"La guerra de Irak ha desatado un odio en el que encuentra eco el terrorismo"
Irak al este e Israel al oeste. El pa¨ªs que Bachar el Asad hered¨® hace cuatro a?os de su padre, Hafez el Asad, se halla en una encrucijada geoestrat¨¦gica que convierte su Gobierno en un ejercicio de malabarismo pol¨ªtico. "Ense?a mucho", reconoce con flema el presidente sirio sin minimizar la dificultad. Contra los agoreros que se?alaban su falta de preparaci¨®n para la tarea, este oftalm¨®logo de 38 a?os, educaci¨®n brit¨¢nica y modales exquisitos, ha logrado hasta el momento sortear los obst¨¢culos y hacer frente a la amenaza del extremismo islamista, de un lado, y a las presiones de Estados Unidos, de otro.
"Nuestra posici¨®n se mantiene invariable en contra del terrorismo", insiste. Y, sin embargo, Washington sigue incluyendo a Siria en la lista de Estados que lo apadrinan. Incluso alg¨²n alto funcionario del Departamento de Estado se ha referido a su pa¨ªs como "aspirante al eje del mal". ?El problema?: su actitud ante Israel. "?Por qu¨¦ no le piden a Israel el desmantelamiento de sus armas nucleares?", pregunta, convencido del doble rasero norteamericano. Para el presidente Bachar, la lucha de los palestinos contra la ocupaci¨®n israel¨ª, como la de los iraqu¨ªes contra las tropas norteamericanas, es resistencia y no terrorismo. "No vayan a creer que cuando una persona afronta la muerte, lo hace porque se lo pide una organizaci¨®n", asegura, en relaci¨®n a los ataques suicidas.
"Existe un di¨¢logo entre instituciones sirias y estadounidenses en materia de lucha contra el terrorismo"
"?La misi¨®n de unas tropas ¨¢rabes o musulmanas en Irak ser¨¢ morir en lugar de las de Estados Unidos o ayudarles a reducir gastos? La respuesta est¨¢ clara"
"Estados Unidos se ha convertido por primera vez en una fuente de inestabilidad"
Esa postura de firmeza le ha granjeado simpat¨ªas no s¨®lo dentro de Siria, sino tambi¨¦n en el resto del mundo ¨¢rabe e isl¨¢mico. En el debe, ha defraudado las expectativas de democratizaci¨®n de muchos de sus ciudadanos. Las reformas, admite, "no s¨®lo van despacio, sino que a veces van marcha atr¨¢s". Pero, una vez m¨¢s, busca coartada en la situaci¨®n regional, agravada por la ocupaci¨®n estadounidense de Irak. "Nuestros problemas cotidianos relegan a un segundo plano esas reformas. La prioridad ahora es la seguridad", explica, recordando el inusual atentado que se produjo en Damasco hace dos semanas.
Aunque el lunes por la ma?ana, cuando recibi¨® a EL PA?S en su despacho privado, una fuerte calima imped¨ªa ver las cumbres del Gol¨¢n, el control israel¨ª de esta parte de Siria plane¨® durante toda la entrevista. "?Acaso esa democracia consiste en mantener una parte de nuestro territorio bajo ocupaci¨®n?", respondi¨®, cuando se le pidi¨® opini¨®n sobre el proyecto estadounidense para democratizar Oriente Pr¨®ximo. Por lo dem¨¢s, el presidente Bachar se mostr¨® distendido, incluso brome¨® en alguna ocasi¨®n, y aunque respondi¨® en ¨¢rabe a la entrevista, realizada sin cuestionario previo, no dud¨® en recurrir al ingl¨¦s cuando tuvo la impresi¨®n de que la traducci¨®n pod¨ªa no ser del todo fiel a sus palabras. Tambi¨¦n acept¨® de buen grado la intervenci¨®n de Buzaina Shaab¨¢n, oficialmente la ministra para Asuntos de la Emigraci¨®n, pero en realidad su principal consejera en relaciones exteriores y el eje central en su intento por mejorar la imagen internacional de Siria.
Pregunta. Cuando solicitamos esta entrevista hace un a?o, EE UU acababa de invadir Irak y hab¨ªa rumores de que la invasi¨®n podr¨ªa extenderse a Siria e Ir¨¢n. Realmente, ?existi¨® ese riesgo?
