Y ellos ya est¨¢n aqu¨ª
Miles de ciudadanos de pa¨ªses del Este que ahora s¨®lo miran hacia el Oeste, ya est¨¢n en Espa?a. No han llegado repentinamente. En algunos casos hablamos de segundas generaciones de inmigrantes. Sin embargo, el conocimiento que tenemos de ellos es a¨²n limitado. La entrada en la Uni¨®n ha abierto un nuevo foco de inter¨¦s mutuo, como demuestran los folletos en las recepciones de las embajadas de la mayor¨ªa de estos pa¨ªses en Espa?a anunciando la adhesi¨®n y los festejos consiguientes. Ellos quieren darse a conocer, y nosotros, ahora m¨¢s que nunca, queremos saber qui¨¦nes son.
"Llegu¨¦ hace ocho a?os desde Kielce, en el centro de Polonia. Dej¨¦ all¨ª a mis dos hijos y a mi marido, y vine a ganar dinero. En Polonia, tras la ca¨ªda del r¨¦gimen comunista (1989), empezaron a cerrarse grandes empresas, y hubo pueblos enteros que se quedaron sin medio de vida", cuenta Anna Kuzia, de 37 a?os, licenciada en derecho administrativo, que trabaja en el servicio dom¨¦stico (hasta en 15 casas) como muchas de sus compatriotas, y que, como la mayor¨ªa de ellas, trajo a su familia pasados unos a?os. Sus hijos, adolescentes, son ya chicos educados en espa?ol.
La cuesti¨®n que m¨¢s les preocupa es la de terminar con los largos y costosos procesos burocr¨¢ticos que dificultan su integraci¨®n en el pa¨ªs
Los ciudadanos de los pa¨ªses del Este que viven en Espa?a asumen la entrada en la UE con grandes esperanzas, pero no sin recelo
La inmigraci¨®n de Polonia (casi 40 millones de habitantes) hacia Espa?a es la m¨¢s importante y numerosa de este grupo de pa¨ªses del Este. Prueba de ello es que, el pasado 11 de marzo, una ni?a de siete meses, rubia y con ojos azules, que llevaba una pulsera de oro en la mu?eca en la que pod¨ªa leerse "Patricia", resultaba herida de muerte, junto a su padre y a otras dos compatriotas, tras la explosi¨®n de la bomba que los terroristas hicieron estallar en el vag¨®n del tren en el que viajaban. Ellos ya estaban aqu¨ª.
Los polacos llegaron en tres momentos distintos. A finales de los a?os ochenta, huyendo de un r¨¦gimen comunista que anulaba expectativas individuales. A mediados de los noventa, escapando del desempleo que, en algunas zonas, lleg¨® hasta el 50% (hoy es casi del 20%). Y rozando el final del siglo XX, escabull¨¦ndose de las abismales diferencias sociales existentes en un pa¨ªs cuya transici¨®n democr¨¢tica tiene ahora 15 a?os.
En cualquier caso, y a diferencia del resto de este grupo de pa¨ªses, la inmigraci¨®n polaca a Espa?a ha sido fundamentalmente econ¨®mica. Pero, ?por qu¨¦ Espa?a? "Era el ¨²nico pa¨ªs de Europa en los a?os noventa en donde hab¨ªa posibilidades de obtener un permiso de trabajo y residencia", responde Andrzej Janeczko, presidente de la asociaci¨®n de polacos en Espa?a Nazs Dom-Nuestra Casa. ?l fue uno de los que emigraron en aquellos a?os. Entonces ya conoc¨ªa otros muchos pa¨ªses europeos, a los que hab¨ªa ido a trabajar durante el verano para pagarse su licenciatura en educaci¨®n f¨ªsica. Pero vino a Espa?a una Nochevieja y se qued¨®. Vivi¨® en parques, en albergues, aprendi¨® espa?ol, fue expulsado, volvi¨® en cuatro d¨ªas, empez¨® a trabajar en la construcci¨®n, se cas¨®, tuvo hijos y hoy dirige su propia empresa constructora en Madrid y tiene a su cargo trabajadores polacos y espa?oles. "Si quieres, puedes", asegura, repitiendo lo que es casi un lema polaco.
Casi todos los que viven en Espa?a tienen estudios medios o superiores, pero, en general, se dedican a actividades poco cualificadas: al servicio dom¨¦stico, las mujeres, y a la construcci¨®n, los varones.
No ocurre as¨ª con los ciudadanos de la Rep¨²blica Checa (10 millones de habitantes), que es el segundo pa¨ªs de este grupo en n¨²mero de inmigrantes en Espa?a, con unas 3.000 personas empadronadas.
"Los motivos de llegada son dos. Por reagrupamiento familiar, de checos que se han casado con espa?oles, o viceversa. Son la mayor¨ªa de los casos. O bien de checos que viven en la costa o las islas. ?ltimamente llegan empresarios que montan negocios o son contratados por empresas espa?olas", explica Martin Povejsil, embajador de la Rep¨²blica Checa en Espa?a. La mayor¨ªa de los checos -profesionales, t¨¦cnicos industriales y comerciales- tienen empleos de alta cualificaci¨®n.
