El vino del F¨®rum
No ha podido ser. El vino que en un principio estaba destinado a ser "el vino del F¨®rum", el vino con el que los gozosos participantes en tan magno evento iban a brindar en la inauguraci¨®n por el esplendor y el auge de la multiculturalidad, no ha llegado a tiempo. Es una l¨¢stima, pero ya se sabe: la elaboraci¨®n de un buen vino requiere tiempo y paciencia, y no entiende de prisas y ultimatos. As¨ª pues, el vino sigue guardado de momento en la bodega de Can Calopa de Dalt, en plena sierra de Collserola, a la espera de su momento estelar. Es probable que est¨¦ listo antes de que acabe el F¨®rum, dentro de 136 d¨ªas, pero lo que es seguro es que a la sonada ceremonia de apertura del F¨®rum de las Culturas le ha faltado la bendici¨®n de un vino que hab¨ªa sido concebido por los expertos del Ayuntamiento de Barcelona como el selecto producto de la que algunos ya llaman con acento franc¨¦s "Vi?a Clos". Recapitulemos: la cosa empez¨® hace cuatro a?os, en 2000, cuando el Ayuntamiento de Barcelona decidi¨® plantar 2,8 hect¨¢reas de vi?edo en una finca de Collserola que hab¨ªa adquirido en 1974, Can Calopa de Dalt. Se recuperaron viejos campos, se allanaron terrenos y, con la colaboraci¨®n del prestigioso en¨®logo Josep Llu¨ªs P¨¦rez, coautor de la milagrosa revalorizaci¨®n de los vinos del Priorat, la empresa municipal Parques y Jardines procedi¨® a plantar unos vi?edos que buscaban enlazar en el tiempo con los que hab¨ªa habido en la sierra de Collserola antes de la plaga de la filoxera, all¨¢ por el siglo XIX. El objetivo, seg¨²n se dijo entonces, era producir para el a?o 2004 una cosecha de vino de calidad que se servir¨ªa en las recepciones oficiales y que se utilizar¨ªa para promoci¨®n tur¨ªstica de Barcelona y su entorno. A medida que fue pasando el tiempo, y a medida que se fue acercando la gran cita del F¨®rum, gan¨® puntos la idea de que el vino de Can Calopa de Dalt ejercer¨ªa de protagonista en los actos gastron¨®micos de este sonado acontecimiento. Pero no ha podido ser. Las perspectivas, seg¨²n los t¨¦cnicos, siguen siendo muy buenas, pero el vino todav¨ªa no est¨¢ a punto. La cosecha se hizo a tiempo y sin problemas, el vino ya est¨¢ en las botas de Can Calopa, pero a¨²n tiene que embotellarse y se ignora cu¨¢ndo estar¨¢ listo para ser bebido. Habr¨¢ que estar atentos. Para situar la vi?a en su contexto, diremos que Can Calopa de Dalt es una preciosa mas¨ªa rodeada de pinos situada junto a la carretera que va de Vallvidrera a Molins de Rei. Tiene una fachada a dos aguas, un hermoso patio cerrado, una ventana g¨®tica, una puerta en arco y una herradura junto a ella que parece invocar la buena suerte. Se cuenta que hace unos a?os la se?ora Mar¨ªa, la masovera, era famosa por recibir a los forasteros con una escopeta en la mano. Por si acaso. Collserola era entonces un lugar apartado y no todos los que llegaban eran de fiar. El d¨ªa que yo fui, sin embargo, estuvo encantadora. "Yo soy casi una leyenda aqu¨ª", dijo con una sonrisa. "Todos me conocen. Vine aqu¨ª con mi hijo que ten¨ªa un mes y ahora tiene 54 a?os. Esto ha cambiado mucho desde entonces". La se?ora Mar¨ªa, ciertamente, ha sido testigo de unos cambios que llegaron sobre todo a partir de 1974, cuando los anteriores propietarios, la familia Gelabert Argem¨ª, de Esplugues, decidieron vender su finca de 108 hect¨¢reas al Ayuntamiento de Barcelona. La mas¨ªa fue restaurada y, si bien en una parte sigue viviendo la se?ora Mar¨ªa, se decidi¨® destinar unas dependencias a bodega. En ella hay ahora una antigua y preciosa prensa de madera, el lagar de toda la vida, unas modernas tinas de acero inoxidable donde se produce la fermentaci¨®n y varias botas de roble de la regi¨®n francesa del Allier. En una de ellas duerme