Im¨¢genes
Un a?o despu¨¦s de que la Cruz Roja denunciara las torturas en Irak, llegan ahora las im¨¢genes. Son atroces, pero su publicaci¨®n ha sido necesaria para que el mundo se diera por enterado. En esta ocasi¨®n las fotograf¨ªas son fruto de una filtraci¨®n, pero cumplen el mismo papel inculpatorio que tuvieron las denuncias de tantos reporteros de guerra.
La frase "tenemos las fotos", ha sido durante d¨¦cadas una varita m¨¢gica de la profesi¨®n period¨ªstica frente a los intentos del poder por amordazar a los medios. Se ha recordado durante estos d¨ªas en que los periodistas valencianos hemos celebrado una serie de actos en defensa de la libertad de expresi¨®n. Los redactores gr¨¢ficos son los testigos directos e inc¨®modos y por eso fot¨®grafos de prensa y c¨¢maras de televisi¨®n suelen ser las primeras v¨ªctimas. En las mesas redondas organizadas por la Uni¨® de Periodistes Valencians se ha debatido en torno al periodismo en tiempos de guerra y de la informaci¨®n entre el 11-M y el 14-M, dos temas profundamente enlazados. Y tras la entrega el pasado viernes de los Premis Llibertat d'Expressi¨®, las actividades se clausuran hoy en la FNAC con la subasta, a beneficio de una ONG, de las fotograf¨ªas de Fragments d'un any, las im¨¢genes en que los fotoperiodistas valencianos han dejado plasmado el testimonio de un tiempo que se presta poco a la inocencia.
Ahora llegan a las televisiones y a los peri¨®dicos las fotograf¨ªas del horror y las informaciones de que detr¨¢s de ellas hab¨ªa instrucciones concretas y planificadas. Son la prueba del nueve de que los ej¨¦rcitos de Bush, de Blair y de Aznar no s¨®lo no fueron a luchar contra el terrorismo, ni a buscar armas de destrucci¨®n masiva, sino que la idea de democracia y derechos humanos era m¨¢s que una mentira, un sarcasmo. El historiador Robert Bartlett estuvo ayer en Valencia presentando su obra La formaci¨®n de Europa. Y al escuchar a este medievalista explicar c¨®mo Europa se hab¨ªa construido mediante la expansi¨®n hacia la periferia y la exclusi¨®n del otro, resultaba dif¨ªcil no acordarse del tr¨ªo de las Azores y su idea de Europa. ?Cu¨¢l es la vieja y cu¨¢l la nueva? ?La que conquista o la que integra? Cuando leemos que subcontratan soldados, carceleros y torturadores, que los ej¨¦rcitos privados operan en m¨¢s de cincuenta pa¨ªses y que Bush tiene subcontratados para esta guerra a 20.000 hombres en unas mesnadas que ahora se llaman "empresas de servicios militares" (PMF en sus siglas en ingl¨¦s), resulta casi inevitable evocar los diagn¨®sticos de hace unas d¨¦cadas sobre la nueva Edad Media que se nos ven¨ªa encima. Un tiempo oscuro, en el que las tinieblas se extienden m¨¢s all¨¢ de los velos del Islam.
Cuando Aznar mand¨® las tropas a Irak nadie en su partido os¨® hacer el m¨¢s m¨ªnimo comentario cr¨ªtico. Y ahora que dicen que se ha ido ?alguien del PP se ha atrevido a levantar una voz ante de las im¨¢genes del horror? Cuesta imaginar qu¨¦ fotograf¨ªas tendr¨ªamos que ver, qu¨¦ tendr¨ªa que pasar para que los Rajoy, Zaplana o Camps, digan que tal vez se equivocaron.
No hay im¨¢genes inocentes, Disney veta la ¨²ltima pel¨ªcula de Michael Moore. Nos refugiamos en el deporte como territorio de inocencia: por eso se machaca al ciclista que denuncia el dopaje, o se ignora a quien investiga las oscuras cuentas de la liga de las estrellas. Nos ilusionamos con el f¨²tbol porque fue un territorio de la infancia y buscamos la inocencia para creernos con Albelda que se ha producido "el triunfo de la humildad y del trabajo sobre el dinero". ?Amunt Val¨¨ncia!
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.