Cara y cruz de una estocada
La cara fue el lugar elegido -la misma boca de riego- y su perfecta ejecuci¨®n. El estoque qued¨® enterrado hasta la empu?adura y el toro rod¨® sin puntilla en cuesti¨®n de segundos.
La cruz fue que tan bella suerte culmin¨® una faena horrorosa, impropia de quien aspira a ser figura del toreo.
El protagonista, C¨¦sar Jim¨¦nez, pase¨® una oreja todo ufano, mientras en la plaza quedaba la sensaci¨®n de que tan bella muerte no se correspond¨ªa con una labor movida, destemplada, desordenada y ventajista, propia de un pegapases. Comenz¨® a torear de rodillas; cit¨®, despu¨¦s, desde lejos y acompa?¨® la embestida con escaso mando. A partir de ah¨ª, muleta enganchada y toreo perfilero y al hilo del pit¨®n. Toda su labor, eso s¨ª, transcurri¨® en el centro del anillo. En el sexto, un manso con genio, todo qued¨® en un quiero y no puedo porque el toro se hundi¨® en el tercio final.
S¨¢nchez Arjona / Finito, Rivera, Jim¨¦nez
Cinco toros de S¨¢nchez Arjona -el 5?, devuelto por inv¨¢lido-, bien presentados, mansos y descastados; el 6?, de Jandilla, bravo; sobrero de Guadalest, manso. Finito de C¨®rdoba: cuatro pinchazos, casi entera -aviso- (silencio); pinchazo y media (silencio). Rivera Ord¨®?ez: pinchazo y estocada perdiendo la muleta (silencio); casi entera y descabello (silencio). C¨¦sar Jim¨¦nez: estocada (oreja); casi entera (ovaci¨®n). Plaza de la Maestranza, 29 de abril. 15? corrida de feria. Lleno.
Finito no mejor¨® el panorama. Parece una sombra de s¨ª mismo y transmite una deplorable sensaci¨®n de impotencia. Despegado, desconfiado y ab¨²lico, no dijo nada. Adem¨¢s, a la hora de matar se ech¨® fuera con un descaro impropio de su pasada torer¨ªa.
Y Rivera se gan¨® una gran ovaci¨®n al llevar ¨¦l mismo a chiqueros al toro devuelto. La ¨²nica. Su primero era un buey, y al sobrero, bravo y codicioso en el caballo, lo mat¨® el picador, por lo que, l¨®gicamente, lleg¨® sin vida a la muleta. Encima, algunos pitaron al toro.
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