El Bar?a desfallece en la recta final
Un desmotivado conjunto azulgrana cae ante un Celta correoso que vuelve a creer en la salvaci¨®n
Al Barcelona la Liga se le ha hecho demasiado corta y la remontada excesivamente larga. Diecisiete partidos despu¨¦s de su ¨²ltimo fracaso sabore¨® de nuevo el amargo gusto de la derrota, en un desfallecimiento colectivo con el que mucho tuvo que ver el Celta, que jug¨® como si le hubiera visto la cara al diablo. Fue para los de casa un partido a la antigua usanza, tr¨¦mulo y desbordante. Al fin y al cabo todo se redujo a una cuesti¨®n de objetivos: al Celta se le va la vida misma, en forma de descenso, y parecen los azulgrana hechos a la idea de que su lucha es como la adoraci¨®n a un dios menor; el prurito de desplazar al Madrid de la c¨®moda segunda plaza. Comparadas las intensidades, el Celta se llev¨® el partido de calle, porque durante largu¨ªsimos minutos se borr¨® el Bar?a como si de una pachanga se tratara. Nadie como Ronaldinho, la cara del nuevo Bar?a, ilustr¨® el par¨¦ntesis de los de Rijkaard: se fue de Bala¨ªdos sin dar se?ales de vida, con una tarjeta, errores de bulto y la sensaci¨®n de que tampoco ¨¦l estuvo en Vigo.
CELTA 1 - BARCELONA 0
Celta: Cavallero; Velasco, C¨¢ceres, M¨¦ndez, Juanfran; Oubi?a (Jos¨¦ Ignacio, m. 75), Luccin, Giovanella; Mostovoi (Gustavo L¨®pez, m. 87); Edu y Milosevic (Ilic, m. 66).
Barcelona: Vald¨¦s; Reiziger (Kluivert, m. 65), M¨¢rquez, Oleguer,Van Bronckhorst; Xavi (Luis Enrique, m. 81), Cocu, Davids; Iniesta (Gabri, m. 46), Saviola y Ronaldinho.
Gol: 1-0. M. 42. Velasco centra y Mostovoi toca de espaldas para Edu, que remata con la zurda.
?rbitro: Undiano Mallenco. Mostr¨® la tarjeta amarilla a Luccin, Juanfran, Ronaldinho y Gabri, que no podr¨¢ jugar contra el Racing.
Bala¨ªdos: buena entrada. V¨ªctor Vald¨¦s par¨® un penalti a Luccin (m. 68).
Ronaldinho se fue de Bala¨ªdos sin dar se?ales de vida, con una tarjeta y errores de bulto
Eso que suelen decir los entrenadores sobre arrebatarle la pelota al rival lo cumpli¨® el Celta al mil¨ªmetro. Argumentan los t¨¦cnicos que no hay mejor forma de defender a equipos como el Bar?a o a futbolistas como Ronaldinho que evitar que tenga el bal¨®n, y el brasile?o tard¨® ayer veinte minutos en intentar entrar en el ¨¢rea y otros tantos en disparar a puerta. Era el segundo disparo visitante del partido, iban 44 minutos y el Celta ya se hab¨ªa adelantado en el marcador. No era ajeno Ronaldinho al mal que bloqueaba a su equipo, sorprendido por el orgullo de un Celta rebelado contra su destino. El conjunto gallego persigui¨® la pelota hasta el ¨¢rea peque?a, y oblig¨® a su acomodado rival a deshacerse de ella de mala manera. Utiliz¨® m¨¢s los pies Vald¨¦s que Saviola, Ronaldinho o Iniesta. Sin la pelota se sinti¨® el Barcelona desnudo, sin pasillos que condujesen a Cavallero, como cansado por venir remando contra corriente desde tan lejos a trav¨¦s de un campeonato hostil.
Rijkaard le hizo un sitio a M¨¢rquez en la defensa para confiar la conducci¨®n del equipo a Cocu, que no se encontr¨® c¨®modo en la piel de protagonista, asfixiado por el marat¨®n del centro del campo c¨¦ltico. Tropez¨® el Bar?a con un clon t¨¢ctico del que viene tirando el entrenador holand¨¦s, con dos interiores en el papel de volantes para ocupar las bandas, lo que oblig¨® a Edu y Milosevic a multiplicarse por todo el frente del ataque. Fueron las ¨²nicas noticias de la primera mitad, que el Barcelona vivi¨® con aire despistado ante el desenfreno local. El compromiso con el partido era del Celta, muy bien sustentado por Giovanella, Luccin y el joven Oubi?a, un futbolista que no desaprovecha sus oportunidades para consolidarse en el primer equipo.
M¨¢s que Ronaldinho o Saviola, el enemigo del Celta fue su falta de pegada, una cuesti¨®n que resolvi¨® cuando el partido enfilaba el descanso. Le ven¨ªa pasando como hace siete d¨ªas en el Calder¨®n: dispar¨® C¨¢ceres por encima del larguero, Edu intent¨® aprovechar alg¨²n error de Vald¨¦s, Giovanella lanz¨® sin potencia... Por falta de gol se le han ido demasiados puntos al conjunto gallego esta temporada, pero cuando iban 42 minutos puso Edu el partido donde le conven¨ªa a su equipo. Ocurri¨® en una perfecta dejada de Mostovoi, la ¨²nica referencia que dej¨® el ruso en la primera mitad, que el brasile?o incrust¨® en la red de un fuerte disparo con la izquierda, su pierna mala.
El enfermo dio muestras de rehabilitaci¨®n tras el descanso. Rijkaard sustituy¨® al in¨¦dito Iniesta por Gabri, que abri¨® el campo por la derecha como Van Bronckhorst lo hizo por la izquierda, liberado de compromisos defensivos. Fue una declaraci¨®n de intenciones, lo que alumbr¨® una segunda mitad completamente distinta. El Barcelona consigui¨® al fin meterse en el campo del Celta, y a?adi¨® p¨®lvora con el relevo de Reiziger por Kluivert. El Celta acept¨® la propuesta y se sinti¨® c¨®modo en su nuevo papel, para encomendarse a contraataques peligrosos que impidieron al Barcelona retirar el ojo del retrovisor. En uno de ellos, Edu condujo la pelota desde la divisoria hasta el ¨¢rea azulgrana, donde fue agarrado por Oleguer. A Luccin le detuvo el penalti Vald¨¦s, el ¨²nico protagonista azulgrana, lo que oblig¨® al Celta a vivir el tramo final con el coraz¨®n en un pu?o hasta el ¨²ltimo segundo. Resolvieron los c¨¦lticos la papeleta, y le dieron al Valencia la ¨²ltima palabra en una Liga en la que el Bar?a ya no tiene nada que decir.
![Luccin entra en falta a Davids.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/I5XXAB64D4QNOPGXGQFT2VHVJI.jpg?auth=284d8921b384462effaf1b10ce0f66e65847b114db087c397122e0a3b17a9620&width=414)
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