El diablo en el cuerpo de Isabel II
La historiadora Isabel Burdiel presenta una biograf¨ªa de una de las reinas m¨¢s controvertidas, por su pol¨ªtica y su vida
Isabel II (1830-1904) era "pat¨¦tica y anacr¨®nica", "superficial y caprichosa". Lo dijo la historiadora de la Universitat de Val¨¨ncia Isabel Burdiel que ayer present¨® en la Casa del Llibre de Valencia su biograf¨ªa Isabel II No se puede reinar inocentemente (editorial Espasa), en compa?¨ªa de los tambi¨¦n historiadores Isabel Morant y Pedro Ruiz. Fue una reina criada por una camarilla conservadora cuando era el soporte ideol¨®gico de los liberales. Fue el producto de una leyenda negra cuando no hizo m¨¢s que otros monarcas borbones: tener amantes. Pero en su caso, se dec¨ªa que ten¨ªa "el diablo en el cuerpo", como se encargaron de propalar algunos de sus propios consejeros en beneficio propio. Tambi¨¦n eran del dominio p¨²blico las imposibilidades f¨ªsicas de su marido "para hacer feliz a una mujer".
Fue muchas cosas la reina Isabel II. Por ejemplo, fue caricatura, para gusto de una poblaci¨®n que la representaba de manera siniestra, con frailes, monjas y calaveras dibujadas en su regordete busto, que contiene inscripciones del tipo Fanatismo, Crueldad o Intolerancia.
Esta caricatura, "una de esas cartes de visite que tan de moda se pusieron en el Madrid de mediados del siglo XIX", escribe Burdiel al introducir una biograf¨ªa que no pretende dar una visi¨®n ni negativa ni positiva del personaje hist¨®rico, sino contar e intentar comprender la vida de una controvertida reina en un determinado contexto hist¨®rico. La intenci¨®n ¨²ltima de la autora es averiguar hasta qu¨¦ punto la cultura de la corte y los pol¨ªticos aprovecharon la figura de la reina para cargar sobre ella todas las culpas y todos sus fracasos.
Para ello, Burdiel aporta datos no divulgados con anterioridad gracias a nuevas fuentes, como el hallazgo casual de un archivo de Fernando Mu?oz, que fue marido de la madre de Isabel II, la reina regente Mar¨ªa Cristina. Tras ser vendidos a un librero de viejo madrile?o se han catalogado en el Archivo Nacional. Tambi¨¦n la historiadora ha accedido al archivo del Foreign Office, donde se conservan cartas y documentos de los sucesivos embajadores brit¨¢nicos en la Espa?a del siglo XIX "muy interesantes para entender la vida de la Corte". Entonces, Inglaterra y Francia se disputaban la ascendencia sobre Espa?a.
Burdiel tambi¨¦n utiliza referentes literarios en su biograf¨ªas. Gald¨®s, Becquer, Valle-Incl¨¢n. "La vida privada se escapa de las memorias y documentos al uso, y muchas veces marca su comportamiento p¨²blico. Lo que no dice la historia, lo dice la literatura", afirma la historiadora.
Voraz lectora de biograf¨ªas, una vez superadas las sucesivas etapas casi cronol¨®gicas vitales de la poes¨ªa y la novela, seg¨²n reconoce ella misma, la autora empez¨® a trabajar sobre la vida de Isabel II al tomar la palabra a otro historiador, el hispanista Paul Preston, que le sugiri¨® cubrir una importante laguna en la historia del siglo XIX espa?ol. Precisamente, este a?o, adem¨¢s, se cumple el centenario del fallacimiento de Isabel II, que naci¨® en 1830.
Educada en el absolutismo, la reina nunca lleg¨® a congeniar con una sociedad, una clase media, que demandaba cambios liberales y regeneracionsitas. En este sentido, Burdiel apunt¨® que los borbones "siempre estuvieron un paso detr¨¢s" de los tiempos. Eran absolutistas en tiempos liberales y liberales en democracia. De modo que la legitimaci¨®n de los mismos siempre estuvo en entredicho. Burdiel pone una excepci¨®n: el rey Juan Carlos, a partir de su intervenci¨®n contra el golpe de Estado. Y ahora, adem¨¢s, la boda del pr¨ªncipe con una mujer de clase media.
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