el llamado "vino del F¨®rum", a la espera del glorioso momento de ser embotellado. En los campos que hay junto a la mas¨ªa, en un territorio vallado para evitar las incursiones de los jabal¨ªes, se extiende la llamada Vi?a Clos. El aspecto es excelente y unos operarios cuidan con mimo las cepas j¨®venes, plantadas en una alineaci¨®n perfecta. Algunas de ellas se han plantado con la t¨¦cnica innovadora del doble cord¨®n, que obliga a la cepa a bifurcarse con la ayuda de unos alambres. De este modo, la uva sale m¨¢s peque?a, no se arracima tanto y madura mejor. "Este sistema requiere m¨¢s agua, porque hay una mayor superficie de evaporaci¨®n", me explica un t¨¦cnico, "pero la uva no se expone tanto a las plagas y el vino resultante es mejor". La puesta en pr¨¢ctica de este sistema encaja con la idea de convertir la Vi?a Clos en algo experimental y con el proyecto de abrir Can Calopa de Dalt, a la larga, como un centro pedag¨®gico en el que pueda seguirse todo el proceso de elaboraci¨®n del vino. "Se prev¨¦, cuando la vi?a est¨¦ a pleno rendimiento, cosechar unos 22.000 kilos de uva al a?o", cuenta Joan Vilam¨², del Servicio de Medio Natural del parque de Collserola. "En litros quedar¨ªa un 55% o un 60%. Antes de la vi?a, a partir de 1989, estos campos se hab¨ªan recuperado para crear biodiversidad. Se plantaba, pero no se cosechaba, para que los animales del parque pudieran encontrar comida. A partir de 2000, sin embargo, con el inicio de la vi?a, el objetivo cambi¨®". Un poco m¨¢s all¨¢ de la valla que rodea la vi?a hay una charca en la que los animales del parque pueden encontrar agua. En el fango se ven huellas de jabal¨ªes. Por supuesto que hay otras vi?as en el pa¨ªs, pero ninguna como la de Can Calopa de Dalt concentra en este momento tantas expectativas. Y es que el F¨®rum ya ha empezado y sus asistentes est¨¢n esperando ansiosos la llegada del fruto de la llamada Vi?a Clos. Con un poco de suerte, llegar¨¢ a tiempo para que el alcalde pueda brindar por el ¨¦xito de una serie de actos que, una vez celebrados, nos ayudar¨¢n a entender por fin qu¨¦ era "aix¨° del F¨°rum".
DIARIO
Conciertos, m¨¢s pronto. El p¨²blico que ha estado saboreando la vida nocturna del F¨®rum hasta hoy ha sido bastante entusiasta. Las actuaciones terminaban siempre con el grito de "?otra, otra!", lo que supon¨ªa que los conciertos se alargasen hasta m¨¢s all¨¢ de las doce de la noche, de forma que era imposible ya utilizar el transporte p¨²blico. Por ello, el F¨®rum ha decidido finalmente adelantar las actuaciones. El p¨²blico podr¨¢ seguir pidiendo m¨¢s y encontrar¨¢ el metro abierto.
Paredes no tan blancas.
Ayer fue el primer d¨ªa de sol que disfrutaron los 7.000 escolares que acudieron al F¨®rum, por lo que por fin pudieron participar en actividades al aire libre. Poco tiempo dur¨® el color blanco con el que permanec¨ªan las paredes del espacio destinado al taller de graffiti. Durante la jornada de ayer ya hab¨ªa unas 50 caras pintadas para todos los gustos. Adem¨¢s, en la parte superior ya se pod¨ªa contemplar la primera obra hecha por un profesional. A¨²n quedan m¨¢s de 130 d¨ªas para cubrir el blanco de este muro.
Parque acu¨¢tico. El buen tiempo no evit¨® que durante bastante rato soplaran rachas de viento que provocaron un oleaje que en algunos momentos result¨® algo enfurecido. Ello motiv¨® que se prohibiera el paso por un tramo del paseo de Mar. El parque infantil qued¨® completamente inundado, lo que no pareci¨® disuadir a los escolares de subir en sus columpios. "?Un parque acu¨¢tico!", grit¨® un ni?o. Los pacos que procuraban que nadie accediera a este espacio tuvieron serios problemas para hacer bajar a los escolares.
Informaci¨®n de Llu¨ªs Pellicer
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.