El Villarreal malgasta su buen juego
La Real Sociedad consigue empatar ante un adversario superior, pero conformista
La Real est¨¢ dormida y el Villarreal en una nube. Por eso ambos equipos s¨®lo despiertan a golpe de castigo. Al Villarreal, que pugna por jugar la final de la UEFA y por la UEFA para el a?o que viene, da gusto verle jugar al primer toque y al toquecito, con ese aire tan sudamericano que ha ido adquiriendo con el paso del tiempo, y que le imprime Riquelme con su f¨²tbol dibujado a trazos de dos metros. Su problema es que cada gol lo interpreta como el final del partido y, claro, el rival se le suba a la espalda y a la primera de cambio le enchufa un mandoble que le hace volver al buen camino. Al Villarreal le falta constancia y un delantero centro. Anderson es un jugador pl¨¢stico, con aire de gacela, pero con poco instinto matador. Todo lo que le lleg¨® en condiciones (y fue mucho) lo empeor¨®. Quiz¨¢s por eso Anoeta le despidi¨® con un aplauso cerrado cuando Paquito lo sustituy¨® para perder tiempo.
REAL SOCIEDAD 2 - VILLARREAL 2
Real Sociedad: Alberto; L¨®pez Rekarte, Azpilikueta, Sch¨¹rrer, Potillon; Karpin, Aranburu, Alkiza, Gabilondo (Prieto, m. 74); Nihat y Kovacevic (De Paula, m. 74).
Villarreal: Reina; Javi Venta, Quique ?lvarez, Coloccini, Arruabarrena; Josico, Battaglia (Senna, m. 83); Jos¨¦ Mari (Mart¨ª, m. 93), Riquelme, Roger; y Anderson (Guayre, m. 85).
Goles: 0-1. M. 10. Jos¨¦ Mari empuja un centro chut de Anderson. 1-1. M. 41. Sch¨¹rrer cabecea un saque de esquina. 1-2. M. 46. Jos¨¦ Mari quiebra a la defensa y bate a a Alberto. 2-2. M. 70. Centro de Nihat y zurdazo de Gabilondo.
?rbitro: Ram¨ªrez Dom¨ªnguez. Amonest¨® a Battaglia, Jose Mari y Alkiza.
Unos 20.000 espectadores en Anoeta.
A Jos¨¦ Mari, soberbio, le falt¨® el delantero centro cl¨¢sico que no fue Anderson
La Real, sin gasolina, sin ideas, sin direcci¨®n, con miedo, agradeci¨® todas esas circunstancias. Y en un auto de fe, que estaba condenado a priori a la apostas¨ªa, se invent¨® un empate que le dejaba m¨¢s o menos como estaba -a expensas del Espanyol- y con unas horas m¨¢s de sufrimiento.
Sin Xabi Alonso, en la Real no manda nadie, y el f¨²tbol es tan rampl¨®n como insistente. Pura inercia. Ni Aranburu, con su llegada, ni Alkiza, con sus f¨²tbol corto, son capaces de imponer criterio a su equipo. As¨ª que mientras resolv¨ªan sus dudas, Jos¨¦ Mari, a base de velocidad y un f¨²tbol garboso, fue desarmando a la improvisada defensa realista, en la que debutaba el joven del filial, Azpilikueta, que no lo hizo ni bien ni mal. El problema era que Jos¨¦ Mari es muy r¨¢pido y la defensa de la Real muy lenta. Conclusi¨®n: dos goles del andaluz, el primero de delantero centro cl¨¢sico, de killer; el segundo, de delantero supers¨®nico.
Pero la defensa del Villarreal es otra cosa y, por ejemplo, se trag¨® la entrada de Sch¨¹rrer al primer palo en un saque de esquina, y se desorient¨® en un centro de Nihat por su af¨¢n de cubrir el primer palo.
Acad¨¦micamente, el Villarreal le dio una lecci¨®n a la Real, incapaz de frenar el f¨²tbol preciso del equipo castellonense, bien dirigido por Riquelme y mejor resuelto por Jos¨¦ Mari. Pero la indolencia defensiva y la sensaci¨®n de superioridad le jug¨® una mala pasada al equipo de Paquito que pudo haber ganado en un remate de Guayre y pudo haber perdido en un remate de Nihat.
Le doli¨® m¨¢s a la Real que prolonga su lucha contra el descenso y que emite se?ales de agotamiento y exceso de miedo. Al Villarreal le escoci¨® malgastar tanta superioridad.
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