Tri¨¢ngulos virtuosos
Barcelona ha inventado el tri¨¢ngulo virtuoso: el acontecimiento genera desarrollo urbano, ¨¦ste impulsa el crecimiento econ¨®mico, y la prosperidad induce a la organizaci¨®n de nuevos acontecimientos. Que los grandes eventos dejen frutos urbanos es com¨²n: as¨ª ha ocurrido en general con las Exposiciones Universales o los Juegos Ol¨ªmpicos, y as¨ª sucedi¨® tambi¨¦n en la capital catalana con ocasi¨®n de las Exposiciones de 1888 y 1929; pero lo habitual es que la ciudad quede exhausta tras el esfuerzo, y tarde en recuperar la energ¨ªa social y financiera que exige el proceso urbanizador. En Barcelona, sin embargo, la idea del F¨®rum se puso en circulaci¨®n en 1996, s¨®lo cuatro a?os despu¨¦s de los Juegos, y se ha llevado a t¨¦rmino en apenas ocho m¨¢s, cerrando un nuevo ciclo de ese tri¨¢ngulo virtuoso con v¨¦rtices en la ciudad, el comercio y la cultura.
En contraste con la Villa Ol¨ªmpica, basada en la manzana y la calle, los protagonistas en esta ocasi¨®n son la torre y el jard¨ªn
Las actividades del F¨®rum se asemejan a la fiesta permanente de una Dis- neylandia de oeneg¨¦s
Con una inversi¨®n total de 3.200 millones de euros (m¨¢s de medio bill¨®n de las antiguas pesetas), que se ha repartido por mitades entre el sector p¨²blico y el privado, la actuaci¨®n -impulsada por los alcaldes Maragall y Clos, y ejecutada por el arquitecto Jos¨¦ Antonio Acebillo- se extiende sobre m¨¢s de 200 hect¨¢reas en la zona donde la Diagonal encuentra el mar, entre la Villa Ol¨ªmpica y la desembocadura del Bes¨®s, y ha regenerado espectacularmente una periferia caracterizada por grandes infraestructuras metropolitanas (una depuradora, una central t¨¦rmica y una incineradora) que se han mantenido en el lugar, renovando sus equipos para hacerlas compatibles con los nuevos usos residenciales, comerciales y recreativos. De la superficie de intervenci¨®n, s¨®lo 30 hect¨¢reas corresponden al propio F¨®rum, y del presupuesto global, ¨²nicamente la d¨¦cima parte se atribuye a las actividades que durante 141 d¨ªas se desarrollar¨¢n en el recinto, as¨ª que parece razonable entender el acontecimiento como, sobre todo, la coartada y el catalizador de una colosal transformaci¨®n urbana.
En contraste con el modelo de crecimiento de la Villa Ol¨ªmpica, basado en la manzana y la calle, los protagonistas en esta ocasi¨®n son la torre y el jard¨ªn: junto a los parques y los equipamientos horizontales del F¨®rum, la nueva Barcelona se construye con viviendas, hoteles y oficinas en altura que componen un paisaje disperso y vertical. Un poco a la manera norteamericana que utiliza el vac¨ªo recreativo de un campo de golf o un parque de atracciones para aglutinar en torno suyo desarrollos residenciales o comerciales, la plaza y el puerto del F¨®rum suministran el coraz¨®n hueco de la operaci¨®n inmobiliaria; por su parte, las actividades programadas a partir de ma?ana facilitan el referente simb¨®lico que ha permitido tematizar las inversiones y movilizar la voluntad pol¨ªtica y ciudadana. Parece haber una gran distancia ideol¨®gica entre el pragmatismo anglosaj¨®n de ese urbanismo privatizado o concertado y los objetivos beat¨ªficos de un F¨®rum de almas bellas empedrado de buenas intenciones; pero no es menor la cesura entre la alegre algarab¨ªa de p¨¦rgolas de autor o parques de dise?o y la sorda eficacia utilitaria de la depuradora que les sirve de soporte, en una superposici¨®n ins¨®lita que es seguramente el rasgo m¨¢s visionario de este empe?o emp¨ªrico.
