Un cuello de plata
El d¨²o espa?ol de salto, segundo, pese a la lesi¨®n muscular de Leire Santos
"Llevaba tres repeticiones del mismo salto, un movimiento que practico a diario en los calentamientos, y de repente me peg¨® un latigazo". Leire Santos, madrile?a como Dolores S¨¢ez de Ibarra, su compa?era en el salto sincronizado de 10 metros, recuerda con escepticismo la contractura muscular que sufri¨® en el cuello el s¨¢bado por la tarde, mientras se entrenaba.
Una lesi¨®n, cuando se impulsaba desde un trampol¨ªn de tres metros, altura irrisoria para lo que ella acostumbra, que restaba opciones de medalla al d¨²o espa?ol, cuarto en los mundiales de Barcelona del pasado verano y segundo en la Universiada de Pek¨ªn (2001). Una dolencia que no impidi¨® que se alzaran ayer, al filo de las diez de la noche, con su primera medalla, color de plata, en unos Europeos. "No me lo termino de creer", casi grita Leire a trav¨¦s del m¨®vil, liberada de la presi¨®n de saberse medalla y estar a punto de renegar de ella por un rev¨¦s del destino. "No quer¨ªa mirar al marcador", donde las espa?olas s¨®lo fueron superadas por las italianas.
"Ha probado varios saltos desde los 10 metros, siempre con el permiso de los doctores, y no se ha resentido", refer¨ªa por la ma?ana el seleccionador y director t¨¦cnico, el ucraniano Mykhaylo Ugryumov, orgulloso del pundonor de su pupila. A¨²n as¨ª, Ugryumov tampoco encontraba explicaciones a la contractura de la saltadora de 25 a?os. "Ocurri¨® en la salida, pero es que Leire no hizo ning¨²n movimiento raro ni nada; pasa una vez cada cien a?os", razonaba sin descanso. La soluci¨®n al jerogl¨ªfico, sencilla, la ten¨ªa Dolores: "El a?o pasado sufri¨® un accidente de tr¨¢fico que le produjo un esguince en el cuello". Contractura que casi obliga a las espa?olas a retirarse de la prueba, la que mejor llevaban con diferencia. "Si fuera un pie se podr¨ªa forzar, pero siendo el cuello...", segu¨ªa lamentando Lola, compa?era de saltos de Leire desde 1998, a 24 horas de la final.
El empuje de Leire y el trabajo de los m¨¦dicos y fisioterapeutas de la selecci¨®n obraron el milagro. "El primer d¨ªa estuvo en reposo absoluto, no pod¨ªa mover el cuello, y poco a poco se ha ido recuperando a base de antiinflamatorios, relajantes musculares y fisioterapia intensiva, dos veces por d¨ªa", explica Ugryumov. "Ahora s¨®lo tengo molestias", a?ad¨ªa, el lunes por la noche, la afectada desde su habitaci¨®n. A cambio, tuvo que despedirse de la final individual, celebrada ese mismo d¨ªa. "Bueno, nos hemos jugado todo a una carta", resum¨ªa entonces Dolores, novena. La jugada imposible, el ¨®rdago a metal, sali¨®. Incluso el oro estuvo a tiro en el ¨²ltimo salto.
La lesi¨®n tampoco vari¨® la cadencia ni la estrategia de los saltos. "Haremos los mismos, lo que pasa es que a ella probablemente le cueste m¨¢s saltar despu¨¦s de estar tres d¨ªas parada", aseveraba contrariada Dolores el lunes. M¨¢s optimista se mostraba Ugryumov. "No realizamos ejercicios de una dificultad muy alta, lo que permite que las chicas pueden saltar incluso enfermas o lesionadas". Siempre dentro de unos l¨ªmites, en parte favorables por ser una final directa.
Los avatares del destino no hicieron que el t¨¢ndem madrile?o perdiera la esperanza. Por eso se llevaron la plata. Leire siempre fue la m¨¢s optimista: "Nunca se sabe. A estas alturas te olvidas de todo". Sobre todo si te lanzas desde 10 metros con el cuello lastimado.
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