Respuesta. No hubo indicios de que fuera a producirse. Lo m¨¢s grave es que nos enfrentamos a un antecedente peligroso. Se ha recuperado el instrumento de la invasi¨®n y la ocupaci¨®n al estilo colonial del siglo pasado, y esto nos preocupa en tanto que naci¨®n peque?a.
P. ?Cu¨¢l es el momento actual de sus relaciones con Estados Unidos?
R. En la Administraci¨®n norteamericana existen en la actualidad varias corrientes, no una sola. Hay una corriente que quiere cooperar con Siria a trav¨¦s del di¨¢logo y de la reciprocidad, y otra que no quiere este contacto, que busca las presiones y quiz¨¢s la guerra. Por otra parte, existe un di¨¢logo entre instituciones sirias y estadounidenses, sobre todo en el asunto de la lucha contra el terrorismo. ?sta es una visi¨®n de las relaciones. Quiz¨¢s si plantean el asunto a otras personas, tendr¨¢n otras perspectivas y algunas dir¨¢n que son negativas. Es una relaci¨®n fluctuante.
P. ?De qu¨¦ forma afecta la ocupaci¨®n de Irak a los pa¨ªses vecinos, y en particular a Siria?
R. En todos los aspectos. En primer lugar, moralmente. Todos nos oponemos a la ocupaci¨®n. En segundo, nosotros, como naci¨®n peque?a, mir¨¢bamos a Estados Unidos como un pa¨ªs que favorec¨ªa la estabilidad, a pesar de nuestras diferencias sobre ciertos problemas. Por primera vez, Estados Unidos se ha convertido en una fuente de inestabilidad y no de estabilidad. Est¨¢ tambi¨¦n el aspecto econ¨®mico. Los inversores huyen de las guerras y de las situaciones inestables; por lo tanto, la inversi¨®n ha disminuido. En lo social, la interacci¨®n entre las tribus y las familias se ha vuelto muy tensa. Ahora vamos a ver los efectos sobre la seguridad. En Irak hay caos y descontrol, hay contrabando de armas hacia Siria; tambi¨¦n un aumento del extremismo y un sentimiento de odio hacia Estados Unidos que no exist¨ªa con anterioridad.
P. ?Cree que al final de este proceso Irak conseguir¨¢ salvar su integridad territorial?
R. ?sa es la prioridad para Irak, para Siria, para todos los pa¨ªses vecinos, y considero que tambi¨¦n para los dem¨¢s pa¨ªses del mundo, porque si no se respeta la integridad territorial de Irak sentar¨ªa un precedente que se convertir¨ªa en el eslab¨®n de una larga cadena que podr¨ªa llegar hasta el centro de Asia y extenderse a Europa y al resto del mundo. Hay dos posibilidades. Empecemos con la positiva. Como resultado de la ocupaci¨®n, nosotros, al igual que otras naciones, nos tem¨ªamos lo peor, pero los iraqu¨ªes han dado prueba de una cierta unidad. Y ello a pesar de la ausencia de Estado. Cualquier pueblo necesita del Estado para mantenerse unido. En ausencia de ¨¦ste, los l¨ªderes tribales ocupan su lugar y el conflicto entre ellos lleva a la desintegraci¨®n del pa¨ªs. La otra posibilidad, la negativa, la ocupaci¨®n en s¨ª. Si me permiten, pondr¨¦ un ejemplo m¨¦dico. Cuando un agente extra?o penetra en el cuerpo, ¨¦ste genera una reacci¨®n defensiva, lo que produce una complicaci¨®n que afecta negativamente al cuerpo; de ah¨ª el rendimiento err¨®neo de las fuerzas de ocupaci¨®n, lo que pone en riesgo la integridad de Irak.
P. ?Existe un problema kurdo en Siria?
R. ?En el sentido nacional del problema?
P. Nos preguntamos si los problemas de integraci¨®n que se plantean en Irak con la comunidad kurda pueden terminar traslad¨¢ndose a Siria...
