La chica de al lado
La vecinita, "the girl next door", es una expresi¨®n muy utilizada en Estados Unidos para la persona corriente que, sin embargo, se presta a fotograf¨ªas pornogr¨¢ficas. No es profesional: ni modelo, ni prostituta, y sin embargo ha cobrado. Y es m¨¢s eficaz porque parece m¨¢s asequible. Es parecido a las secuencias frecuent¨ªsimas en la televisi¨®n espa?ola: hay un parricidio, o una matanza colectiva, o se detiene a quien puso una bomba, y los vecinos
dicen que eran normales, muy amables, y prestaban el perejil. Uno de nosotros puede ser asesinado sin saber qui¨¦nes ni por qu¨¦ le matan; uno de nosotros se puede convertir en asesino, y eso es peor. No me extra?a: viv¨ª episodios en los que un poeta amigo de la casa pon¨ªa una checa por su cuenta y otro novelista bailaba. He visto llegar a la ciudad civiles del otro lado que se vengaban por su cuenta. He visto al jefe de casa (que nos vigilaba a todos) en una procesi¨®n y atacar a ciriazos a uno que pasaba y al que reconoci¨® como rojo, y mandar a los guardias llev¨¢rselo; he visto a un guardia civil pegar un tiro de muerte a uno que llevaba esposado. Gente como nosotros.
Esta chica de la puerta de al lado, Lynndie England, de 21 a?os, deshuesadora de pollos en West Virginia, ahora embarazada de cinco meses, es una torturadora famosa, y se han visto sus fotos crueles y soeces. Sabrina Harman,
de 26 a?os, que trabajaba en una pizzer¨ªa de un pueblo de Virginia, saltaba sobre pir¨¢mides de prisioneros desnudos, hac¨ªa los v¨ªdeos y advert¨ªa al encaramado en una caja, atado a cables el¨¦ctricos, de que se iba a electrocutar si ca¨ªa. Tambi¨¦n est¨¢ la general Karpinski, de 50 a?os, directora de una prisi¨®n de torturas. ?Por qu¨¦ cito a las mujeres? Porque los hombres somos naturalmente violentos, machistas: y si nos adiestran para torturar, qu¨¦ vamos a hacer. Algunos que hab¨ªa all¨ª no estaban adiestrados para eso: los m¨¦dicos espa?oles, a cuyo hospital llevaban a los torturados. Supongo que, adem¨¢s de curarles, informar¨ªan a sus mandos, y ¨¦stos se lo dir¨ªan a Trillo, y Trillo a Aznar. Pero es una mera suposici¨®n. Y ya empezamos a escapar del tema, que es el de la chica, el chico de la puerta de al lado. El bondadoso y tierno Dr. Jekyll que de pronto es Mr. Hyde y mata mujeres.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.