La derrota de Sharon

La mejor muestra de por qu¨¦ la paz es hoy una utop¨ªa en Oriente Pr¨®ximo es la derrota de Ariel Sharon en un refer¨¦ndum celebrado entre los miembros de su partido, el Likud, que rechazaban de esa forma un plan que daba al primer ministro israel¨ª manos libres para imponer al pueblo palestino el arreglo territorial que le viniera en gana, a cambio de la retirada de Gaza. A la extrema derecha israel¨ª, Sharon le parece un peligroso entreguista.

De los m¨¢s de 190.000 militantes del Likud s¨®lo votaron unos 80.000, pero el 60% de ellos lo hicieron en contra de evacuar 21 colonias con 7.500 ocupantes, en la exigua franja mediterr¨¢nea, as¨ª como otros cuatro asentamientos aislados en Cisjordania. La contrapartida era mantener -lo que a plazo significa anexionar- el grueso de la implantaci¨®n en Palestina, con una poblaci¨®n de m¨¢s de 400.000 colonos, y, al mismo tiempo, completar el muro de separaci¨®n entre ¨¢rabes y jud¨ªos, que ya incorpora parte de esas colonias.

De nada ha servido la aprobaci¨®n de Bush a un plan que prev¨¦ la absorci¨®n de m¨¢s de la mitad de los territorios ocupados, como el propio Sharon ha apuntado repetidas veces, o que la UE lo aceptara como un primer paso hacia la paz. Como ha dicho el ministro espa?ol de Exteriores, Miguel ?ngel Moratinos, la comunidad internacional "es reh¨¦n" de 50.000 israel¨ªes; los que votaron el domingo en contra del proyecto.

Sharon, por su parte, descarta la idea de convocar elecciones, como pide el laborismo, para afirmar que mantendr¨¢ el plan, s¨®lo que modific¨¢ndolo para hacerlo m¨¢s aceptable a sus cr¨ªticos; es decir, que ni siquiera es seguro que la retirada de Gaza vaya a ser completa. Ese nuevo plan podr¨ªa presentarse entonces al Gabinete o al Parlamento, donde, sobre todo en el segundo, hay una clara mayor¨ªa en favor de evacuar la franja, en correspondencia a la propia opini¨®n nacional, como se?alan todas las encuestas.

El rechazo en nada mejora la posici¨®n de la Autoridad Palestina, que hab¨ªa denunciado el refer¨¦ndum como caballo de Troya de la anexi¨®n, ya que Sharon, pese a la derrota, podr¨¢ seguir con su proyecto de fondo: consolidar y expandir las colonias en Cisjordania y Jerusal¨¦n Este. Ante todo ello, apenas cabe decir que si el conflicto tiene alguna salida, lo que cada d¨ªa parece menos probable, deber¨ªa pasar por la consulta al electorado; algo que Sharon, carente de apoyos en su propio partido, quiere evitar a todo trance.