La excesivamente tard¨ªa recuperaci¨®n hist¨®rica
Uno de los elementos m¨¢s importantes en el desarrollo del concepto de derechos humanos en los ¨²ltimos 20 a?os es el reconocimiento de que las v¨ªctimas de la represi¨®n llevada a cabo por reg¨ªmenes dictatoriales deben ser compensadas por los responsables pol¨ªticos de tales reg¨ªmenes, as¨ª como por las instituciones y empresas que se beneficiaron de la represi¨®n. As¨ª, varios tribunales de distintos pa¨ªses (EE UU, Alemania, Suiza y Francia) han forzado a empresas que utilizaron trabajadores esclavos durante el r¨¦gimen nazi alem¨¢n a pagar compensaciones de m¨¢s de 10.000 millones de d¨®lares estadounidenses a tales trabajadores y a sus familiares.
Inspirados por el reconocimiento internacional de los derechos de las v¨ªctimas de tales reg¨ªmenes, las v¨ªctimas del r¨¦gimen apartheid (uno de los m¨¢s crueles que han existido en ?frica) han llevado a los tribunales de Sur¨¢frica a las empresas estadounidenses y europeas (Cr¨¦dit Suisse, Deustche Bank, IBM, Siemens y otras) que adquirieron grandes beneficios en Su- r¨¢frica como resultado de explotar su fuerza laboral, forz¨¢ndoles a trabajar en p¨¦simas condiciones laborales debido a la enorme represi¨®n existente durante aquel r¨¦gimen. Hasta el momento, los tribunales surafricanos (as¨ª como los de los pa¨ªses citados anteriormente) parecen sensibles a los argumentos de los demandantes, que subrayan que no s¨®lo el r¨¦gimen, sino tambi¨¦n los grupos econ¨®micos y empresariales que se beneficiaron de tales reg¨ªmenes, deber¨ªan compensar a sus v¨ªctimas. La novedad de este caso de Sur¨¢frica es que se ampl¨ªa la definici¨®n de v¨ªctima para incluir no s¨®lo los trabajadores esclavos, sino todos los trabajadores de aquellas empresas multinacionales y nacionales.
La resoluci¨®n de este caso es de una gran importancia no s¨®lo para Sur¨¢frica, sino para muchos otros pa¨ªses que han sufrido dictaduras de brutalidad semejante a aqu¨¦lla. Entre estos pa¨ªses est¨¢ Espa?a, que sufri¨® durante el periodo 1939-1977 una de las dictaduras m¨¢s represivas de la Europa del siglo XX. M¨¢s de medio mill¨®n de personas estuvieron encarceladas en campos de concentraci¨®n franquistas y muchas de ellas fueron forzadas a trabajar en situaciones enormemente opresivas. Tanto el Estado espa?ol como empresas (muy en especial de la construcci¨®n) e instituciones privadas (como la Iglesia cat¨®lica espa?ola) utilizaron prisioneros pol¨ªticos como trabajadores en condiciones muy deterioradas y de gran explotaci¨®n. El caso m¨¢s conocido es el del Valle de los Ca¨ªdos, que fue construido (en homenaje a los vencedores) por lo que en la Alemania posnazi se llamar¨ªan trabajadores esclavos, que fueron tratados con todas formas de brutalidad. Ninguno de estos hechos es mencionado, por cierto, en las gu¨ªas tur¨ªsticas de tal monumento. En realidad, tal silencio explica que la juventud espa?ola conozca los horrores de las dictaduras militares chilena y argentina y desconozca, sin embargo, los horrores incluso mayores de la dictadura militar espa?ola. Y el silencio televisivo sobre estos horrores es un silencio ensordecedor. El excelente documental sobre los horrores del franquismo Els nens perduts del franquisme, uno de los documentales espa?oles m¨¢s galardonados fuera de Espa?a y mostrado en muchas televisiones en Europa, incluida la cadena p¨²blica francesa, nunca ha sido mostrado en la televisi¨®n p¨²blica espa?ola. Y los gobiernos socialistas no tomaron medidas para recuperar la memoria hist¨®rica y corregir el gran silencio hist¨®rico. Incluso ministros de Cultura del Gobierno del PSOE tan sensibles al hecho hist¨®rico como Jorge Sempr¨²n no aprovecharon su po- sici¨®n institucional para corregir la gran injusticia que tal silencio reprodujo.
La ley de amnist¨ªa benefici¨® principalmente a los vencedores y franquistas que cometieron la gran represi¨®n y corrupci¨®n. Tal ley se interpret¨® err¨®neamente como perd¨®n de los enormes atro
pellos y de la violaci¨®n de los derechos humanos que cometieron
(incluidos el robo y la corrupci¨®n), corriendo un velo sobre sus responsabilidades pol¨ªticas. Jueces, como Baltasar Garz¨®n, que han mostrado gran celo para perseguir a los violadores de los derechos humanos en las dictaduras argentina y chilena han permanecido extraordinariamente silenciosos sobre los violadores de derechos humanos del franquismo. Es m¨¢s, seg¨²n las leyes de este pa¨ªs, los dem¨®cratas que fueron sentenciados como criminales debido a su lucha por la libertad contin¨²an siendo considerados como tales, lo que refleja la enorme insensibilidad democr¨¢tica del sistema judicial. Pero no sucede as¨ª en otros pa¨ªses y organismos internacionales, que no quedan sujetos a estas limitaciones y que son m¨¢s sensibles a los derechos humanos de los ciudadanos que el sistema jur¨ªdico espa?ol y el Estado espa?ol. Hay que reconocer que, por fin, empieza a producirse una recuperaci¨®n de la memoria hist¨®rica entre las izquierdas y comienzan a pedirse responsabilidades por las brutalidades realizadas por la dictadura franquista. Tales fuerzas no s¨®lo deber¨ªan recuperar la memoria hist¨®rica, sino tambi¨¦n exigir la correcci¨®n de injusticias realizadas durante la dictadura, pidiendo responsabilidades pol¨ªticas, jur¨ªdicas y econ¨®micas de las personas y empresas que obtuvieron beneficios a costa de aquellas violaciones. Las Cortes y los parlamentos aut¨®nomos tambi¨¦n deber¨ªan prohibir todos los s¨ªmbolos franquistas, incluidos monumentos y nombres de calles, y habr¨ªa que ense?ar en las escuelas que no se puede ser dem¨®crata sin ser antifranquista. Ni que decir tiene que las derechas vetar¨ªan tales esfuerzos, mostrando una vez m¨¢s su insensibilidad democr¨¢tica, pero tales peticiones deber¨ªan incorporarse en los programas de las fuerzas democr¨¢ticas para contribuir a crear una cultura democr¨¢tica en nuestro pa¨ªs.
Vicen? Navarro es catedr¨¢tico de Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad Pompeu Fabra.
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