R. Hay algunas discusiones aqu¨ª relacionadas con el asunto kurdo, y no quiero llamarlo problema kurdo. Hay dos cuestiones distintas: el asunto kurdo en Siria y el asunto kurdo en Irak. En el caso de Siria, se trata de un problema procesal que arranca de 1962, cuando parte de los kurdos que llegaron a Siria desde Irak y Turqu¨ªa recibieron la ciudadan¨ªa, pero el resto quedaron excluidos a pesar de que en muchos casos pertenec¨ªan a las mismas familias. Eso ha creado brechas. A veces, desde el exterior, se plantea el problema del nacionalismo kurdo y los derechos de los kurdos. Sin embargo, en Siria, ha habido cinco presidentes y primeros ministros kurdos, lo que quiere decir que aqu¨ª los kurdos no tienen un problema de derechos. En Irak, algunos plantean la cuesti¨®n del Estado kurdo y otros una federaci¨®n que dar¨ªa autonom¨ªa a los kurdos. Por supuesto, rechazamos de plano el proyecto del Estado kurdo, porque eso significa dividir el territorio. En cuanto a la federaci¨®n, podr¨ªa ser inofensiva, pero no si se lleva a cabo sobre bases ¨¦tnicas o religiosas, como se baraja. A largo plazo, llevar¨ªa tambi¨¦n al cercenamiento del territorio. No s¨¦ si esto responde a su pregunta.
P. Lo que queremos saber es si existe riesgo de que los kurdos luchen por crear un Estado independiente con la poblaci¨®n que tienen en distintos pa¨ªses, incluida Siria.
R. No creo que exista ese riesgo, porque la mayor¨ªa de los kurdos est¨¢n en contra. La situaci¨®n podr¨ªa darse si los kurdos fueran tratados como ciudadanos de segunda. Aqu¨ª es dif¨ªcil distinguir entre el kurdo y el que no lo es. Por eso, la mayor parte sabe que ese planteamiento es nocivo para ellos y no les beneficia. No se trata de una afirmaci¨®n gratuita, sino que se basa en lo que escuchamos a muchos kurdos, incluso iraqu¨ªes.
P. Algunos de los Gobiernos europeos que han estado en contra de la intervenci¨®n de EE UU, y alg¨²n Gobierno que se ha salido de la Coalici¨®n, como el espa?ol, plantean la necesidad de que los pa¨ªses ¨¢rabes y musulmanes, sobre todo los pa¨ªses lim¨ªtrofes de Irak, se involucren en el proceso de transici¨®n, en especial en su seguridad. ?Es eso posible?
R. Depende del modelo de transici¨®n que se prevea para Irak. Si se trata de una transici¨®n de la ocupaci¨®n a otra ocupaci¨®n bajo una forma distinta... Ayer tuvimos aqu¨ª a algunos amigos iraqu¨ªes allegados al Consejo de Gobierno de Irak. Nos dijeron que despu¨¦s del 30 de junio va a haber un Gobierno con poderes limitados. Ir a Irak, tanto un Estado ¨¢rabe como uno que no lo sea, s¨®lo puede hacerse a petici¨®n de un Gobierno leg¨ªtimo, que represente al pueblo, es decir, que sea elegido. En este momento, no existe tal Gobierno. Nuestros amigos iraqu¨ªes nos han advertido de que si llegamos a su pa¨ªs bajo bandera de EE UU, nos tratar¨¢n como a norteamericanos a pesar de que quieren a Siria. Esto nos hace plantearnos una pregunta sencilla: ?la misi¨®n de esas tropas ser¨¢ morir en lugar de las fuerzas de EE UU o ayudarles a reducir los gastos? La respuesta est¨¢ clara.
P. ?De qu¨¦ forma podr¨ªa Europa colaborar, en este y en otros asuntos de la regi¨®n, para salir de lo que parece un atolladero entre el mundo ¨¢rabe y Estados Unidos?
