El futuro de Irak se juega ahora
El asedio de Faluya es un ejemplo de libro de supuestos equivocados, esperanzas precipitadas, rivalidad entre el Ej¨¦rcito y los marines y una tragedia convertida en desencadenante, seg¨²n afirman altos funcionarios y analistas militares independientes.
Algunos cr¨ªticos se?alan que el enfrentamiento actual es resultado de la reacci¨®n exagerada de los marines al asesinato y mutilaci¨®n p¨²blica de cuatro estadounidenses que trabajaban como agentes de seguridad para una firma privada, el pasado 31 de marzo. "Tomaron la opci¨®n de la fuerza bruta", afirma Michael O'Hanlon, investigador de la Brookings Institution. Incluso antes del linchamiento, los marines tuvieron enfrentamientos espor¨¢dicos con la resistencia desde que reemplazaron en la zona al Ej¨¦rcito. En los ¨²ltimos d¨ªas, los comandantes de los marines dicen que est¨¢n teniendo grandes dificultades para evitar una ofensiva a gran escala. "Haremos todo lo posible para resolver pac¨ªficamente la situaci¨®n antes de lanzar una ofensiva contra los terroristas dentro de la ciudad", dice el teniente general James T. Conway, m¨¢ximo responsable de los marines en Irak.
El callej¨®n sin salida en que se ha convertido la situaci¨®n en Faluya se ha ido construyendo durante m¨¢s de un a?o. Las unidades estadounidenses han llegado y se han ido de forma tan r¨¢pida de este baluarte de la resistencia sun¨ª, que apenas han tenido tiempo para conocer bien el terreno. Faluya fue ocupada inicialmente por la 82? Divisi¨®n Aerotransportada, que fue reemplazada r¨¢pidamente por el Tercer Regimiento de Caballer¨ªa, que fue a su vez sustituido por una brigada de la Tercera Divisi¨®n de Infanter¨ªa. El pasado verano regresaron las tropas de la Tercera de Caballer¨ªa para ser reemplazadas por la 82?. El mes pasado, los marines se hicieron cargo de la ciudad.
En diciembre, el general Charles H. Swannack, jefe de la divisi¨®n, asegur¨® que el camino hacia la victoria sobre los insurgentes "era escurridizo", al menos en la provincia de Al Anbar, en el oeste de Irak. En febrero, la 82? hab¨ªa dejado de patrullar las calles de Faluya, poniendo una mayor responsabilidad en los cuerpos de seguridad iraqu¨ªes. Pero, a principios de abril, estas fuerzas se replegaron ante los combates.
Aunque reacios a criticar a los militares, los marines que reemplazaron a la 82? dijeron que la decisi¨®n del Ej¨¦rcito de quedarse fuera de la ciudad caus¨® el deterioro de la situaci¨®n de seguridad. Durante semanas, el general Conway y otros comandantes de los marines apostaron por t¨¢cticas que permit¨ªan acercarse a la poblaci¨®n, ganar su confianza y, de paso, conseguir informaci¨®n sobre los insurgentes. Esta estrategia procede del manual Guerras peque?as del cuerpo de los marines y de su experiencia en Am¨¦rica Central. Pero, aparte de la estrategia del guante de terciopelo, los marines tambi¨¦n ten¨ªan la intenci¨®n de que los insurgentes sintiesen su fuerza. "Atacaremos y destruiremos a nuestros enemigos sin herir a civiles", dijo el general James N. Mattis. "Faluya ha sido un problema para la coalici¨®n y para las fuerzas de seguridad iraqu¨ªes desde hace muchos meses", afirma el portavoz de las fuerzas estadounidenses, el general Mark Kimmitt.
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