Boca a boca para el 'testamento vital'
Profesionales de bio¨¦tica y medicina repasan el estado actual del derecho a decidir el tratamiento ante la muerte
La comunicaci¨®n boca a boca constituye actualmente en Espa?a el sistema m¨¢s habitual para la confecci¨®n de los documentos de voluntades anticipadas, tambi¨¦n denominados testamentos vitales.
El di¨¢logo entre pacientes y profesionales sanitarios sobre este derecho, legalmente reconocido, es a¨²n muy escaso y se enfrenta a los recelos que genera en ambas partes el abordar la certidumbre de la muerte y la dificultad para establecer un consenso claro sobre los tratamientos m¨¦dicos deseados.
Una mesa redonda organizada en Pamplona por el Comit¨¦ de ?tica Asistencial del Hospital de Navarra en colaboraci¨®n con la c¨¢tedra S¨¢nchez Mazas de la Universidad del Pa¨ªs Vasco ha reunido a m¨¢s de un centenar de profesionales sanitarios que han repasado el estado actual de la cuesti¨®n.
Muchos m¨¦dicos no saben a¨²n c¨®mo tratar la cuesti¨®n cuando preguntan sus pacientes
I?aki Saralegui, m¨¦dico especialista en medicina intensiva y experto en bio¨¦tica del hospital Santiago Ap¨®stol de Vitoria; Koldo Mart¨ªnez, especialista en medicina intensiva y m¨¢ster en bio¨¦tica del Hospital de Navarra y Josep Mar¨ªa Busquets i Font, especialista en salud p¨²blica y medicina preventiva y secretario de la Comisi¨®n Asesora de Bio¨¦tica de Catalu?a, coinciden en se?alar que las voluntades anticipadas no son en realidad ni documentos propiamente dichos ni leyes que los regulan, sino "procesos de comunicaci¨®n" que deben insertarse en la relaci¨®n m¨¦dica habitual entre profesionales y pacientes.
El objetivo de consensuar una muerte libre de los sufrimientos evitables para pacientes, seres queridos y cuidadores, acorde con los deseos del enfermo y su familia y con las normas cl¨ªnicas, culturales y ¨¦ticas debe conseguirse, seg¨²n los ponentes, mediante una exhaustiva informaci¨®n hacia el sector sanitario. "No importa el n¨²mero de documentos que se cumplimenten, sino que el 100% de la poblaci¨®n sepa que tiene derecho a ello", indican los expertos.
Muchos m¨¦dicos siguen sin saber a¨²n c¨®mo tratar la cuesti¨®n cuando son abordados por sus pacientes sobre este derecho. Y la realidad es que actualmente la inmensa mayor¨ªa de los testamentos vitales inscritos en los registros auton¨®micos existentes lo son al margen de ese casi inexistente di¨¢logo. Personas sanas o enfermas acuden a notarios y abogados, redactan documentos en presencia de allegados o inscriben directamente sus deseos en el registro con las indicaciones sobre c¨®mo desear¨ªan ser tratados si llegado al caso ellos no pudieran expresarse por s¨ª mismos.
El problema se suscita en la interpretaci¨®n m¨¦dica de unos documentos que han sido redactados al margen del asesoramiento de quienes est¨¢n encargados de llevar a cabo esas voluntades. "Las decisiones sanitarias deben ser m¨¢s compartidas", afirma I?aki Saralegui, "y los profesionales sanitarios deben tomar parte activa para propiciar el di¨¢logo que conduzca a respetar el derecho del paciente a participar en la toma de decisiones".
"La muerte en los hospitales es una experiencia demasiado insatisfactoria y ocurre rodeada de fallos en la comunicaci¨®n m¨¦dico-paciente", asegura Koldo Mart¨ªnez, "con una alta frecuencia de tratamientos agresivos y otras caracter¨ªsticas de la muerte hospitalaria que dificultan que pueda ser entendida como una buena muerte".
Menos del 10% de los fallecimientos se producen de forma inesperada. M¨¢s del 90% de la poblaci¨®n muere a consecuencia de enfermedades cr¨®nicas, lentas y progresivas. "Esa realidad", se?ala Mart¨ªnez, "debe permitir a los profesionales entablar un di¨¢logo permanente con sus pacientes". Un estudio canadiense reflejaba recientemente que el 73% de las muertes tiene lugar en los hospitales. Esa cifra se enfrenta al deseo expresado por una mayor¨ªa de enfermos de morir en su casa. "Cabe pensar que ese deseo, de ser conocido, podr¨ªa tambi¨¦n ser respetado", se?ala Mart¨ªnez, "mediante una adecuada planificaci¨®n de los recursos que comienza mucho antes de la fase terminal".
Desde la entrada en vigor de la ley catalana, la primera de Espa?a que regul¨® las voluntades anticipadas, 2.800 ciudadanos han entregado sus documentos pidiendo que se les eviten sufrimientos con medidas paliativas, que no se prolongue artificialmente su vida o que no se atrase irracionalmente ese momento.
"El objetivo ¨²nico de los registros es facilitar el acceso a esas voluntades para tenerlas en cuenta", se?ala Josep Mar¨ªa Busquets i Font, "pero all¨¢ donde la relaci¨®n m¨¦dico-paciente funciona bien en ese sentido y los profesionales conocen esa voluntad no hace falta siquiera el paso por el registro".
En Euskadi se han elaborado gu¨ªas para los profesionales, tr¨ªpticos para los ciudadanos y se van a poner en marcha, seg¨²n reitera I?aki Saralegui, campa?as informativas en centros de salud, hospitales y otros centros. No obstante, el simple "bombardeo informativo" no garantiza la efectividad del derecho, es necesario el di¨¢logo sostenido entre m¨¦dico y paciente.
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