R. Lo primero que necesitar¨ªa Europa es tener una postura unificada. Siempre hay diferencias entre Estados, ideas y planteamientos. No parece l¨®gico que en un momento dado Estados Unidos, Espa?a y el Reino Unido tuvieran una postura com¨²n frente al resto de Europa. Ahora, la situaci¨®n ha cambiado. En segundo lugar, tambi¨¦n har¨ªa falta una postura com¨²n de la Administraci¨®n norteamericana respecto a los problemas de la regi¨®n. En tercero, que Europa convenciera a Estados Unidos de la importancia de su papel en la regi¨®n. En cuarto, habr¨ªa que convencer a algunas naciones europeas de que Europa puede actuar en funci¨®n de Estados Unidos, no en su contra. Entonces, podremos decir a los ¨¢rabes que Europa tiene capacidad de desempe?ar un papel efectivo en muchos de los problemas, pero exige antes un di¨¢logo europeo-norteamericano.
P. ?Qu¨¦ opina del plan norteamericano del gran Oriente Pr¨®ximo que Estados Unidos presenta como un plan de democratizaci¨®n de los reg¨ªmenes ¨¢rabes?
R. Si usted va a comprar algo, ?se deja llevar por la publicidad? Lo que le interesa es la credibilidad del producto. ?Esa democracia ser¨ªa al estilo de Abu Ghraib y, por ende, todos nuestros territorios se convertir¨ªan en grandes prisiones? Esos pa¨ªses que plantean la democratizaci¨®n y las reformas no han tenido problemas en su historia reciente para apoyar a dictaduras cuando les ha interesado. ?Acaso se trata de una democracia que pasa por alto nuestros problemas en Palestina y en el Gol¨¢n? ?Acaso esa democracia consiste en mantener una parte de nuestro territorio bajo ocupaci¨®n? ?sos son s¨®lo algunos de los aspectos que indican la falta de credibilidad de esos planes. Adem¨¢s, tememos que el proyecto forme parte de la campa?a electoral norteamericana. Nadie en esta regi¨®n presta atenci¨®n a esos planes.
P. ?Cree que hay un problema de democracia en los pa¨ªses ¨¢rabes?
R. Por supuesto. Lo hay. La falta de credibilidad de lo planteado desde el exterior no quiere decir que no tengamos problemas. [Interviene Buzaina: "Pero una gran parte de la falta de democracia en la regi¨®n tiene que ver con el comportamiento occidental hacia Oriente Pr¨®ximo, y no s¨®lo con la intervenci¨®n directa"]. Los pa¨ªses occidentales han apoyado a las dictaduras e intervenido para darles legitimidad. No se puede separar el problema de la ocupaci¨®n por Israel ni el del desarrollo regional. Les pondr¨¦ un ejemplo: durante dos a?os, hemos tenido que retrasar la puesta en marcha de nuestro programa de Internet porque se prohibi¨® la venta a Siria de los equipos necesarios, y eso ata?e al derecho al conocimiento que debe ser respetado.
P. En la entrevista que le hicimos hace tres a?os, usted nos dijo que su prioridad eran las reformas econ¨®micas. ?No van demasiado despacio?
R. No s¨®lo despacio, sino que a veces van marcha atr¨¢s. Es la realidad. Hay aspectos en los que se ve un gran progreso, pero en otros, no. Sin embargo, nuestros problemas cotidianos relegan a un segundo plano esas reformas. La prioridad ahora es la seguridad. Estamos viviendo en un campo minado dentro y fuera del pa¨ªs. El terrorismo se ha extendido. Hace dos semanas hemos sufrido un atentado, pero con anterioridad hubo varios intentos que logramos frustrar. La situaci¨®n econ¨®mica da marcha atr¨¢s. Si usted pregunta a un ciudadano sirio por sus deseos, le responder¨ªa que alimentos, no partidos, por ejemplo. Ahora hay familias que dejan de enviar a sus hijos a la escuela para que trabajen y se busquen la vida. Es l¨®gico que se produzcan las consecuencias que vemos y la corriente antidemocr¨¢tica sale reforzada de esta situaci¨®n y no a la inversa. Hay otros dos factores que han influido en el mismo sentido: la guerra contra Afganist¨¢n y la ocupaci¨®n de Irak.
P. En el caso de Afganist¨¢n se ha demostrado que era una sede operativa de Al Qaeda, no as¨ª en Irak. ?Por qu¨¦ sit¨²a en el mismo plano ambas intervenciones?
