?Hay vida en el PP?
Las derrotas electorales siempre son dif¨ªciles de digerir. Cuando son inesperadas, todav¨ªa m¨¢s. Pero tienen que ser digeridas antes de que un partido pueda pensar siquiera en conseguir la victoria en una pr¨®xima consulta. La se?al inequ¨ªvoca de que un partido inicia su recuperaci¨®n es su capacidad de mirar la derrota de frente, interrogarse por las causas de la misma y ofrecer a los ciudadanos el resultado de su an¨¢lisis. Mientras esto no ocurra, el partido se estar¨¢ anulando para competir electoralmente. En la reacci¨®n ante la derrota est¨¢ el secreto del futuro electoral del partido, de su posible victoria o de su segura nueva derrota, incluso de mayor intensidad.
No parece que el PP andaluz se haya enterado todav¨ªa de lo que le ha pasado. Parece como si fuera un partido en el que no hay vida. Un partido que abre su campa?a electoral en Andaluc¨ªa con un acto p¨²blico de Mariano Rajoy, en el que afirma que, de acuerdo con los datos de que dispone, hay una suerte de empate t¨¦cnico entre el PSOE y el PP, y que pierde despu¨¦s por casi 20 puntos, y en el que no pasa pr¨¢cticamente nada, excepto que Te¨®fila Mart¨ªnez pasa de n¨²mero uno a n¨²mero dos, para dejar paso a Javier Arenas, que ha sido el cabeza de lista en la provincia en la que el PP ha obtenido los peores resultados de toda Espa?a, es un partido en el que han desaparecido casi todas las se?ales de vida.
El PP necesita bronca interna y necesita que esa bronca se oiga en el exterior. Al menos llegar¨ªa una se?al de vida.
?C¨®mo es posible que, tras los resultados electorales, no se haya producido la dimisi¨®n de todos los dirigentes del PP en Andaluc¨ªa o, en ausencia de la misma, que no haya haya habido un clamor interno exigi¨¦ndola y solicitando la convocatoria de un congreso extraordinario para hacer frente al desastre? ?Qu¨¦ es lo que le tiene que ocurrir al PP para que sus dirigentes asuman su responsabilidad y reconozcan que han dejado de ser materialmente dirigentes pol¨ªticos porque han perdido toda credibilidad para dirigirse a los ciudadanos??Qu¨¦ es lo que tiene que pasar para que los militantes del PP exijan dicha responsabilidad a sus dirigentes? ?Qu¨¦ es lo que pueden pensar los ciudadanos de un partido que reacciona de esa manera ante la derrota? Si no es capaz de entender un mensaje tan claro como el que el cuerpo electoral ha transmitido y contin¨²a actuando como si nada hubiera pasado, ?qu¨¦ confianza se puede tener el cualquier propuesta que puede hacerle en el futuro?
La peregrinaci¨®n que est¨¢ haciendo Javier Arenas por las diversas provincias andaluzas est¨¢ resultando pat¨¦tica. Ni hay an¨¢lisis ni hay protesta ni hay una cara nueva que tenga algo nuevo que decir. Los mismos dirigentes que han sido incapaces a lo largo de cuatro legislaturas, la mayor parte de las cuales con el viento a favor, de ofrecer al cuerpo electoral un proyecto de futuro que ¨¦ste pueda compartir, se reunen para no decir absolutamente nada. El ¨²nico mensaje que se transmite es el de que hay que cerrar filas y evitar el debate interno o, al menos, evitar que, en el caso de que lo haya, trascienda al exterior. La tesis de Javier Arenas de que un congreso en el que se presente para la direcci¨®n una ¨²nica candidatura es tan democr¨¢tico como aqu¨¦l en el que se presentan varias, como dijo en Granada la semana pasada, o la tesis, que ha defendido esta semana en Ja¨¦n, de que las diferencias de opini¨®n en el interior del partido no deben hacerse p¨²blicas, porque eso ¨²nicamente beneficia al PSOE, expresan a las claras el autismo en que el PP parece haber ca¨ªdo.
Nada ser¨ªa m¨¢s beneficioso para el PP andaluz en este momento que una monumental bronca interna. Nada ser¨ªa m¨¢s beneficioso que hubiera competici¨®n interna y que fueran varias las candidaturas que compitieran por hacerse con las direcciones provinciales del partido. Eso ser¨ªa una se?al de que hay vida, de que hay gente que cree que las siglas PP tienen futuro como portadoras de un proyecto pol¨ªtico para Andaluc¨ªa. El PP necesita bronca interna y necesita que esa bronca se oiga en el exterior. Al menos llegar¨ªa una se?al de vida.
Y lo necesita, porque las siglas PP est¨¢n dejando de ser competitivas en Andaluc¨ªa. Est¨¢n dejando de ser vistas por los ciudadanos como portadoras de un proyecto de futuro. Y esto para un partido de gobierno, es decir, para un partido que ¨²nicamente tiene raz¨®n de ser como potencial partido de gobierno, es extraordinariamente grave. El cuerpo electoral no es igual de exigente con partidos peque?os, como IU o el PA, que lo es con los grandes partidos de gobierno, como el PSOE o el PP. Si estos ¨²ltimos dejan de ser percibidos como potenciales portadores de un programa de gobierno, es su propia supervivencia la que est¨¢ en juego. El PA o IU pueden sobrevivir con un cinco por ciento de apoyo electoral. El PP o el PSOE no pueden sobrevivir por debajo de un determinado umbral, que no es determinable a priori, pero que se intuye cual es. Si pierden su credibilidad como partido de gobierno, han perdido su raz¨®n de ser. Solamente son ¨²tiles socialmente en la medida en que pueden competir para ganar. Si los ciudadanos no los ven como partidos que pueden ganar, dejan de tener sentido.
Con este problema es con el que tiene que enfrentarse el PP en este momento. ?Hay alg¨²n sector de la poblaci¨®n de Andaluc¨ªa que tenga alg¨²n tipo de problema que considera que Javier Arenas es su interlocutor y que debe dirigirse a ¨¦l para que lo represente? Incluso los ciudadanos que han votado PP y que jam¨¢s votar¨¢n PSOE, est¨¢n empezando a dejar de creer que el PP puede representarlos. El PP est¨¢ empezando a ser percibido en Andaluc¨ªa como un partido irrelevante. Tanto que ni siquiera los que est¨¢n dentro consideran que vale la pena pelear por llegar a la direcci¨®n del mismo. El silencio en el interior del PP no es se?al de serenidad, sino de falta de vida.
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