De capital de provincias a capital del balonmano
Toda Ciudad Real vibra con su primera Liga Asobal, cima del proyecto ideado hace cuatro a?os por D¨ªaz de Mera, un empresario de ¨¦xito
"El AVE nos dio la vida. El balonmano, renombre". Reyes, jubilado, sintetiza en uno de sus paseos vespertinos la escueta historia de Ciudad Real, villorrio militar fundado en 1255 por Alfonso X, El Sabio, en tierra de nadie. "Pueblo grande o ciudad peque?a", seg¨²n los gustos, en los ¨²ltimos cuatro a?os esta capital de provincias ha pasado del ostracismo a acaparar conversaciones fuera de La Mancha. Las razones son deportivas: su equipo de balonmano se proclam¨® ayer campe¨®n de la Liga Asobal por primera vez en su corta pero prol¨ªfica historia: dos Recopas europeas, una Copa espa?ola y una Liga, la guinda. Prol¨ªfica en los cuatro ¨²ltimos a?os, desde que Domingo D¨ªaz de Mera, empresario de ¨¦xito y fan¨¢tico del balonmano -fue presidente de la Liga entre 1993 y 1999-, se fijara un objetivo: forjar un grupo ganador all¨ª donde naci¨®.
"?bamos a ir a los toros a Sevilla, pero nos hemos decidido por el partido". Antonio y Carmen, una pareja de mediana edad, recorrieron el mi¨¦rcoles el centenar de kil¨®metros que separan Alamillo (700 habitantes) de Ciudad Real (60.000). Lo hicieron preocupados por quedarse sin ver c¨®mo Duishebaev y compa?¨ªa cantaban el alir¨®n frente al Portland San Antonio: 25-25. ?l se siente aficionado, no as¨ª ella, para quien ir al Quijote Arena, pabell¨®n levantado a golpe de talonario en siete meses, es como ir al teatro: una distracci¨®n.
De momento. Sus palabras son id¨¦nticas a las de otros lugare?os antes ignorantes y ahora iniciados en un pasatiempo que en Ciudad Real no es minoritario. "Hace tiempo que tomamos como ense?a el balonmano, con el que se ha vuelto a hablar de nosotros no s¨®lo en Espa?a, sino tambi¨¦n en el extranjero", apunta el alcalde, Francisco Gil, quien reconoce que las dotes de embajador de este deporte tambi¨¦n se sustentan en la falta de pedigr¨ª de sus hermanos mayores, f¨²tbol y baloncesto.
Ilusi¨®n con la que los ciudadreale?os endulzan corrillos y cuchicheos. "El partido es el s¨¢bado, ?no? ?Qu¨¦ dices, mujer! Es el domingo y, como no hayas sacado ya las entradas, dif¨ªcil lo veo...". La conversaci¨®n es entre dos trabajadoras que se afanan en arreglar las habitaciones de un c¨¦ntrico hotel. Como el suyo hay otros ejemplos, como el del abuelo que juguetea con su nieto pas¨¢ndose la pelota -a las manos, por supuesto- en el parque Gasset. Tambi¨¦n hay bares-santuarios, como La Frasca. A primera vista, no lo parece. No se divisan bufandas ni camisetas coloridas. Las paredes exponen sus azulejos vac¨ªas de retratos de gal¨¢cticos... "Pero les tenemos a ellos. Vienen de ca?as", aclara el camarero.
"El balonmano es el deporte rey", confirma Carlos Sierra, profesor de educaci¨®n f¨ªsica en los marianistas. No es un colegio elegido al azar: aqu¨ª mandan los goles con la mano, no con el pie. Con 12 a?os, Javier, aspirante a pivote, no se deja ning¨²n componente del Ciudad Real por nombrar: "Hombrados, Stefansson, Talant...", recita. En las mismas aulas y patios de recreo que el cachorro pisa se educ¨® D¨ªaz de Mera, al que la pasi¨®n le viene de sus tiempos mozos. "?ramos bajitos, pero aguerridos", r¨ªe campechano mientras esgrime los motivos que le han llevado a inventar, a fuerza de millones -"el dinero que nos pod¨ªamos permitir"-, un equipo de l¨ªderes; "llegu¨¦ a la conclusi¨®n de que era m¨¢s f¨¢cil promocionar as¨ª al balonmano".
Desde entonces, la apuesta ha dado sus frutos. "Era imposible lograrlo sin un lugar donde acoger a la gente", observa D¨ªas de Mera tirando de dicho castellano: "En el Santa Mar¨ªa entraban 2.500 personas como piojos en costuras". De ah¨ª la maravilla del nuevo pabell¨®n, con 5.500 asientos, levantado sobre suelo municipal por seis millones, que huele a nuevo y que ser¨¢ acompa?ado de un complejo de compras y ocio. "Entonces haremos al equipo autosuficiente", resume el presidente, que ha buscado el respaldo de ilustres como el t¨¦cnico, Juan de Dios Rom¨¢n, y Jos¨¦ Antonio Revilla, fundador del Teka y director deportivo... "Los equipos de balonmano esquivan al f¨²tbol. Por eso eligen las capitales peque?as, donde, con tres millones de presupuesto, podemos sentirnos Florentinos", dice con desparpajo.
Con la Liga no se acaba el sue?o. Los siguientes retos ser¨¢n la Champions y
organizar un campeonato de cadetes. "Para que la gente se identifique con el club", expone el art¨ªfice del ¨¦xito ciudadreale?o, siempre dentro de la modestia. Porque Domingo ni se siente Quijote ni M¨¦dici: "Podr¨ªa quedar bien decirlo, pero no ser¨ªa cierto... Aunque los molinos ser¨ªan los arbitrajes". Como en todos lados. Incluso en Ciudad Real.
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