R. Voy a poner un ejemplo m¨¦dico de nuevo. El c¨¢ncer tocado con un bistur¨ª se propaga si no es extirpado completamente. Eso es lo que ha ocurrido en Afganist¨¢n. Y as¨ª se lo plante¨¦ a varios pa¨ªses que participaron en la guerra, incluso se lo dije al primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair. El terrorismo se ha propagado desde entonces y ha alcanzado a varias naciones. Ahora, Irak carece de Estado. Puede suceder cualquier cosa y asentarse cualquier tipo de organizaci¨®n. ?ste es un aspecto. Por otro lado, la guerra de Afganist¨¢n constituy¨® un error y provoc¨® en nuestra regi¨®n una reacci¨®n popular muy negativa. Vino la guerra de Irak y duplic¨® ese sentimiento. Ambas han desatado un odio en el que encuentra apoyo cualquier acto terrorista. Esto se suma a lo que est¨¢ sucediendo en Palestina. Hay que vincular de forma directa Afganist¨¢n, Irak, Palestina y el terrorismo. Quiero aclarar un punto. Hablan de Al Qaeda. No sabemos si existe o no una organizaci¨®n que se llama Al Qaeda. Sin embargo, hay una corriente extremista, organizada o no, cuyas acciones encuentran su raz¨®n de ser en el odio que mencionaba antes.
P. El terrorismo, cualquiera que sea la procedencia, ataca en Nueva York, en Madrid, en Casablanca, en Estambul, en Riad, tanto en los pa¨ªses ¨¢rabes como en los occidentales. ?Qu¨¦ cabe hacer frente a esta globalizaci¨®n del terrorismo?
R. Hay que tratar las causas, especialmente en Irak y Palestina. Es un tratamiento complicado, pero conocido y claro. Abarca todos los m¨¦todos, el ¨²ltimo de los cuales es el uso de la fuerza, y no precisamente militar. El terrorismo no es un Ej¨¦rcito que se pueda combatir con misiles y aviaci¨®n. Es necesario adoptar posiciones pol¨ªticas justas; el desarrollo econ¨®mico de los pa¨ªses pobres; luchar contra la ignorancia; promover el di¨¢logo entre culturas. ?sos son los m¨¦todos para combatir el terrorismo. No hay que tratar el extremismo con otro extremismo, porque as¨ª vamos a crear dos o tres extremismos m¨¢s. Ah¨ª radica la importancia del papel europeo. Su cercan¨ªa geogr¨¢fica y cultural a nuestra regi¨®n facilita esa tarea. Ah¨ª radica la importancia de Espa?a y los pa¨ªses del sur de Europa, y de la postura recientemente adoptada por Espa?a respecto a la guerra en Irak. Esa posici¨®n no s¨®lo protege a los soldados espa?oles all¨ª desplegados, sino que contribuye directamente a la reducci¨®n del terrorismo y debilita la mecha que llena a la gente de odio.
P. ?Hasta qu¨¦ punto esos ataques son fruto de un incremento del integrismo isl¨¢mico en la regi¨®n, tal como advierten algunos observadores, y en especial en Siria, un pa¨ªs tradicionalmente laico? ?Entiende usted que pueda entra?ar alg¨²n riesgo para su sistema de gobierno?
R. La mayor parte de esos actos se deben a acciones individuales y no fruto de una organizaci¨®n. Nosotros hemos sido uno de los pa¨ªses m¨¢s interesados en la lucha contra el terrorismo, en el pasado y ahora. Hemos luchado y, cuando proponemos una idea, la avalamos con hechos. No vayan a creer que cuando una persona afronta la muerte, lo hace porque se lo pide una organizaci¨®n. En cuanto a nosotros, en nuestra condici¨®n de r¨¦gimen laico, cualquier extremismo, pol¨ªtico, religioso o social, est¨¢ en contradicci¨®n con nuestro r¨¦gimen. Un extremismo en una direcci¨®n determinada da?a a los dem¨¢s. Nosotros estamos totalmente en contra de cualquier tipo de extremismo, aunque, entre par¨¦ntesis, no hay diferencia entre el extremismo pol¨ªtico y el religioso. El resultado es el mismo: alimenta al terrorismo. El argumento que hay detr¨¢s, "el que no est¨¢ con nosotros, est¨¢ contra nosotros", es el mismo que el que subyace tras las acusaciones de blasfemia: "El que no cree en Dios, est¨¢ contra Dios".
