La incre¨ªble fuga de un reh¨¦n
Thomas Hamill se encontraba el pasado domingo recluido en una habitaci¨®n sin ventanas de apenas dos por dos metros cuando, al escuchar el sonido de veh¨ªculos militares de EE UU, decidi¨® que ten¨ªa que escapar. Tres semanas antes hab¨ªa sido secuestrado en Abu Gharib cuando conduc¨ªa un cami¨®n que formaba parte de un convoy del Ej¨¦rcito estadounidense. Ahora se encontraba prisionero cerca de Samarra, a unos 100 kil¨®metros al norte de Bagdad, aunque ¨¦l no lo sab¨ªa.
Hamill la emprendi¨® a patadas con la puerta de metal, asegurada desde fuera con una barra de madera, y tras derribarla ech¨® a correr por un campo de tomates, sin zapatos, y tratando de alcanzar a unos soldados que hab¨ªa divisado a unos 400 metros. "Gritaba 'soy americano, soy americano' mientras ven¨ªa corriendo. Estaba m¨¢s delgado que cuando le capturaron", explic¨® ayer el teniente Joseph Merrill.
La imagen de este agricultor arruinado, de 43 a?os, que acept¨® un trabajo en Irak para la empresa KBR, dio la vuelta al mundo el 9 de abril, cuando fue secuestrado y filmado por un equipo de televisi¨®n. Los soldados le reconocieron f¨¢cilmente. "Est¨¢bamos vigilando un oleoducto cuando le vimos a lo lejos. Al principio pensamos que era un agricultor iraqu¨ª, pero en cuanto le o¨ªmos gritar supimos que era Hamill", se?ala el capit¨¢n George Rodr¨ªguez.
Los militares metieron a Hamill en un blindado y le ofrecieron agua y comida. El prisionero les explic¨® que hab¨ªa tenido m¨¢s ocasiones de escapar, pero prefiri¨® no hacerlo porque no sab¨ªa d¨®nde ir. "S¨®lo ten¨ªa una botella de agua", explic¨® un militar. Hamill lleg¨® ayer a Alemania, donde se encontr¨® con su mujer.
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