"No puedo desprenderme de Salvador Allende"
Patricio Guzm¨¢n (Santiago de Chile, 1941) vivi¨® la transformaci¨®n socialista de Chile en primera l¨ªnea como documentalista de cine. Treinta a?os despu¨¦s de la muerte de Salvador Allende, Guzm¨¢n ha contado en un documental, elogiado por todos los cr¨ªticos presentes en el Festival de Cannes, c¨®mo fue la vida, la obra y la muerte del fundador del Partido Socialista Chileno, un animal pol¨ªtico que dio la vida por sus ideas democr¨¢ticas, que fue parlamentario a los 28 a?os y que recorri¨® los 4.300 kil¨®metros que mide su pa¨ªs de Norte a Sur convenciendo a los chilenos de que un mundo m¨¢s justo y m¨¢s libre era posible. En las dos horas que dura Salvador Allende, Guzm¨¢n muestra a un pol¨ªtico humanista y caballeroso, defensor a ultranza del di¨¢logo, la ley y la democracia, a un hombre irreductible que conoci¨® la derrota electoral en 1952, 1958 y 1964, pero que volvi¨® a la lucha para ser elegido presidente el 4 de noviembre de 1970. Desde ese momento, dedic¨® toda su vida y su esfuerzo a instaurar una verdadera democracia, y eso, dice Guzm¨¢n, "fue considerado por el mundo libre como un peligro intolerable, mucho m¨¢s subversivo que la Revoluci¨®n cubana". As¨ª que los d¨®lares volaron hacia Chile "para desestabilizar el pa¨ªs, organizar a la extrema derecha y preparar el golpe de Estado militar". Guzm¨¢n, que se exili¨® en Cuba, Espa?a, Suecia y M¨¦xico, y hoy vive en Par¨ªs, subraya que Allende siempre se defendi¨® con y s¨®lo con los medios legales a su alcance, y sostiene que fue precisamente esa pasi¨®n democr¨¢tica lo que le cost¨® finalmente la vida el 11 de septiembre de 1973, asesinato-suicidio que sumi¨® a Chile "en la negra noche del fascismo y los desaparecidos".
"El documental es como el jazz: sabemos qu¨¦ tocamos e improvisamos buscando energ¨ªa"
Pregunta. Su documental tiene un elemento l¨ªrico muy fuerte.
Respuesta. Siempre hago guiones muy elaborados, pero en los documentales nunca sabes lo que va a pasar. Son guiones imaginarios para que el equipo sepa de qu¨¦ va la historia. Pero cuando empiezo a rodar, empiezo a explorar y cambia todo. El documental debe ser una exploraci¨®n, un personaje te lleva a otro, y en ese sentido son como el jazz: sabemos qu¨¦ tocamos, pero nos dejamos ir, improvisamos, fundamentalmente para que tengan energ¨ªa. Eso, m¨¢s mi pasi¨®n personal por este asunto en concreto, da como resultado mucho lirismo, mucha poes¨ªa si quieres. Pero eso suele pasar cuando uno pone mucho coraz¨®n y mucha pasi¨®n en las cosas.
P. Ya s¨¦ que usted vivi¨® aquello en primera persona, comprometido con Allende, rodando La batalla de Chile. Pero de eso hace ya m¨¢s de 30 a?os...
R. Lo s¨¦, lo s¨¦, pero lo cierto es que vivo todav¨ªa enamorado de esa ¨¦poca, no he logrado todav¨ªa desprenderme de Allende, sigo absolutamente pegado a aquella pasi¨®n colectiva. Fue como un sue?o radiante, los campesinos estaban felices, por fin alguien cre¨ªa en ellos, Allende estataliz¨® el 80% de la tierra en un a?o, nacionaliz¨® el carb¨®n, el salitre, el cobre. Aceler¨® la historia... Y humill¨® profundamente a la derecha porque hizo todo eso con la ley, sin violencia. Los arrincon¨®, los dej¨® en cueros, y esa humillaci¨®n no la olvidaron, y por eso fueron tan crueles con ¨¦l, con su familia, con los miles de desaparecidos. La derecha chilena es de una crueldad alucinada, obsesiva, todav¨ªa no han pedido perd¨®n por los desaparecidos. Quer¨ªan borrar a la izquierda y lo que hiceron fue borrar todo el Estado de un plumazo. Y nos quedamos a cero.