P. Propone usted actuaciones pol¨ªticas de fondo, a medio y largo plazo, pero tenemos en la actualidad un problema inmediato de terrorismo que en muchos pa¨ªses se percibe como de alto riesgo. Los servicios de informaci¨®n sirios tienen fama de eficaces. ?No es posible aumentar la colaboraci¨®n con los servicios de informaci¨®n de aquellos pa¨ªses que tienen realmente un riesgo de ser objeto de atentados?
R. Algo de eso ya se plante¨® durante la visita de Su Majestad el Rey [de Espa?a] a Siria, y se ha producido un intercambio de visitas entre los servicios de ambos pa¨ªses. Lo mismo ha sucedido con otros pa¨ªses europeos, Estados Unidos, algunos Estados ¨¢rabes y tambi¨¦n del Este asi¨¢tico. Esta situaci¨®n requiere una cooperaci¨®n de tipo red.
P. Frente a una red hace falta otra red, frente a la red de Al Qaeda...
R. Nuestra red es para hacerles frente.
P. Estados Unidos reconoci¨® tras el 11-S la ayuda que ustedes le prestaron contra Al Qaeda; sin embargo, ahora les presiona con la llamada Ley de Responsabilidad de Siria y Restauraci¨®n de la Soberan¨ªa Libanesa [Accountability Act, que exige la renuncia al terrorismo, la retirada de sus tropas de L¨ªbano y el fin del apoyo a Hezbol¨¢]. ?No son sus intereses coincidentes en esa lucha contra el terrorismo?
R. Cuando cooperamos con Estados Unidos en este terreno, no lo hacemos en funci¨®n de Estados Unidos, sino a favor del mundo entero, y eso nos incluye a nosotros y al pueblo de Estados Unidos. Por eso hay que diferenciar entre la lucha contra el terrorismo y la postura pol¨ªtica. Tienen raz¨®n en que existe una contradicci¨®n [en la actitud de EE UU], pero la Accountability Act puede ser una respuesta a nuestra postura contra la guerra en Irak. Hemos sido objeto de muchos actos de seducci¨®n, amenazas y presiones, y los hemos rechazado todos. Hasta el momento, nuestra posici¨®n se mantiene invariable en contra del terrorismo en cualquier parte del mundo.
P. Una de las advertencias que EE UU ha lanzado a Siria ha sido sobre el mantenimiento de su programa de armas qu¨ªmicas y, a su vez, este asunto impidi¨® finalmente la firma del acuerdo de asociaci¨®n con la UE. ?Desmantelar ese programa no ayudar¨ªa a disipar los recelos existentes hoy sobre Siria?
R. Hemos sido objeto de presiones al respecto. El a?o pasado presentamos en el Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto para un Oriente Pr¨®ximo libre de armas de destrucci¨®n masiva. Esta iniciativa tambi¨¦n nos ha valido presiones norteamericanas, lo que constituye una contradicci¨®n. Hemos planteado a los europeos que nos respalden en esa propuesta y les hemos dicho: "Si ustedes quieren una regi¨®n libre de armas de destrucci¨®n masiva, ?por qu¨¦ no respaldan nuestra iniciativa ante la ONU? ?Por qu¨¦ no le piden a Israel el desmantelamiento de sus armas nucleares cuando posee m¨¢s de 200 ojivas de ese tipo?". La conclusi¨®n que sacamos es que Estados Unidos no es sincero; de lo contrario, hubiesen respaldado nuestra propuesta.
P. ?Quiere eso decir que por mucho tiempo vamos a vernos ante un callej¨®n sin salida?
R. No. Tal como he se?alado antes, el di¨¢logo sigue abierto entre nosotros y Estados Unidos. En la actualidad, los norteamericanos tienen toda su atenci¨®n puesta en Irak. Pero no es un callej¨®n sin salida. Aunque ejercen presiones sobre nosotros, nunca han cerrado la puerta, ni siquiera durante la etapa de la guerra.
