¨ªa absoluta a Chaves.
La tribu andalucista no se qued¨® a los pases de sal¨®n y las palmaditas. Quiz¨¢s demasiado contraste con el estado de ¨¢nimo cercano al paroxismo de sus otrora socios. Desalojaron pronto, sobre todo el presidente, Alejandro Rojas-Marcos, que puso pies en polvorosa con asombrosa rapidez. Antonio Ortega, ex consejero de Chaves, fue m¨¢s remol¨®n y se entretuvo en repartir abrazos.
Un error dej¨® fuera de la fila de autoridades a la portavoz de Izquierda Unida, Concha Caballero, y a la alcaldesa de C¨®rdoba, Rosa Aguilar, quien no ces¨® de lanzar pildorazos sobre la situaci¨®n interna de su organizaci¨®n al coordinador, Diego Valderas. ?ste, en un intento de echar balones fuera, recurri¨® a enigm¨¢ticas met¨¢foras, refranes y proverbios populares. El resultado: una desconcertante tertulia s¨®lo para iniciados.
Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n, consejero de Econom¨ªa, emanaba una doble emoci¨®n, la del cargo y la de su estreno como abuelo esa misma ma?ana. La criatura, que se llama Mauro, ha pesado 3 kilos 200 gramos y es natural de Madrid. Hasta la semana que viene no podr¨¢ conocerlo.
Las nuevas consejeras eran observadas con curiosidad -sectores de la oposici¨®n rebrincada ya se refieren a ellas como el gineceo-. El ex presidente del Parlamento ?ngel L¨®pez le coment¨® a Mar¨ªa Jes¨²s Montero, la ¨²nica independiente y consejera de Salud, que estaba seguro de que el recurso de inconstitucionalidad sobre las c¨¦lulas madre hubiera salido victorioso. "Mejor as¨ª", le respondi¨® ella con una carcajada.
La secretaria provincial del PSOE malague?o, Marisa Bustinduy, hizo un pase¨ªllo del brazo de su responsable de Organizaci¨®n, la antequerana Rosa Torres, consejera de Cultura, mientras que la cuota granadina, la titular de Justicia y Administraci¨®n P¨²blica, Mar¨ªa Jos¨¦ L¨®pez, daba detalles de su proceso de elecci¨®n. Seg¨²n cont¨®, Chaves la cit¨® el mismo jueves en San Telmo y le notific¨® destino. "Le dije: presidente, afuera hace 26 grados, pero yo me he quedado escarch¨¢". Micaela Navarro (Igualdad y Bienestar Social), lo supo igual, pero v¨ªa telef¨®nica.
Magdalena ?lvarez estuvo d¨¢ndole explicaciones al secretario de Organizaci¨®n del PSOE andaluz, Luis Pizarro, sobre sus futuros fichajes, y la otra ministra, Carmen Calvo, dando cuenta de sus nuevos r¨¦cord. A saber: estrechar la mano a los 523 funcionarios de su departamento uno a uno.
El alcalde de Sevilla, Alfredo S¨¢nchez Monteseir¨ªn, no dej¨® escapar la ocasi¨®n de barrer para dentro y coment¨® a un grupo de periodistas que Zapatero, quien, dijo, tuvo tiempo de sobrevolar la ciudad en la avioneta presidencial, le hab¨ªa felicitado: "?Hay que ver lo bien que est¨¢ Sevilla!". Lo dicho, rein¨® el regocijo.
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