La foto m¨¢s buscada del Everest
Una nueva expedici¨®n intenta hallar, 80 a?os despu¨¦s, la c¨¢mara fotogr¨¢fica de Mallory para saber si fueron Irving y ¨¦l, y no Hillary, los primeros conquistadores de la monta?a
El 8 de junio de 1924, los brit¨¢nicos George Leich Mallory y Andrew Irving hollaron supuestamente la cima del Everest, la monta?a m¨¢s alta (8.846 metros), y se mataron en el descenso. En 1953, el neozeland¨¦s Edmund Hillary, acompa?ado por el sherpa Tenzing Norgay, la alcanz¨® oficialmente por vez primera. El Everest, convertido 80 a?os despu¨¦s casi en un circuito tur¨ªstico en el que a veces conviven decenas de expediciones profesionales, comerciales o rom¨¢nticas, mantiene intacto el misterio de su primer ¨¦xito. El secreto est¨¢ presuntamente guardado en una c¨¢mara fotogr¨¢fica Kodak Model B que Mallory llevaba siempre consigo y que no ha sido encontrada. En ella se habr¨ªa inmortalizado el momento cumbre.
Ahora, una expedici¨®n patrocinada por un portal norteamericano de internet partir¨¢ con dos objetivos; buscar el cad¨¢ver de Irvine "y darle cristiana sepultura, como quiere su familia" -dice el patrocinador, George Martin- y encontrar la c¨¢mara de los secretos guardados durante ocho decenios.
Los especialistas y la empresa fabricante han afirmado que, a pesar de haber transcurrido tanto tiempo, la pel¨ªcula podr¨ªa ser revelada, ya que al estar quiz¨¢s enterrada a baj¨ªsimas temperaturas, la emulsi¨®n podr¨ªa haber sobrevivido. Sin embargo, el hallazgo de la famosa c¨¢mara se resiste. Ni las expediciones que buscaron los cuerpos de los monta?eros, -el de Mallory fue encontrado el 1 de mayo de 1999 por una expedici¨®n norteamericana liderada por Eric Simonson- ni las posteriores dedicadas exclusivamente a la b¨²squeda del aparato han tenido ¨¦xito.
Las especulaciones son varias. No cabe duda de que Mallory la llevaba consigo, pero no es menos cierto que pudo haberse roto al producirse el fatal accidente o hallarse en un lugar inaccesible o invisible para los buscadores del m¨¢s famoso misterio del himalayismo. Hay quien piensa incluso que todo obedece a un proceso de mercadotecnia, muy habitual en el monta?ismo de gran altura, en el que el misterio es m¨¢s beneficioso que su resoluci¨®n o su abandono.
El hallazgo del cad¨¢ver de Mallory, a 8.300 metros, no resolvi¨® ninguna duda sobre el ¨¦xito o el fracaso de su intento. Se confirm¨®, por sus ropas y por los an¨¢lisis de ADN, que los restos eran efectivamente los suyos, pero no se encontr¨® ning¨²n dato que resolviera la confusi¨®n. Los escritos hallados entonces s¨®lo aportaron pruebas sobre su identidad, pero ninguna relativa a si lleg¨® o no arriba del todo. En las condiciones meteorol¨®gicas en que se habr¨ªa producido la conquista, cuesta creer que Mallory pudiera escribir algo al respecto.
Por otra parte, la c¨¢mara no excluye otras v¨ªas de investigaci¨®n. El hecho de que en las ropas de Mallory no apareciera la foto de su esposa que llevaba consigo para depositarla en la cumbre hizo pensar a algunos que, efectivamente, logr¨® su objetivo. Pero se trata de una suposici¨®n demasiado ligera: pudo perderse como el propio aparato.
Algunas fuentes apuntan a las bombonas de ox¨ªgeno como una prueba m¨¢s concluyente que el hallazgo de una pel¨ªcula fotogr¨¢fica sin garant¨ªa de revelado. Pero tampoco han aparecido. El cad¨¢ver de Irving es la tercera v¨ªa: "No sabemos si esconde alg¨²n dato que pueda arrojar luz sobre este misterio", afirma Martin.
Hay otros elementos m¨¢s subjetivos. El norteamericano Jake Norton, que particip¨® en la expedici¨®n que hall¨® el cad¨¢ver de Mallory en 1999, tiene una duda sobre la posibilidad de que la pareja hiciera cima. Hace tres a?os, Norton declar¨® a este peri¨®dico: "No s¨¦ c¨®mo pudieron destrepar el segundo escal¨®n [una pared de ocho metros a 8.700 metros de altura que hoy se supera con una escalera met¨¢lica all¨ª fijada] con los medios de la ¨¦poca". Hillary, mas cauto, segu¨ªa apelando a la c¨¢mara. "Si no la encuentran, me temo que nunca sabremos lo ocurrido", afirm¨®, tras el hallazgo del cuerpo de Mallory.
Ochenta a?os despu¨¦s de aquella gesta, que lo fue hicieran cumbre o no, por las condiciones en que se produjo, el Everest ya s¨®lo guarda el secreto de qui¨¦n fue el primer alpinista que venci¨® su resistencia. Ahora se mide por r¨¦cords: ascensi¨®n r¨¢pida, n¨²mero de ascensiones, edad de los monta?eros... Pero no por ello ha rebajado su nivel de dificultad en funci¨®n del tipo de ascensi¨®n. Lo cierto es que desde el intento de Mallory e Irving, culminado o no en su segundo asalto, se necesitaron 29 a?os m¨¢s hasta que Hillary consigui¨® hacer realidad su sue?o.
Si la nueva expedici¨®n de b¨²squeda no encuentra la prueba definitiva, habr¨¢ m¨¢s. Nada conmueve m¨¢s que un enigma. La famosa raz¨®n que Mallory dio para escalar las monta?as -"porque est¨¢n ah¨ª", contest¨® cuando le preguntaron por su deseo de ascenderlas- quiz¨¢s haya pasado a mejor vida y hoy prevalezcan otros valores menos rom¨¢nticos. Quiz¨¢s ahora muchos contesten al porqu¨¦ de la b¨²squeda de la c¨¢mara de Mallory con un muy distinto "porque est¨¢ ah¨ª".
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