Los consumidores exigen una ley sobre alimentos 'saludables'

Se llaman alimentos funcionales aquellos que est¨¢n modificados para potenciar sus valores saludables. Estos productos est¨¢n en alza, pero sus propiedades no siempre est¨¢n demostradas, incumplen en ocasiones la ley de etiquetado y son hasta un 190% m¨¢s caros que los equivalentes tradicionales, seg¨²n advirti¨® ayer la presidenta de la Confederaci¨®n Espa?ola de Asociaciones de Consumidores y Usuarios (Ceaccu), Isabel ?vila. La organizaci¨®n critic¨® la carencia de una ley sobre estos alimentos y exigi¨® al Gobierno que regule su composici¨®n y publicidad.

La veterinaria Carmen Arredondo, autora del informe El etiquetado de los alimentos funcionales. Un an¨¢lisis de mercado explic¨® que un alimento funcional es el que ha sido modificado "para que afecte de forma beneficiosa a una o m¨¢s funciones del organismo en las cantidades que se consumen normalmente en la dieta". "Estamos confundiendo los alimentos con medicamentos, cuando con una dieta mediterr¨¢nea variada no hace falta que se tomen productos con propiedades a?adidas", subray¨® ?vila al presentar el estudio.

Entre las alegaciones funcionales m¨¢s frecuentes est¨¢n la de que un alimento est¨¢ enriquecido con vitaminas, es rico en fibra o tiene efectos sobre el colesterol (ver gr¨¢fico). "No son alimentos indispensables, no curan por s¨ª solos y deben demostrar sus propiedades" antes de venderse as¨ª, a?adi¨® ?vila.

En el etiquetado de la mayor¨ªa de los alimentos funcionales "no se indica cu¨¢les son las cantidades m¨ªnimas recomendadas para alcanzar el efecto saludable, no se dice qu¨¦ estudios cient¨ªficos demuestran sus propiedades y no se tiene en cuenta poblaciones como ni?os o ancianos. Adem¨¢s, la ley espa?ola proh¨ªbe que se anuncien con propiedades medicinales", explic¨® ?vila. "La Uni¨®n Europea est¨¢ preparando una ley sobre su publicidad, pero el borrador que conocemos va a aumentar la confusi¨®n", agreg¨® la presidenta de Ceaccu.

Como conclusiones del estudio, en el que se han analizado110 productos, ?vila destac¨® que se est¨¢n conculcando los derechos de los consumidores en tres aspectos: el de la salud, porque se permite "atribuir propiedades curativas a los alimentos sin ning¨²n control"; el de la informaci¨®n, porque se omite c¨®mo act¨²an los ingredientes, las cantidades recomendadas y las precauciones que deben tomarse; y el de la protecci¨®n de los intereses econ¨®micos, porque el aumento de precio "no est¨¢ justificado cuando lo que se vende se encuentra muchas veces en otros productos naturales y, en muchos casos, es s¨®lo una idea de salud".

Carmen Arredondo puso un ejemplo de incumplimiento de estos derechos al abordar la supuesta capacidad adelgazante de unas galletas. "Para que la L-carnitina [una mol¨¦cula que ayuda a metabolizar la grasa] que contienen haga efecto habr¨ªa que comer una caja entera cada d¨ªa, lo que aportar¨ªa 2.600 kilocalor¨ªas, el equivalente a la dosis diaria de una persona normal", indic¨®. Por grupos de alimentos, las principales conclusiones del estudio se exponen a continuaci¨®n.

- Galletas y boller¨ªa. Intentan explicar los beneficios de su composici¨®n (sin az¨²car, colesterol o con b¨ªfidus u omega-3), pero ninguno aporta estudios cient¨ªficos. Para conseguir los efectos anunciados la cantidad a consumir "es completamente desproporcionada".

- Pan tostado. Las alegaciones m¨¢s frecuentes son la fibra y que no tienen colesterol. No se dice c¨®mo act¨²an ni la cantidad m¨ªnima recomendada.

- Pan de molde. Resaltan la ausencia de colesterol y numerosos ingredientes (vitaminas, minerales, fibra). Destaca el Integral Espigas por el "car¨¢cter did¨¢ctico" de su etiquetado y que los Silueta indican la cantidad media recomendada.

- Leche. Combinan propiedades (vitaminas, calcio, omega-3), pero no concretan en qu¨¦ se basan. Su composici¨®n nutricional es muy completa.

- Margarinas y grasa de untar. Las vitaminas y el calcio son sus principales aportaciones. Algunos "propician" la confusi¨®n entre ambos tipos de productos, como con Flora Pro-Activ, aprobada por la UE como grasa amarilla y publicitada como "un nuevo tipo de margarina".

- Leches fermentadas. Su principal a?adido son los probi¨®ticos. El Benecol de Kaiku da toda la informaci¨®n, aunque no se puede ver hasta que se abre.

- Quesos. Ninguno tiene el etiquetado completo. S¨®lo El Caser¨ªo indica la cantidad recomendada.

- Embutidos. Se centran en que son bajos en grasa. Los Casademont explican el efecto de la fibra.

- Bebidas. Incorporan vitaminas y minerales sobre todo. El estudio destaca la "pobreza del etiquetado" de dos productos destinados a los ni?os.

- Huevos y aceites. Incluyen omega-3 y vitamina E. Falta informaci¨®n para el consumidor y los estudios cient¨ªficos en que se basan.