Emblema de la actuaci¨®n y umbral del recinto, el edificio F¨®rum -construido por los suizos Herzog & De Meuron- es un tri¨¢ngulo horizontal que articula con naturalidad el encuentro de las tramas urbanas, mientras flota ingr¨¢vido sobre una plataforma inclinada que da acceso al auditorio para 3.200 espectadores encastrado en su interior y a la expresionista sala de exposiciones alojada en el volumen volado. Con una cubierta-estanque que derrama su l¨¢mina de agua por los patios-lucernario que la perforan, una piel rugosa de hormig¨®n proyectado (cuyo azul Klein ha sido ya apropiado como azul Mir¨®) rasgada por grietas cristalinas, y un intrad¨®s de metal reflectante que otorga levedad al cuerpo suspendido, esta pieza ilusionista y teatral desdibuja los l¨ªmites entre plaza y edificio, confundiendo el agua con el suelo y el vidrio con el cielo para levantar una obra que re¨²ne la innovaci¨®n tipol¨®gica con la seducci¨®n visual, y cuya magia arcaica y a?il se inscribir¨¢ con eficacia en la retina popular. Frente al edificio F¨®rum, y unido a ¨¦l por una rambla subterr¨¢nea pespunteada de patios escenogr¨¢ficos, se levanta el Centro de Convenciones expeditivamente proyectado por Josep Llu¨ªs Mateo, con capacidad para 15.000 congresistas y dispuesto en tres bandas paralelas: la zona de reuniones y servicios, con una fachada met¨¢lica ondulante que procura aliviar el impacto del volumen, y cuyo vest¨ªbulo est¨¢ dominado por una escultura trenzada y a¨¦rea de 2.000 metros cuadrados, obra de Cristina Iglesias; el gran hangar de la sala de convenciones, donde ahora se muestran las gigantescas maquetas arquitect¨®nicas realizadas para la exposici¨®n Ciudades-Esquinas, cuyo comisario es Manuel de Sol¨¤-Morales; y dos torres prism¨¢ticas destinadas a oficinas y hotel.
El resto del recinto lo ocupa una
generosa explanada que cubre parcialmente la depuradora, sobre la cual se extienden hoy los quioscos y pabellones de las actividades ef¨ªmeras, y que tanto en su pavimentaci¨®n topogr¨¢ficamente triangulada y festivamente pol¨ªcroma, como en sus escalinatas, miradores y umbr¨¢culos, ha sido dise?ada con sobria expresividad por Torres y Mart¨ªnez Lape?a, incluyendo la escult¨®rica bandeja inclinada de la p¨¦rgola fotovoltaica que remata el conjunto al borde del mar, monumentalizando ret¨®ricamente la energ¨ªa solar como s¨ªmbolo de la conciencia ecol¨®gica que impregna la actuaci¨®n; el puerto deportivo, que servir¨¢ de escenograf¨ªa recreativa para la food court del conjunto, y las construcciones auxiliares de locales comerciales, capitan¨ªa y pasarela, realizados por los equipos catalanes de Casas y Torres, Baena, Casamor y Quera, y Ferr¨¦ y Domingo; la zona de ba?os, proyectada por Beth Gal¨ª como unas piscinas de agua de mar jalonadas por lac¨®nicos postes de hormig¨®n, a las que se desciende mediante gradas, y que se protegen del oleaje con una peque?a isla artificial; el parque de los Auditorios, construido por Alejandro Zaera como un melanc¨®lico paisaje alabeado, de dunas pavimentadas con una pieza en forma de media luna, que une la explanada con el ¨¢rea de ba?istas y modela dos grader¨ªos para espect¨¢culos al aire libre; y el parque de la Paz, ejecutado por ?balos y Herreros entre el puerto y la nueva playa, al pie de la central t¨¦rmica existente, cuyo formidable impacto visual procura domesticarse con la amena imaginer¨ªa pop de un mosaico horizontal de grandes peces mediterr¨¢neos.
