Hallazgos bajo la palabra
?ste es el ¨²ltimo libro, un conjunto de relatos, de la narradora surafricana Nadine Gordimer, premio Nobel de Literatura en 1991. Est¨¢ fechado en 2003 y es inequ¨ªvocamente suyo, tanto en sus contenidos como en ese aire franco con que est¨¢ relatado, despojado de todo ornamento, depurado y directo como s¨®lo puede hacerlo quien alcanza la sabidur¨ªa en el ¨²ltimo tramo de su vida. Nacida en 1923, ha sido durante toda su vida una mujer valiente y una escritora valiente que ha debido soportar en su pa¨ªs el ser blanca y antiapartheid militante y ha comprometido su escritura con la realidad sin ceder un ¨¢pice en la exigencia literaria. Su modo de escritura es un realismo que, en los ¨²ltimos tiempos, ha ido tomando un car¨¢cter esencialista, es decir: ha ido alcanzando ese punto en el que a mayor sencillez corresponden mayor lucidez y mayor concentraci¨®n expresiva.
SAQUEO
Nadine Gordimer
Traducci¨®n de Diego Friera
y Mar¨ªa Jos¨¦ D¨ªez
Ediciones B. Barcelona, 2004
224 p¨¢ginas. 16,50 euros
Los relatos de Saqueo comienzan a modo de cabecero por el que da t¨ªtulo al libro. La palabra loot responde tanto a "saqueo" como a "bot¨ªn". Es una brev¨ªsima fantas¨ªa sobre un terremoto gigantesco que retira el mar dejando al descubierto su fondo; ¨¦ste se llena de saqueadores compulsivos y, entre ellos y distinto a ellos, un hombre retirado que vive de espaldas a su vida anterior y busca un solo objeto que, al fin, encuentra: un espejo. Todo cuanto ha quedado a la vista es, a la vez, detritus y tesoro para ellos. Cuando el mar regresa, como la muerte, todo lo iguala y el hombre singular, los saqueadores enloquecidos, los antiguos piratas y pescadores y los cuerpos de los que fueron arrojados al mar durante la Dictadura quedan bajo el agua, fuera del tiempo, apenas a unos metros de la orilla donde se agitan los escasos supervivientes.
El cuento arropa simb¨®lica-
mente a todos los dem¨¢s del libro. Contiene dos relatos muy largos y el resto son cuentos propiamente dichos. Los dos relatos largos tienen un elemento en com¨²n: el desclasamiento, pero si uno es el relato de un desclasamiento social, un asunto de moral social (Informe de misi¨®n), el otro (Karma) es un arriesgado ejercicio que arranca tambi¨¦n de un desclasamiento social para irse trasladando a otros cuerpos y almas en cadena. En cierto modo es una representaci¨®n del karma, es decir, tanto de la suma de actos que constituyen el destino de una persona como de la idea de transmigraci¨®n; pero es una representaci¨®n literaria, lo que le permite establecer la relaci¨®n de una familia con una casa-testigo, la transmisi¨®n a otra familia de la misma casa, la existencia demediada de una muchacha blanca adoptada por un matrimonio mestizo en ¨¦poca en que las razas no se pod¨ªan legal ni civilmente mezclar, mostrar a una muchacha que realiza un largo periplo de vida que finalmente la conduce al aborto y -¨¦ste es el punto- el reconocimiento de esa visi¨®n sobre la muerte del no nacido y del gemelo de la muchacha blanca que nace y muere en unos instantes, ambos como un ¨²nico ojo que contempla la vida desde la impotencia de no ser y la condici¨®n de eternidad. As¨ª, Saqueo y Karma son dos historias fant¨¢sticas y simb¨®licas que encierran un conjunto de ocho relatos m¨¢s, ¨¦stos s¨ª incursos en el realismo caracter¨ªstico de la autora. Por estos ocho discurren una serie de vidas todas ellas implicadas en el mundo surafricano, pero no creamos que se trata de historias de color local, sino muy al contrario, de alcance universal. As¨ª, por ejemplo, El vac¨ªo generacional es una l¨²cida, divertida y dura inversi¨®n del esquema cl¨¢sico de preocupaci¨®n de los padres por el futuro de sus hijos a una preocupaci¨®n de hijos por el futuro de sus padres; al separarse el padre y buscarse una amante mucho m¨¢s joven se invierte la situaci¨®n habitual: el alocado es el padre y la sensatez, madurez, experiencia y desconcierto pertenecen a los hijos. No hay concesiones, ni siquiera en la imagen final del padre solo porque la mirada de Gordimer penetra como un cuchillo en este mundo de relaciones familiares montado sobre dos voces: la del padre y la del narrador. El modo en que las vivencias de anta?o obligan hoga?o a recobrar v¨ªnculos extinguidos por la costumbre a cuenta de una preocupaci¨®n com¨²n a este grupo de personas es lo que llena el cuento y lo convierte en una dramatizaci¨®n de la convencionalidad social en el que "todos se comportaban como otras personas". Un precioso juego de encuentros y, naturalmente, mucho m¨¢s que un mero juego de encuentros.
Los restantes relatos son
m¨¢s breves y alguno de ellos perfecto, como el titulado Dobles, que tiene un aire que al lector espa?ol le recordar¨¢ el clima de alguno de los relatos semifant¨¢sticos de Cort¨¢zar. Est¨¢ sostenido sobre la imagen de los parados como plaga no agresiva, pero s¨ª instalada, en el campus de un recinto universitario, y lo fant¨¢stico, tratado como una visi¨®n pesadillesca en medio de la realidad, funciona a trav¨¦s de una mimetizaci¨®n del claustro con los mendigos maravillosamente resuelta; como maravillosamente resuelta est¨¢ la escena en que un soldado mete mano bajo la falda a una muchacha en el asiento trasero del coche familiar de ella mientras el padre conduce y les muestra a todos una antigua mina de diamantes: la relaci¨®n imaginaria que se produce en el lector entre la mina y el hallazgo sexual de ella por ¨¦l es un momento de sublime construcci¨®n de la expresi¨®n literaria. En los dem¨¢s relatos -salvo en el titulado L,u,c,i,e- la brevedad permite concentrar una situaci¨®n con extrema intensidad; por ejemplo, en un texto limpio y claro (Homenaje) en el cual el relato que un sicario hace de su crimen se convierte en un estudio del anonimato. En fin, Nadine Gordimer, una menuda, valiente y poderosa mujer y escritora de nuestro tiempo.
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