La carrera 'global'
Un atleta madrile?o participa en un a?o en siete maratones alpinos de todos los continentes
Un marat¨®n alpino son 42 kil¨®metros de fuertes desniveles. Siete suponen casi 300.000 metros de duro trote. Y si, adem¨¢s, cada carrera se celebra en un continente distinto, a todas esas distancias hay que sumar los largos trayectos en avi¨®n. Todo un periplo y un desaf¨ªo que ha sido culminado por Miguel Caselles, un atleta de 40 a?os nacido en Carabanchel, dos veces campe¨®n de la Copa Madrile?a de Carreras por Monta?a y organizador del Marat¨®n Alpino Madrile?o.
En un a?o, de marzo de 2003 a marzo de 2004, este corredor ha participado en siete maratones alpinos o por espacios naturales organizados a lo largo de todo el globo terr¨¢queo: desde el que recorre varias bases cient¨ªficas de la Ant¨¢rtida, a los que discurren por las Barrancas del Cobre de Chihuahua (M¨¦xico), por el T¨ªbet y por los campos de refugiados saharauis. En estos 12 meses ha recorrido 160.000 kil¨®metros, en avi¨®n, en helic¨®ptero, en bicicleta, en autob¨²s...
"El deporte ha sido siempre para m¨ª una forma de llegar a sitios de dif¨ªcil acceso"
Caselles siempre ha hecho deporte. Primero ciclismo y despu¨¦s atletismo. Pero asegura que, aunque le gustan los retos, su principal prop¨®sito no es batir marcas. "Para m¨ª, el deporte ha sido siempre una herramienta para llegar a lugares de dif¨ªcil acceso", asegura este hombre, que, adem¨¢s de trabajar como funcionario de Correos, colabora con revistas de viajes y deporte, junto a Victoria S¨¢nchez, "fot¨®grafa y compa?era".
En 1988 comenz¨® a participar en maratones alpinos y desde entonces no ha colgado las zapatillas. "Correr te permite realizar, en unas horas, recorridos que, caminando, te llevar¨ªan d¨ªas. Adem¨¢s, si tienes fondo f¨ªsico puedes crear tus propias rutas", explica, y a?ade que no hay una causa concreta que le empuje a participar en carreras donde, a los 42 kil¨®metros y 195 metros de cualquier marat¨®n, hay que sumar desniveles equivalentes a subir y bajar 15 torres de 100 metros de altura en condiciones climatol¨®gicas duras. "Si una actividad te apasiona, te vuelcas con ella. Es como el pintor que se pasa horas con un cuadro", argumenta.
En marzo de 2003, tras participar en el marat¨®n de la Ant¨¢rtida, Caselles se plante¨® que igual que existe un desaf¨ªo monta?ero consistente en recorrer las siete cumbres m¨¢s altas del planeta, pod¨ªa plantearse algo similar en atletismo. "La idea fue de Victoria, y as¨ª comenc¨¦ a buscar algunos de los maratones de monta?a m¨¢s espectaculares del planeta. El paso siguiente fue conseguir patrocinadores, tal y como hab¨ªa hecho en la Ant¨¢rtida, y logr¨¦ que algunas l¨ªneas a¨¦reas y varias marcas de prendas deportivas costeasen la iniciativa", relata.
Para entrenarse cada semana corr¨ªa unos 80 kil¨®metros y sal¨ªa a la monta?a. "Eso es poco, pero yo no tengo tiempo para m¨¢s", asegura, y explica que en su empresa, adem¨¢s de S¨¢nchez, le han ayudado otros amigos, amantes de la monta?a y el deporte.
La aventura empez¨® en el marat¨®n de la Ant¨¢rtida, una prueba dif¨ªcil por las bajas temperaturas, de menos de 15 grados bajo cero, y los fuertes vientos, de 60 kil¨®metros por hora, que tuvieron que soportar los corredores. "Se te congelaba hasta el bid¨®n del agua y, por supuesto, ten¨ªamos que llevar una ropa especial", rememora.
Cuatro meses m¨¢s tarde, en el ultramarat¨®n de los Ca?ones, en las mexicanas Barrancas del Cobre, descubri¨® c¨®mo, junto a los corredores de los pa¨ªses ricos, participaban los indios rar¨¢muri equipados ¨²nicamente con sus sandalias de suela de neum¨¢tico. "Forman una comunidad aislada en un entorno abrupto y se desplazan trotando de un lugar a otro, con lo que desarrollan una capacidad de resistencia enorme", recuerda. Una semana despu¨¦s, tambi¨¦n en julio, Caselles acudi¨® al marat¨®n alpino Galarleiz, que se celebra en los montes de Ordunte, entre Burgos y Vizcaya. "All¨ª acud¨ª porque es una carrera organizada por buenos amigos m¨ªos, en la que llevo participando desde sus inicios, hace casi una d¨¦cada", asegura.
Las siguientes etapas fueron, en agosto, el gran marat¨®n del T¨ªbet, a lo largo del r¨ªo Indo, y ya en octubre, el K42 Villa de La Angostura, en la Patagonia argentina. "En el primero, lo dif¨ªcil era la aclimataci¨®n, porque transcurr¨ªa a 4.000 metros de altitud; el segundo tambi¨¦n fue duro, por la severidad del clima, ya que hab¨ªa buenos tramos con nieve", a?ade.
En febrero, Caselles particip¨® en el marat¨®n del S¨¢hara, que transcurre entre los campamentos del Aai¨²n, Auserd y Smara. All¨ª no hay montes, pero s¨ª dunas que dificultan el avance. "Se trata, sobre todo, de una ocasi¨®n para recordar la situaci¨®n de los refugiados saharahuis", explica este corredor. Su periplo finaliz¨® en marzo en la carrera que se celebra a lo largo de las Monta?as Azules de Australia. "All¨ª, el marat¨®n coincidi¨® con el 11-M y recibimos numerosas muestras de solidaridad", relata.
Zancada a zancada este atleta ha recorrido algunos lugares del planeta con graves problemas sociales y pol¨ªticos. Su periplo comenz¨® con la invasi¨®n de Irak y ha finalizado con la tragedia de los trenes de Atocha el pasado 11-M. Por eso, si tuviera que poner un lema a su aventura, elegir¨ªa el de Dejemos al mundo correr en paz... Detr¨¢s han quedado 160.000 kil¨®metros de ruta, 298 de carrera y cinco pares de zapatillas gastadas.
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