Fuera ya del per¨ªmetro preciso del F¨®rum, pero promovidos de forma simult¨¢nea y parte de la misma operaci¨®n, se encuentran obras como el hotel Princess, un esbelto rascacielos de afilada planta triangular levantado por ?scar Tusquets en Diagonal 1, frente al tri¨¢ngulo tendido de Herzog & De Meuron; el volumen elegantemente facetado del geri¨¢trico proyectado por Clotet y Paricio, llevado a t¨¦rmino con el disciplinado rigor constructivo de su cercano rascacielos residencial; y la multitud de torres del complejo Diagonal-Mar, promovido por la inmobiliaria norteamericana Hines con arquitectos de muy diversa filiaci¨®n en el marco de un ins¨®lito parque urbano dise?ado por el desaparecido Enric Miralles, y que se complementa con un centro comercial de previsible banalidad realizado por la oficina neoyorquina de Robert Stern. Recorriendo las sendas azarosas del extraordinario parque de Miralles, con los gaviones de alambre y roca de los muros de contenci¨®n, los estanques de plantas acu¨¢ticas, las esculturas de tubo met¨¢lico, las tinajas de trencad¨ªs y los bancos alabeados, es imposible no pensar cu¨¢nto de su imaginaci¨®n topogr¨¢fica y l¨ªrica est¨¢ presente en el dinamismo fluido del paisaje del F¨®rum, cuyas primeras propuestas contribuy¨® a definir; y cu¨¢nto de esa mezcla mareante de pragmatismo urbano y dise?o caprichoso que caracteriza el recinto proviene de esa raz¨®n sentimental catalana que entrevera lo cotidiano con lo surreal.
Las actividades del F¨®rum, organizadas a lo largo de tres ejes -paz, diversidad, sostenibilidad- que forman otro tri¨¢ngulo virtuoso, se proponen como una s¨ªntesis bienintencionada del Foro de Davos y el de Porto Alegre, pero se asemejan m¨¢s a la fiesta permanente de una Disneylandia de oeneg¨¦s. "Toda la gente de buena fe", afirma el alcalde Clos, "est¨¢ en el F¨®rum", y esta unanimidad biempensante (expresada en montajes de luz y sonido que muestran hegelianamente el deterioro de la convivencia por el conflicto, y la superaci¨®n de ¨¦ste mediante el di¨¢logo) abruma un poco. Aun teniendo en cuenta que es papel del Estado organizar espect¨¢culos que amansen o eduquen la conciencia ciudadana, tal concentraci¨®n de acr¨®batas, t¨ªteres, circos, cabarets, carnavales y pasacalles al servicio de la virtud universal parece adolecer de un exceso de pensamiento m¨¢gico y mimetismo ¨¦tnico, que trufa estas bondades c¨ªvicas con una proliferaci¨®n desmedida de manos abiertas, t¨®tems y talismanes, en l¨ªnea con los stands de la jaima o carpa central donde se hacen tatuajes de henna y se dan cursillos sobre c¨®mo encender fuego.
Francis Bacon llamaba "¨ªdolos
del foro" a las representaciones equ¨ªvocas que produce nuestra interrelaci¨®n en la plaza o foro, y hay motivos para suponer que el F¨®rum barcelon¨¦s es pr¨®digo en estos enga?osos idola fori, aqu¨ª abreviados en una confianza m¨ªtica en la mera buena voluntad para enfrentarse a un mundo crecientemente hobbesiano. Pero mientras el Leviat¨¢n amenazante no dibuje su perfil en el horizonte, seguramente podemos recrearnos en esa ideolog¨ªa de dibujos animados que las ¨¦lites pol¨ªticas proponen como narc¨®tico o consuelo. A fin de cuentas, los gobiernos tripartitos que comparten la plaza de Sant Jaume parecen creer en su virtud trinitaria, y estas reticencias veniales no pueden deslucir la virtuosa fiesta que se cerrar¨¢ el 26 de septiembre con 28 toneladas de p¨®lvora pirot¨¦cnica. Enhorabuena, Barcelona.
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