El futuro de Cenicienta
EL PRESIDENTE ZAPATERO ratific¨® el pasado martes en el Senado -durante el primer pleno de la VIII legislatura- su compromiso electoral de promover ciertas reformas parciales de la Constituci¨®n, incluido el art¨ªculo 69, referido a la C¨¢mara alta. La comparecencia tambi¨¦n pretend¨ªa reparar los superfluos agravios sufridos por esta rama del poder legislativo a manos del PP durante su mandato: como si el Senado no tuviese ya bastante con su subalterno papel de Cenicienta respecto a la C¨¢mara baja, que impone su voluntad en caso de discrepancia y que dispone del monopolio de nombrar y de destituir al presidente del Gobierno. Aznar interrumpi¨®, a partir de 1997, el uso parlamentario del debate anual sobre el Estado de las Autonom¨ªas, y manipul¨® fraudulentamente el funcionamiento del Senado como C¨¢mara de segunda lectura a fin de sustraer al Congreso el debate sobre leyes org¨¢nicas protectoras de derechos fundamentales.
La transformaci¨®n del Senado en la "C¨¢mara de representaci¨®n territorial" del Estado de las Autonom¨ªas necesita que el grupo parlamentario del PP acepte la reforma del art¨ªculo 69 de la Constituci¨®n
La Constituci¨®n de 1978 respet¨® el dise?o bicameral del poder legislativo trazado por la Ley para la Reforma Pol¨ªtica de 1976; aunque emparentada nominalmente con las tradiciones de la monarqu¨ªa constitucional, la C¨¢mara alta perdi¨® por completo su viejo contenido aristocr¨¢tico y asumi¨® te¨®ricamente un car¨¢cter federal. Pero la definici¨®n del Senado como "C¨¢mara de representaci¨®n territorial" de un Estado de las Autonom¨ªas que se hallaba a¨²n en fase de construcci¨®n fue program¨¢tica; s¨®lo cuando el mapa auton¨®mico qued¨® cerrado en 1983 comenz¨® a ser posible la materializaci¨®n del art¨ªculo 69
Sin embargo, los esfuerzos realizados durante las dos ¨²ltimas d¨¦cadas en esa direcci¨®n han sido vanos. La modificaci¨®n del reglamento del Senado en 1994 y la creaci¨®n de una Comisi¨®n General de Comunidades resultaron in¨²tiles. Las ponencias de estudio puestas en marcha dentro de la C¨¢mara, entre 1993 y 2000, para discutir una eventual reforma constitucional orientada en ese sentido tampoco alcanzaron conclusiones operativas.
Durante la anterior legislatura, el proyecto de transformar al Senado en la "C¨¢mara de representaci¨®n territorial" del Estado de las Autonom¨ªas pas¨® a mejor vida. Aunque Aznar propugnara hace 10 a?os la reforma de la Constituci¨®n como condici¨®n sine qua non para ese objetivo (Espa?a. La segunda transici¨®n. Espasa Calpe, 1994), el anterior presidente del Gobierno dio un giro de 180 grados nada m¨¢s llegar al poder y calific¨® como crimen de lesa patria cualquier propuesta de revisi¨®n de la norma fundamental. Un documento elaborado a comienzos de 2001 por el grupo parlamentario del PP para dise?ar las grandes l¨ªneas del Senado del siglo XXI se limit¨® a proponer innovaciones menores (un "observatorio auton¨®mico" y un debate bienal sobre cooperaci¨®n comunitaria) y a resaltar su labor como C¨¢mara colegisladora subalterna. Pero ni siquiera las tareas de segunda lectura fueron respetadas por el Gobierno de Aznar: el funesto ministro Michavila hizo un uso filibustero del Senado para colgar en diciembre de 2003 una grotesca enmienda a la ley de minirreforma de la Ley Org¨¢nica del Poder Judicial destinada a acompa?ar una ley mercantil de arbitraje, y para introducir as¨ª de matute en el C¨®digo Penal un tipo delictivo de convocatoria ilegal de referendos confeccionado a la medida del lehendakari Ibarretxe.
Sin embargo, la cauta contestaci¨®n dada el pasado martes por el portavoz del PP, P¨ªo Garc¨ªa Escudero, a la gen¨¦rica propuesta del presidente del Gobierno sobre eventuales reformas de la Constituci¨®n, el Senado, los Estatutos y la financiaci¨®n auton¨®mica entreabre las puertas a una eventual negociaci¨®n entre los dos grandes partidos nacionales, cuya concertaci¨®n resulta jur¨ªdicamente imprescindible para alcanzar mayor¨ªas cualificadas y pol¨ªticamente necesaria para afrontar las grandes cuestiones de Estado. Dentro de esa agenda figura con car¨¢cter preferente la transformaci¨®n del Senado en la "C¨¢mara de representaci¨®n territorial" que la Constituci¨®n ordena. No ser¨¢ f¨¢cil confeccionar el traje de esa Cenicienta colegisladora subalterna por mandato constitucional, determinar las nuevas competencias, regular las relaciones con el Congreso y fijar el sistema de elecci¨®n de sus miembros. Pero mucho m¨¢s dif¨ªciles eran los problemas en 1978 y terminaron por solucionarse.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.