Francia aprieta pero dialoga
El primer ministro Raffarin ve posible que el Estado contribuyaa formar a los imames, de los que ha expulsado a cuatro este a?o
El Gobierno franc¨¦s se ha esforzado por favorecer la emergencia de una representaci¨®n de los musulmanes en su pa¨ªs, el Consejo del Culto Musulm¨¢n, surgido hace un a?o con elecciones celebradas en las mezquitas. Pero en paralelo con ese intento, la polic¨ªa y el Servicio de Contraespionaje vigilan estrechamente a los imanes sospechosos de radicalismo: cuatro han sido expulsados en lo que va de a?o y el quinto aguarda a que se decida su suerte en una carrera de iniciativas legales para evitar in extremis que le echen del pa¨ªs.
El primer ministro franc¨¦s, Jean-Pierre Raffarin, resalt¨® ayer la dificultad que representa la presencia en su territorio de muchos imames extranjeros, en una reuni¨®n con varios corresponsales.
Par¨ªs quiere saber qui¨¦nes son los que dirigen la oraci¨®n y que hablen franc¨¦s
Chirac afirma que si es necesario se cambiar¨¢ la legislaci¨®n para echar a los integristas
El jefe del Gobierno de Par¨ªs quiere que el Consejo del Culto Musulm¨¢n le diga al Ejecutivo qui¨¦nes son los imames responsables del culto y que ¨¦stos hablen la lengua nacional, esto es, franc¨¦s.
Para Raffarin, "no es imposible" que el Estado ayude a la formaci¨®n de los imames, a fin de que la religi¨®n musulmana (la segunda de Francia) no siga dependiendo del extranjero.
Mientras se multiplican los intentos de di¨¢logo, un servicio muy peculiar de la polic¨ªa francesa ("Les Renseignements g¨¦n¨¦raux", las investigaciones generales) vigila a los radicales. A finales de 2003, ese servicio estableci¨® un censo de 32 mezquitas controladas por tendencias extremistas (la corriente salafista, el Tabligh, el Kaplanci turco) s¨®lo en la regi¨®n de Par¨ªs, que cuenta con 373 lugares de culto conocidos por las autoridades. En total se estima en m¨¢s de un millar el n¨²mero de lugares de culto musulm¨¢n en Francia, bastantes de ellos semiclandestinos.
Los sospechosos son tratados de diferentes maneras. Los considerados m¨¢s peligrosos van a la c¨¢rcel: as¨ª ha ocurrido con el argelino Chellali Benchellali, uno de los imanes de V¨¦nissieux (en la periferia de Lyon), preso desde el 6 de enero como sospechoso de terrorismo. Este hombre es el padre de uno de los franceses prisioneros de los norteamericanos en Guant¨¢namo y de un detenido en Francia por sospechas de estar implicado con el terrorismo checheno.
Otros dos imames fueron simplemente expulsados en enero por orden gubernativa: uno ejerc¨ªa en Mulhouse (este de Francia) y el segundo era un predicador de Par¨ªs que estaba en Turqu¨ªa cuando se dict¨® la orden, de forma que, en realidad, lo que se le ha prohibido es que vuelva a poner los pies en Francia.
Dominique de Villepin, nombrado ministro del Interior hace poco m¨¢s de un mes, ha reanudado la pol¨ªtica de expulsiones emprendida por Nicolas Sarkozy, su antecesor. Abdelkader Yahia Cherif, un argelino que ejerc¨ªa como imam en Brest (Breta?a), fue embarcado el 15 de abril, rumbo a Argelia, por "amenazas a la seguridad del Estado".
Una semana despu¨¦s, el tambi¨¦n argelino Abdelkader Bouziane, imam de V¨¦nissieux, fue introducido en un avi¨®n, con destino a Argel, sin darle tiempo a recurrir: estaba vigilado desde hac¨ªa meses, pero el desencadenante de la expulsi¨®n sin contemplaciones fue una declaraci¨®n a una revista local de Lyon, en la que defendi¨® los castigos f¨ªsicos a las mujeres, la lapidaci¨®n y la poligamia. El Gobierno entendi¨® que su caso entraba en los cuatro previstos por las legislaci¨®n para la expulsi¨®n gubernativa: terrorismo, alteraci¨®n del orden p¨²blico, atentado contra los intereses del Estado o actos contra la integridad de las personas a causa de su origen o religi¨®n.
A posteriori, el abogado del imam logr¨® que un tribunal desautorizara la expulsi¨®n; as¨ª que el imam ha pedido un visado en Argel para intentar volver a Francia. Sin embargo, el presidente de la Rep¨²blica, Jacques Chirac, puntualiza: "Si hace falta modificar nuestra legislaci¨®n para no volver a caer en casos de esta naturaleza, se modificar¨¢ la legislaci¨®n de modo que se pueda expulsar a los autores de ese tipo de comportamientos".
La prueba de que las autoridades no van a parar es el caso de Midhat G¨¹ler, un comerciante turco rector de una mezquita parisiense, se?alado por la polic¨ªa como el representante en Francia de un movimiento extremista turco denominado Kaplanci: fue detenido el s¨¢bado y conducido al aeropuerto para su expulsi¨®n inmediata, que su abogado evit¨® presentando una solicitud de asilo pol¨ªtico.
?sta fue rechazada, pero dio tiempo al abogado de pedir un interdicto judicial contra la expulsi¨®n, resuelto por el juez con una asignaci¨®n de residencia forzosa que, de momento, puede evitar su salida del pa¨ªs.
Villepin ha pedido al Consejo del Culto Musulm¨¢n que coopere para separar a los integristas violentos del conjunto de la comunidad musulmana. El problema del Gobierno es que el actual presidente del Culto Musulm¨¢n, Dalil Boubaker, es un moderado que est¨¢ en minor¨ªa. No obstante, el l¨ªder de la UOIF -la tendencia m¨¢s radical dentro del ¨®rgano representativo- a¨²n lamentando la "teatralidad" de las expulsiones, se dice dispuesto a "llamar al orden a los que descarrilan".
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