P. Esa existencia de canales de di¨¢logo, ?tambi¨¦n es aplicable al caso de Israel? Usted siempre ha afirmado que est¨¢ dispuesto a negociar con Israel. ?Bajo qu¨¦ condiciones?
R. Siria no plantea condiciones, pero con Israel no se trata de di¨¢logo, sino de negociaciones, y ¨¦stas tienen una estructura y un objetivo claro que es la paz. Los par¨¢metros consisten en las resoluciones del Consejo de Seguridad y los auspicios de Estados Unidos en primer t¨¦rmino. As¨ª despeg¨® el proceso de paz en Madrid en el a?o 1991. Si no es as¨ª, ?sobre qu¨¦ vamos a negociar? Cualquier frustraci¨®n o fracaso del proceso de paz nos hace retroceder. Si no se da este marco, es preferible no entrar en negociaciones.
P. Cuando el primer ministro israel¨ª, Ariel Sharon, anuncia que est¨¢ dispuesto a eliminar a los dirigentes de Ham¨¢s "all¨ª donde se encuentren", ?lo considera una amenaza a Siria?
R. ?ste y cualquier otro planteamiento israel¨ª, y sus planteamientos son tantos... Todos constituyen una amenaza para Siria. No se trata de meros planteamientos, sino de una amenaza real, porque se trata de un Gobierno que se apoya en el asesinato, la guerra y el extremismo. El simple hecho de la existencia de ese Gobierno representa una amenaza directa.
P. En una reciente encuesta entre medio mill¨®n de militantes del Baaz se les preguntaba si la democracia era compatible con el socialismo, uno de los pilares del Baaz. ?Es la democracia compatible con el baazismo?
R. Se ha abierto un di¨¢logo muy amplio sobre este asunto [en el partido] y sobre cualquier otro tema relacionado con Siria en general. Buscamos mejorar nuestro desarrollo. Por ello, en el reciente congreso del partido, en el que fui elegido para la presidencia, plante¨¦ ?qu¨¦ significa el socialismo para nosotros? ?sa ha sido la pregunta. Hemos respondido dos cosas: justicia social y prosperidad. Cualquier acci¨®n que encaje bajo esos r¨®tulos significa socialismo. ?Y qu¨¦ es prosperidad? El incremento de oportunidades de trabajo, el aumento salarial. En definitiva, la mejora del nivel de vida. Tom¨¢ndolo como una aspiraci¨®n ideol¨®gica, el socialismo es eso. El sector privado es importante y lo apoyamos ampliamente. A comienzos de este a?o hemos abierto los dos primeros bancos privados; tambi¨¦n han empezado a funcionar universidades privadas, hay algunos peri¨®dicos privados y en fechas pr¨®ximas empezar¨¢n a emitir emisoras tambi¨¦n privadas. Todo ello era considerado ajeno al socialismo en el pasado. Ahora hemos modificado el concepto de manera conveniente.
P. Entonces, ?la democracia no amenaza al Partido Baaz?
R. No, al contrario. La democracia es ahora uno de los temas que estamos deliberando. Las elecciones, que hab¨ªan sido suspendidas, se han reanudado hace un a?o.
P. ?C¨®mo va a hacer frente al hecho de que la poblaci¨®n crece por encima de su econom¨ªa, lo que a medio plazo va a producir un empobrecimiento?
R. Primero, hay que reducir la tasa de crecimiento demogr¨¢fico. Se ha hecho, pero no en el grado necesario. El crecimiento estaba en el 3,2%, y ahora se sit¨²a en el 2,4% o 2,3%, pero la poblaci¨®n ha crecido de todas formas. Cada a?o, entre 200.000 y 300.000 personas se incorporan al mercado de trabajo. Pero el problema no es el aumento de la poblaci¨®n, sino que se hace preciso crear m¨¢s puestos de trabajo y mejorar el rendimiento econ¨®mico. El mayor problema reside en que el sistema administrativo de Siria es atrasado. Adem¨¢s, con el cambio experimentado en el mundo, empezamos a tener demandas que exigen otras habilidades, como el marketing o la planificaci¨®n. Nuestros profesionales no est¨¢n preparados y lleva tiempo mejorar la preparaci¨®n de los trabajadores.


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