Mestalla atisba su sexta Liga

El Valencia tiene prisa por ganar su sexta Liga y de ello se enter¨® antes que nadie el t¨ªmido Betis, que s¨®lo reaccion¨® cuando lo ten¨ªa todo perdido. Puso en pr¨¢ctica el cuadro de Ben¨ªtez su f¨²tbol de martillo para acabar con la escasa oposici¨®n andaluz, que pag¨® su falta absoluta de ambici¨®n, pero tambi¨¦n la frivolidad de Denilson en el primer gol. Lo aprovech¨® Curro Torres, que se estren¨® ayer en el campeonato, ¨¦l que ejemplifica como pocos la voluntad imperturbable de este conjunto que camina hacia el t¨ªtulo. Y marc¨® Baraja, que por fin estuvo a la altura de su prestigio: fino en el pase, certero en el remate, generoso en el esfuerzo. Fue el mejor del partido y Ben¨ªtez quiso premiarlo con la sustituci¨®n en el ¨²ltimo suspiro, para que el p¨²blico, otras veces tan arisco con ¨¦l, le dedicara una ovaci¨®n. Las buenas noticias para Ben¨ªtez se acumularon con el regreso en el segundo tiempo de Aimar, que firm¨® el pase del segundo tanto, y que vuelve al grupo tal vez para darle el ¨²ltimo toque de inspiraci¨®n. Mestalla acab¨® abrazado a sus jugadores, completamente entregado por el descomunal desgaste f¨ªsico y mental de este equipo para llegar en cabeza a las ¨²ltimas tres jornadas del torneo. Y ah¨ª va una muestra m¨¢s: acabado el encuentro, en el que actu¨® 90 minutos, Ayala sali¨® a trotar por el campo para estirar los m¨²sculos. Como si no hubiera tenido bastante.

Hubo de ser Curro Torres quien abriera la lata b¨¦tica. Jugador desahuciado para muchos por su baja forma durante un buen trecho de la primera vuelta, ca¨ªdo en desgracia incluso para Ben¨ªtez despu¨¦s de haberse deteriorado las relaciones personales, el lateral derecho catal¨¢n nacido de la emigraci¨®n a Alemania regres¨® justo a tiempo. Su segunda vuelta ha sido espl¨¦ndida, cada d¨ªa un poco mejor hasta llegar a patearse la banda como un extremo. Ayer se plant¨® en el pico derecho del ¨¢rea b¨¦tica, esper¨® un pase en diagonal de Baraja y agradeci¨® el regalo inesperado de Denilson, que dej¨® pasar el bal¨®n. Tal vez pens¨® el brasile?o que no ten¨ªa a nadie por detr¨¢s, pero a¨²n as¨ª resulta dif¨ªcil entender su dejada. Una frivolidad m¨¢s de las que el Betis ha sufrido de sus estrellas en los ¨²ltimos cursos. Denilson se ausent¨® y Joaqu¨ªn estuvo irrelevante, tapado por el bravo Garrido, un chico que el a?o pasado estaba en Segunda B y que se cans¨® de escuchar durante meses que Ben¨ªtez quer¨ªa otro lateral.

El cuadro de V¨ªctor Fern¨¢ndez, en fin, jug¨® con tanto miedo que dej¨® el terreno abonado para la apisonadora valencianista. Conducida una vez m¨¢s por el demoledor Albelda, siempre al corte en las coberturas. Y acompa?ado por Baraja, o lo que es lo mismo, por una serie de pases precisos que despejaban el camino hacia al gol de sus compa?eros. Casi siempre Mista, tan implicado y seguro de s¨ª mismo que anuncia el gol en cada jugada. Imposible de detener por ninguno de los tres centrales dispuestos por V¨ªctor Fern¨¢ndez, por mucho que Melli se escorara a la izquierda. Dos zurdos cerrados, Mista y Vicente, se han ganado a pulso el t¨ªtulo de futbolistas m¨¢s decisivos de su equipo.

El p¨¢nico en la zaga b¨¦tica se not¨® sobre todo en las jugadas en contra a bal¨®n parado. Sub¨ªa Ayala con su larga melena negra y ese salto infinito y empiezan a temblar todas las defensas. Sobre todo si la meta la guarda Prats, que se equivoc¨® a menudo en las salidas. Por su parte, el Betis lo fi¨® todo al zapatazo en las faltas directas de Assun?ao, que marc¨® el a?o pasado en Mestalla, pero ten¨ªa la mirilla desviada en esta ocasi¨®n.

Adem¨¢s de ganar, el p¨²blico de Mestalla quer¨ªa divertirse. De ah¨ª que saludara con alborozo la entrada en la segunda parte de Aimar, maltratado dos meses por las lesiones. Y, claro, pese a la falta de ritmo, no se le olvid¨® en este lapso el f¨²tbol de seda que lo ha hecho c¨¦lebre. Le bast¨® un gran pase en profundidad de Jorge L¨®pez para llegar al pico derecho del ¨¢rea y, desde all¨ª, otear las opciones de pase. Eligi¨® la mejor, por supuesto: Baraja, que coloc¨® la pelota disparando a un lado desde el balc¨®n del ¨¢rea. Despu¨¦s de un ejercicio lleno de altibajos, Baraja se march¨® a la ducha y convencido de que hab¨ªa cuajado un gran partido.

Desesperado de Denilson, Fern¨¢ndez ech¨® mano de Alfonso, por si cab¨ªa la posibilidad de una remontada. No cab¨ªa. El Valencia, con la ventaja, se convierte en el Everest para el rival de turno. Se siente comod¨ªsimo a la contra y conf¨ªa plenamente en la concentraci¨®n infranqueable de su defensa. Ni siquiera necesita que est¨¦n presentes todos sus titulares en la zaga. Ausente ayer Carboni por lesi¨®n, se apunt¨® Garrido a la exhibici¨®n defensiva. Aunque al final, por no tragarse un enga?o, le abri¨® un pasillo a Joaqu¨ªn, cuyo centro raso remat¨® Dani a bocajarro. Parec¨ªa un gol inevitable, pero se estir¨® Ca?izares como la goma y evit¨® unos ¨²ltimos minutos m¨¢s intrigantes. Gracias tambi¨¦n a Vicente, que a medida que perd¨ªan gas sus compa?eros, ¨¦l lo iba ganado: y acab¨® como un tiro.