Toreros valientes
Sobre el papel, era uno de los carteles de menos fuste de la feria. Para colmo de males, fueron rechazados los toros de la ganader¨ªa titular, y uno de los toreros anunciados, Manuel D¨ªaz El Cordob¨¦s, decidi¨® caerse del cartel, y fue sustituido por el madrile?o Sergio Aguilar.
A la postre, la corrida fue una de las m¨¢s interesantes del ciclo y no por los toros, que fueron un dechado de mansedumbre, invalidez y mala condici¨®n, sino por la valent¨ªa y los arrestos de la terna que en ning¨²n momento se sinti¨® afligida por las adversas circunstancias.
Hubo un triunfador, Seraf¨ªn Mar¨ªn, pero no se arredraron ni Antonio Barrera, firme y serio, ni Sergio Aguilar, valent¨ªsimo hasta la temeridad que, al final, se llev¨® la peor parte. Sufri¨® dos espeluznantes volteretas en su primero, un toro de defensas muy astifinas, violento y peligroso, al que plant¨® cara con una gallard¨ªa encomiable. Lo recibi¨® con unos estatuarios en los que aguant¨® impert¨¦rrito la violenta acometida del animal y la cercan¨ªa de los pitones, que le rozaron la taleguilla. Aguant¨® sin inmutarse las continuas tarascadas y los tornillazos de su oponente y result¨® cogido cuando trataba de pasarlo por el lado izquierdo. Maltrecho, con la taleguilla rota, volvi¨® a citarlo por manoletinas y de nuevo salt¨® por los aires. Pas¨® por su propia pie a la enfermer¨ªa con una distensi¨®n de ligamentos en la rodilla izquierda, de donde sali¨® para matar al sexto. Sin embargo, cuando intentaba llevar a ¨¦ste al caballo, gir¨® sobre s¨ª mismo y un fuerte dolor en la misma zona le impidi¨® continuar la lidia. El torero se retir¨® con l¨¢grimas en los ojos mientras el p¨²blico le dedicaba una cari?osa ovaci¨®n.
De la Maza, El Serrano / Barrera, Mar¨ªn, Aguilar
Rechazados los toros anunciados de Astolfi. Tres del Conde la Maza, primero, tercero y sexto, bien presentados, mansos, blandos y broncos; y tres El Serrano, uno de ellos como sobrero, bien presentados, mansos, blandos y deslucidos. Antonio Barrera: estocada (ovaci¨®n); dos p¨¬nchazos, casi entera y un descabello (silencio), estocada desprendida (palmas). Seraf¨ªn Mar¨ªn: estocada ca¨ªda y un descabello (ovaci¨®n); gran estocada (oreja). Sergio Aguilar: pinchazo hondo -aviso- (gran ovaci¨®n); pas¨® a la enfermer¨ªa por una distensi¨®n en la rodilla izquierda. Plaza de la Maestranza. 1 de mayo. 17? corrida de feria. Lleno.
Por su parte, Mar¨ªn ha demostrado ser un torero de valor y de corte art¨ªstico, Muy voluntarioso ante su inv¨¢lido primero, recibi¨® al quinto con templadas ver¨®nicas y rivaliz¨® con Aguilar en un quite por ajustadas gaoneras, mientras su compa?ero se luc¨ªa por ce?idas tafalleras. Muleta en mano, aprovech¨® el escaso recorrido del toro en una emocionante tanda de redondos y otra m¨¢s, a base de insistir, por natules largos y templados. Entr¨® a matar como un cicl¨®n, se volc¨® sobre el morrillo y consigui¨® un magn¨ªfico volapi¨¦ que puso al toro patas arriba. Se le pidieron las dos orejas, y el presidente, acertado, concedi¨® una que pase¨® entre el entusiasmo general.
Pero suerte tuvo el tercero en discordia, Antonio Barrera, que, sin embargo, estuvo a la altura de las circunstancias. Ninguno de los tres toros que mat¨® le permiti¨® confianza alguna, pero el torero, muy valiente y seguro toda la tarde, asumi¨® su responsabilidad con arrestos de diestro valiente.
Se faj¨® sin cuento con su bronco y violento primero, se defendi¨® con t¨¦cnica de su deslucido y complicado cuarto, y lig¨®, en el centro del ruedo, una buena tanda de redondos al parado sexto.
Al final, queda una pregunta: ?c¨®mo es posible que la empresa no tuviera una corrida completa para la Feria de Sevilla? Quiz¨¢, como el cartel era modesto, nadie se preocup¨®.
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