Soldados dominicanos, pocos medios pero muchas ganas
Todos los militares cumplen ¨®rdenes. Pero media un abismo en las condiciones en que los uniformados espa?oles y dominicanos las ejecutan. Mientras el salario de un soldado raso espa?ol se acerca a los 900 euros, el sueldo mensual de un militar dominicano sin gal¨®n se sit¨²a en 3.000 pesos, una cantidad que ronda los 80 d¨®lares, una cifra algo superior en la moneda europea. Pero, a diferencia de los militares espa?oles sin graduaci¨®n, no cobran ning¨²n suplemento de peligrosidad por haber sido destinados a Irak. Tampoco se quejan, y eso que a diario han sufrido el acoso de los rebeldes. Muchos de los 150 uniformados de la isla caribe?a que ayer partieron por carretera desde Diwaniya hasta el campamento norteamericano de Camp Virginia, en Kuwait, ni siquiera sab¨ªan de los complementos de los que disfrutan sus colegas.
"No estamos por dinero en el Ej¨¦rcito. En muchos empleos al margen de las fuerzas armadas es f¨¢cil ganar tres veces m¨¢s", comenta Antonio, un uniformado que tiene dos hijas, una de 13 a?os y otra de uno. Es el caso de los puestos de trabajo en la hosteler¨ªa. "Nos gusta defender a nuestra patria", destaca, orgulloso, Juan, un compa?ero de Antonio.
S¨®lo tienen ametralladoras
En el caso de este pa¨ªs, la defensa de la patria se reduce casi exclusivamente a impedir la "haitinizaci¨®n". Las relaciones entre Santo Domingo y Puerto Pr¨ªncipe han estado hist¨®ricamente lastradas por la emigraci¨®n de los haitianos hacia su pa¨ªs vecino, con el que compartes la antiguamente llamada Isla Espa?ola. Antonio lo dice sin medias tintas. "La Rep¨²blica Dominicana es un pa¨ªs pobre, pero Hait¨ª es un desastre. Nos tenemos que defender ante los haitianos".
Antonio comenta que las armas m¨¢s mort¨ªferas de que disponen en el acuartelamiento de Diwaniya son las ametralladoras. Lamenta que cuando reciben ataques -"algo que sucede a diario", dice- no pueden hacer m¨¢s que refugiarse tras los s¨®lidos muros de lo que era el recinto de una sede universitaria. "Si al menos tuvi¨¦ramos alg¨²n veh¨ªculo blindado como los que tienen los espa?oles", dice con sana envidia.
Cada vez que oyen impactar las granadas de los insurgentes cerca de ellos, llaman inmediatamente a su enlace en la base espa?ola, situada en la misma ciudad. Los militares espa?oles, bajo cuya mando han ejecutado sus misiones los dominicanos, acuden raudos a repeler las agresiones. "?Ha ocurrido tantas veces!", r¨ªe Juan.
Para alguien que no es experto en asuntos castrenses, es muy dif¨ªcil distinguir a los soldados del pa¨ªs caribe?o de los estadounidenses. Su atuendo, salvo las insignias y distintivos, es id¨¦ntico. Y es que el Ej¨¦rcito norteamericano abastece de uniformes a los soldados enviados por Santo Domingo a Irak. Ayer, de camino hacia Kuwait, se pod¨ªa observar tambi¨¦n que las raciones que engull¨ªan los militares proced¨ªan de las despensas norteamericanas.
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