Amor, trabajo, estudios
"Yo vine porque conoc¨ª a un chico estadounidense que se estableci¨® aqu¨ª. La mayor¨ªa de los checos viene por amor, trabajo o estudios. Ahora est¨¢n llegando muchos estudiantes de Erasmus", explica Janna Jauska, presidenta de la Asociaci¨®n de Checoslovacos, que trata de mantener unidos en Espa?a a los que fueron, hasta 1993, compatriotas en la antigua Checoslovaquia (ahora Rep¨²blica Checa y Eslovaquia). La presencia de eslovacos en Espa?a, sin embargo, es mucho menor, con unas 700 personas, seg¨²n la Embajada.
El mismo tipo de inmigrantes son los que proceden de Hungr¨ªa (10 millones de habitantes). En Espa?a viven aproximadamente 2.500 h¨²ngaros, seg¨²n la Embajada. "El conocimiento de la cultura espa?ola es amplio en Hungr¨ªa, y hay institutos biling¨¹es en las ciudades importantes. Los que ahora vienen son j¨®venes que dominan idiomas, porque los que vinieron durante la II Guerra Mundial murieron. Las dedicaciones son diversas: profesores, m¨¦dicos, arquitectos, y tambi¨¦n alba?iles y au-pairs", dice Mar¨ªa Ferencz, promotora de una futura asociaci¨®n de h¨²ngaros en Espa?a.
Por su parte, la presencia en Espa?a de ciudadanos de los pa¨ªses b¨¢lticos (Estonia, Letonia y Lituania) es tambi¨¦n reducida. La m¨¢s numerosa es la de los lituanos, con 3.000 personas empadronadas, aunque desde la Embajada se asegura que podr¨ªa haber hasta 30.000, contando los irregulares. La mayor¨ªa de ellos trabaja, al igual que los polacos, en la agricultura, la construcci¨®n y en el sector servicios, "aunque son muchos los que ya han establecido su negocio en Espa?a", dice Dalnius Zikevicius, de la Embajada lituana. "Los que llegan ahora son j¨®venes que vienen a completar sus estudios. El cien por cien de los lituanos en Madrid son universitarios o est¨¢n bien situados laboralmente", dice Loreta Paulauskaite, precursora de una asociaci¨®n de lituanos.
Todos asumen su entrada en la UE con esperanza, aunque no sin recelo. Algo que refleja la frase de un polaco: "No s¨¦ si entra Polonia en la UE o, m¨¢s bien, la UE en Polonia".
La esperanza de acabar con "la interminable y lenta burocracia"
SI ALGO esperan todos los ciudadanos de los pa¨ªses del Este que ayer se incorporaron a la Uni¨®n Europea es que dicha adhesi¨®n sirva para acabar con "la interminable y lenta burocracia" para solucionar cuestiones administrativas.
"Esperamos que la obtenci¨®n de los permisos de trabajo y de residencia sea m¨¢s f¨¢cil, aunque nos han advertido de que va a haber un proceso de transici¨®n de dos a?os. Pero es incre¨ªble que, ya formando parte de la UE, no se sepa qu¨¦ va
a pasar con todos los compatriotas que est¨¢n aqu¨ª sin papeles", dice Marek Palka, vicepresidente
de la asociaci¨®n de polacos en Espa?a, Nasz Dom-Nuestra Casa.
Pese a que los problemas de residencia y trabajo son los que m¨¢s preocupan, puesto que condicionan absolutamente cualquier otro tipo de posibilidad en el pa¨ªs, no va a ser r¨¢pido ni f¨¢cil. Ni los propios afectados, ni la polic¨ªa saben a¨²n c¨®mo va a quedar definitivamente el asunto, ya que se est¨¢ preparando un decreto-ley que regular¨¢ la nueva situaci¨®n, del mismo modo que hasta ahora han existido tr¨¢mites diferentes para inmigrantes comunitarios y no comunitarios. Es decir, los ciudadanos de estos pa¨ªses que se encuentren irregularmente en Espa?a deber¨¢n esperar y permanecer atentos a los pr¨®ximos cambios legislativos.
"De momento, y para frustraci¨®n nuestra, para venir a trabajar a Espa?a van a tener que cumplir los mismos requisitos que antes de entrar en la Uni¨®n, pese a que los checos nunca han tenido mucha voluntad de moverse para trabajar en otros pa¨ªses. Habr¨ªa sido m¨¢s justo diferenciar entre los nuevos 10 miembros y dar un trato a medida. Chequia merece la libre circulaci¨®n, sin l¨ªmites", dice Martin Povejsil, embajador de la Rep¨²blica Checa.
Tomaz Lovrencic, embajador de Eslovenia en Espa?a, coincide con su hom¨®logo checo: "Las trabas burocr¨¢ticas son un freno a la incorporaci¨®n. En Espa?a hay unos 80 eslovenos; es decir, no hay una inmigraci¨®n desde nuestro pa¨ªs, es m¨¢s posible que haya m¨¢s espa?oles all¨ª. Eslovenia tiene industrias fuertes (farmac¨¦uticas), y en Espa?a hay empresas eslovenas importantes (Prevent, de revestimientos de veh¨ªculos de gama alta) que dan trabajo a espa?oles, y grandes profesionales como el m¨¦dico que trata a Jos¨¦ Carreras. No hay raz¨®n para este periodo de transici¨®n".
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