El tel¨®n de arena
El muro defensivo levantado en 1980 por Marruecos en el S¨¢hara Occidental separa a miles de familias saharauis
Es una mole de arena y alambre de espino sembrada de minas y rodeada de fosos que surca de Norte a Sur el S¨¢hara Occidental. Una barrera que el Gobierno marroqu¨ª levant¨® en medio del desierto a partir de 1980 para poner freno a las incursiones armadas del Frente Polisario, el movimiento independentista que, tras la ocupaci¨®n marroqu¨ª de la ex colonia espa?ola en 1975 y la huida al exilio argelino de los saharauis, se alz¨® en armas para no deponerlas hasta el acuerdo de paz en 1991. Trece a?os m¨¢s tarde la barrera sigue en pie.
Hoy la custodian unos 160.000 soldados marroqu¨ªes instalados en garitas que vigilan a trav¨¦s de los prism¨¢ticos los movimientos de los soldados del Polisario, junto a las patrullas de la Minurso, la misi¨®n de la ONU desplegada en el S¨¢hara desde 1991, y cuyo mandato podr¨ªa ser prolongado otros 10 meses, seg¨²n las recomendaciones del ¨²ltimo informe del secretario general, Kofi Annan, la semana pasada. Un nuevo golpe para los saharauis que ven c¨®mo la soluci¨®n al conflicto se pierde en el horizonte. Marruecos, sin embargo, defiende la vigencia de este tel¨®n de arena como la v¨ªa militar para salvaguardar la "integridad territorial del pa¨ªs".
"Este muro es s¨®lo una muestra m¨¢s del terrorismo que ejerce Marruecos. El muro cuenta con 20 minas por cada saharahui. ?Las v¨ªctimas? Ni?os, camellos y cabras", asegur¨® Brahim Mohamed Mahmud, comandante de la segunda regi¨®n, que comprende un tramo de muro pr¨®ximo a la localidad de Tifariti. Mahmud realiz¨® estas declaraciones ante unos 160 espa?oles, entre los que se encontraban alcaldes, concejales y artistas, que marcharon el pasado fin de semana hacia las pr¨®ximidades del muro para pedir su retirada.
Salem es tambi¨¦n militar. Ahora est¨¢ de permiso en Tinduf, pero desde hace ocho a?os desactiva las minas, gracias a las t¨¦cnicas que aprendi¨® en Cuba. "Yo he visto a muchos morir. Quito entre cinco o seis minas cada d¨ªa. Cuando te acercas te pones nervioso, pero lo mejor es no pensar que te puede estallar", asegura este soldado.
Campos de refugiados
Miles de familias quedaron partidas con la construcci¨®n del muro. Los saharauis que no huyeron viven hoy en lo que ellos llaman "el S¨¢hara ocupado", bajo Gobierno marroqu¨ª. Los del otro lado del muro (unos 180.000) malviven en campos de refugiados en el suroeste argelino o son los n¨®madas que pastorean en la hamada, un mar de rocas y arena, reba?os de cabras y camellos. Unos y otros llevan 28 a?os sin verse. Padres que mueren o hermanas que crecen y tienen hijos son las noticias que traspasan la barrera a trav¨¦s de la radio. S¨®lo algunos afortunados han logrado pasar al otro lado con el programa de visitas de la ONU, que comenz¨® el pasado febrero y del que semanalmente se benefician unos 20 saharauis. Unos 10.000 est¨¢n en lista de espera.
Bachir Rir viaj¨® en el primer grupo de visitas y su experiencia pone de manifiesto lo precario de este experimento, que podr¨ªa quebrarse en cualquier momento. Rir vol¨® de Tinduf a El Aai¨²n, la capital del S¨¢hara Occidental, para ver a su familia, a la que no ve¨ªa desde 1975. "Fue un momento de inmensa alegr¨ªa, siempre hab¨ªa anhelado ver a mi madre antes de que ella o yo muri¨¦ramos", cuenta Rir.
Pero no todo fueron alegr¨ªas durante su visita. Al llegar, la prensa le esperaba en el aeropuerto, y ¨¦l, militante del Polisario, aprovech¨® la ocasi¨®n para para lanzar consignas pol¨ªticas, violando la norma de la ONU de que durante las visitas no est¨¢n permitidas estas declaraciones. "Hoy mi alegr¨ªa es limitada porque el pueblo saharaui sigue viviendo en el exilio, lejos de mi patria", dijo. Las autoridades marroqu¨ªes lo retuvieron durante dos horas en el aeropuerto y finalmente le soltaron. Al salir, una representaci¨®n marroqu¨ª recib¨ªa a los saharauis del otro lado en tres haimas decoradas con banderas marroqu¨ªes y una pancarta en la que se le¨ªa: "Bienvenidos los que regresan a su patria", relata Rir.
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