Dones inadvertidos
Cu¨¢ntas cosas se nos ofrecen a diario sin que apenas reparemos en ellas. Las aceptamos gratuitamente sin m¨¢s. Son cosas m¨ªnimas, dones continuos e inadvertidos de la naturaleza o de las gentes, tal luz del poniente iluminando la tarde en su despedida de belleza, tal sensaci¨®n de bienestar y contentamiento, tal nube entretenida, velando virginal el sol, tal muchacha cuya aparici¨®n fugaz y repentina alegra con su gracia nuestra vista, tal risa del ni?o que despierta el eco de las nuestras en aquella edad, o la mirada del desconocido, encontrado al azar, en la que hallamos un acogimiento inesperado. La sombra de aquel muro protector contra el est¨ªo implacable, el alentador calorcillo de la ma?ana invernal. Presencias que sosiegan invisibles nuestras vidas, descanso en su contemplaci¨®n para nuestros ojos y alivio para nuestros pasos, que se nos dan sin retribuci¨®n alguna por nuestra parte. Ahora estos ¨¢rboles del diario paseo, asaltados por edificios sin ton, estr¨¦pitos sin son, asfixiados por los humos horrendos, ensordecidos por el tr¨¢fico, nos traen, nobles y fieles, el ofrecimiento de su existencia, el toque m¨¢gico de las distintas luces diarias. Apenas advertimos este constante y ofrecido alrededor. Tal vez la prisa que nos empuja y el af¨¢n que nos agobia, lo impida. Palabras que ya apenas se usan muestran hasta qu¨¦ punto las realidades que definen van desapareciendo. ?Sabe alguien lo que es y significa sosiego? Quiz¨¢ todav¨ªa se conozca en lugares donde las horas se miden por campanadas comunes, donde hay tiempo y espacio para sentarse al sol y donde suenan algunos de los ruidos artesanales y dom¨¦sticos, que hacen humana la vida. Donde las distancias se miden por el paso humano. All¨ª todav¨ªa son perceptibles y apreciables aquellas m¨ªnimas realidades que compensan esas otras inevitables que son nuestra parte de desaz¨®n: el gesto descompuesto, la incomodidad del trato, la mirada hosca o el resentimiento latente y al acecho. Son estos incidentes cotidianos en los que m¨¢s reparamos y los que m¨¢s profundamente conforman nuestros modos y que nunca acertamos a compensar con aquellas otras d¨¢divas inadvertidas, que nos rodean.
Jos¨¦ Antonio Mu?oz Rojas (Antequera, M¨¢laga, 1909) es autor de Entre otros olvidos (Pre-Textos). En 2002 obtuvo el Premio Reina Sof¨ªa de Poes¨ªa Iberoamericana.
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