P. Se trataba, como en el franquismo, de no dejar ni rastro...
R. Estuvieron 17 a?os seguidos diciendo que Allende era alcoh¨®lico, mal gobernante, mujeriego, irresponsable. La televisi¨®n y los diarios no dejaron de decir que el problema fue ¨¦l, que fue ¨¦l la raz¨®n del golpe de Estado, que era Allende el que hab¨ªa incubado esa reacci¨®n. Eso es una mentira hist¨®rica absoluta, que s¨®lo muestra la arrogancia del vencedor, de un vencedor que todav¨ªa no ha permitido, por ejemplo, que se abran los archivos secretos de los 4.000 desaparecidos.
P. Y que ayuda a mantener vigente la Constituci¨®n de 1980.
R. Es un disparate completo. Dicen que no hay mayor¨ªa, y ya s¨¦ que no es f¨¢cil conseguirla, pero en Chile hace falta mucha m¨¢s voluntad pol¨ªtica con los derechos humanos, y resolver urgentemente el problema de la justicia, muy visible en la imagen de Pinochet c¨®modamente instalado en su casa de campo. Eso ha llevado a la gente joven al desenga?o pol¨ªtico, y hay un mill¨®n de nuevos votantes que no acuden a las urnas.
P. Quiz¨¢ es que no hay herederos de la talla pol¨ªtica de Allende.
R. S¨ª, Allende fue casa por casa, cocina por cocina, recorri¨® el pa¨ªs entero instruyendo a la gente, convenci¨¦ndola. Fue un gran pedagogo, una especie de pap¨¢. Hoy, en Chile hay mucha tarjeta de cr¨¦dito y mucho rascacielo, mucha televisi¨®n y poca discrepancia. Ayer, la televisi¨®n chilena me hizo una entrevista y no hubo siquiera una pregunta pol¨ªtica, todo eran cuestiones t¨¦cnicas, la duraci¨®n de los planos, la c¨¢mara digital... Allende es el chileno m¨¢s universal que ha habido nunca, as¨ª que ser chileno en este momento es una cosa muy dolorosa.
P. Toda esa pedagog¨ªa, ?no tendr¨ªa un componente populista?
R. El populismo es prometer y no cumplir, y ¨¦l siempre cumpli¨® lo que prometi¨®. Lo que ten¨ªa ¨¦l era carisma, la gente cre¨ªa en ¨¦l, y la prueba es que sali¨® elegido en todas las circunscripciones donde se present¨®. Por otro lado, nunca dej¨® de reprochar a la URRS las invasiones de Checoslovaquia y Hungr¨ªa, aunque eso le enemist¨® con el PC chileno. Y se acerc¨® al cardenal de Chile, aunque tampoco eso lo entendieran muchos. Es decir, no ten¨ªa miramientos ni con la extrema izquierda ni con la extrema derecha, era un hombre de di¨¢logo. Y su camino legalista fue siempre muy claro.
P. Entonces, ?la pasi¨®n democr¨¢tica de Allende fue su tumba?
R. S¨ª, y eso es quiz¨¢ lo m¨¢s extraordinario en ¨¦l, que aprendi¨® la pol¨ªtica de la vida (no era un te¨®rico, aunque hab¨ªa le¨ªdo a Marx y a Lenin), y que con lo que aprendi¨® hizo una revoluci¨®n pac¨ªfica. Pero junto a ese lado l¨²cido y brillante ten¨ªa tambi¨¦n un halo tr¨¢gico, un destino imposible que hace de ¨¦l un personaje todav¨ªa m¨¢s fascinante. Porque lo que queda de ¨¦l es la honestidad, el respeto a la palabra dada. Allende nunca volvi¨® para atr¨¢s ni enga?¨® a su pueblo.
P. ?Y qu¨¦ hizo mal, a su juicio?
R. Tambi¨¦n es cierto que dej¨® muchas preguntas sin respuesta. Cuando la legalidad se agota, hay que pasar de una etapa revolucionaria a otra, pero a eso ¨¦l nunca respondi¨®. En el ¨²ltimo mes se hizo un silencio tremendo. La Democracia Cristiana dio un portazo al di¨¢logo, el Ej¨¦rcito era cada d¨ªa m¨¢s golpista, Estados Unidos mandaba d¨®lares sin parar y la derecha conspiraba como loca. Not¨¢bamos que se iba a caer la casa y que no pod¨ªamos sujetar el techo, pero ¨¦l prefiri¨® seguir callado.
Babelia
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