Residuos fuera de la circulaci¨®n
Los veh¨ªculos en desuso generan m¨¢s de 120.000 toneladas de materiales de desecho
Cuando hace cuatro a?os la Administraci¨®n andaluza, en cumplimiento de una ambiciosa directiva europea, comenz¨® a dise?ar los planes que har¨ªan posible la desaparici¨®n de los cl¨¢sicos cementerios de coches, se anunci¨® que ser¨ªan 38 los centros que en toda la regi¨®n ejecutar¨ªan los nuevos procedimientos de recogida y descontaminaci¨®n de veh¨ªculos fuera de uso. Hoy funcionan ya 32 instalaciones de este tipo y, sin embargo, no parecen suficientes para atender la demanda, hasta el punto de que se est¨¢n tramitando 66 nuevas autorizaciones.
Este significativo aumento parece indicar la progresiva desaparici¨®n o reconversi¨®n de los m¨¢s de 500 dep¨®sitos irregulares de veh¨ªculos en desuso que se contabilizaron en toda la regi¨®n a comienzos de esta d¨¦cada y la imposibilidad de obtener la baja de un autom¨®vil si, por ejemplo, este ha sido sencillamente abandonado en la v¨ªa p¨²blica.
Desde el pasado mes de febrero cualquier persona o entidad que quiera dar de baja un veh¨ªculo tiene que realizar dicho tr¨¢mite en uno de estos nuevos centros, aportando toda la documentaci¨®n que anteriormente se presentaba en las direcciones provinciales de Tr¨¢fico. Lo que ahora se obtiene es un certificado de destrucci¨®n, que por un lado acredita la baja definitiva y por otro garantiza el correcto tratamiento de los residuos. Dicho de otra manera, ya no es posible obtener la baja de un autom¨®vil si, por ejemplo, este ha sido sencillamente abandonado en la calle.
De los m¨¢s de tres millones de veh¨ªculos que componen el parque m¨®vil de Andaluc¨ªa se calcula que cada a?o dejan de circular alrededor de 150.000, cifra que, seg¨²n estimaciones de la propia Administraci¨®n, rebasar¨¢ las 170.000 unidades en algo menos de dos a?os. Con este volumen de desechos, la comunidad se coloca en el tercer puesto a escala nacional, tan s¨®lo superada por Madrid y Catalu?a. En toda Espa?a este c¨®mputo super¨® el pasado a?o el mill¨®n cien mil unidades, que en la actualidad deben conducirse a alguno de los 264 centros de tratamiento homologados, aunque, como en el caso de Andaluc¨ªa, se est¨¢n tramitando ya 234 nuevas autorizaciones.
Este tipo de bienes, por su sofisticaci¨®n y tama?o, re¨²nen un importante volumen de materiales de desecho, de muy distinta naturaleza y composici¨®n. En total, y de nuevo tomando como referencia las estimaciones para este mismo a?o, los veh¨ªculos que queden fuera de uso en Andaluc¨ªa sumar¨¢n algo m¨¢s de 120.000 toneladas de residuos, entre los que destacan las piezas de hierro (84.000 toneladas), los pl¨¢sticos (10.000 toneladas), los metales no f¨¦rricos (5.800 toneladas), el caucho (4.800 toneladas) y el vidrio (4.200 toneladas).
Aunque en peso no sean tan relevantes como otros materiales, los aceites y grasas (1.200 toneladas) y combustibles (360) requieren, junto a otras sustancias altamente contaminantes (l¨ªquido de frenos, gases de refrigeraci¨®n o bater¨ªas), procedimientos especiales para evitar su vertido incontrolado. De hecho, un buen n¨²mero de los requisitos que han de cumplir los nuevos centros de tratamiento est¨¢n orientados a la correcta neutralizaci¨®n de este tipo de sustancias peligrosas, con circuitos cerrados para la depuraci¨®n de las aguas utilizadas en el lavado de los motores o sistemas que permiten el confinamiento de los gases de efecto invernadero.
Al margen de las subvenciones que la Consejer¨ªa de Medio Ambiente ha destinado a este tipo de instalaciones, con un m¨¢ximo de 93.000 euros por centro, la rentabilidad de estas empresas parece garantizada a trav¨¦s de la comercializaci¨®n de aquellas piezas que pueden ser reutilizadas y, sobre todo, por la venta de chatarra destinada a acer¨ªas.
El correcto tratamiento de un veh¨ªculo fuera de uso viene a costar unos 120 euros y, a corto plazo, no parece que este gasto supere los ingresos que se obtienen al colocar en el mercado algunos de sus componentes. En cualquier caso, y como han dejado bien claro las autoridades de Bruselas, si el procedimiento fuera deficitario no ser¨ªa el propietario del veh¨ªculo el que estar¨ªa obligado a equilibrar esta balanza, sino que la aportaci¨®n de recursos econ¨®micos vendr¨ªa del lado de los fabricantes.
Si las obligaciones que marca la directiva europea se cumplen en los plazos previstos, esta f¨®rmula de financiaci¨®n podr¨ªa terminar por imponerse, ya que las tasas de obligado reciclaje y/o reutilizaci¨®n ir¨¢n aumentando con el paso de los a?os, encareciendo todo el proceso. Si en 2005 esta tasa debe alcanzar el 85% del peso total del veh¨ªculo, en 2015 ha de situarse en el 95%, lo que en la pr¨¢ctica supone buscarle a todos los elementos alg¨²n tipo de aprovechamiento que no sea agresivo con el medio ambiente, algo que no es sencillo en algunos casos, como el de los parabrisas en los que se mezcla el vidrio con sustancias pl¨¢sticas.
Un dise?o limpio
Adaptarse a las exigencias de Bruselas est¨¢ suponiendo un notable esfuerzo en todos los pa¨ªses ya que el n¨²mero de veh¨ªculos que llegan cada a?o al final de su vida ¨²til se acerca, en el conjunto de la UE, a los 10 millones de unidades, y muchos de ellos, por su antig¨¹edad, no fueron dise?ados para facilitar las labores de despiece y clasificaci¨®n de los diferentes elementos que deben destinarse a la reutilizaci¨®n o el reciclaje. Existen, incluso, modelos que incorporan sustancias prohibidas hace tiempo por su peligrosidad, como zapatas de freno fabricadas con elementos cancer¨ªgenos.
Por este motivo, la directiva en vigor proh¨ªbe el uso de ciertos metales pesados, como el plomo o el cadmio, en la fabricaci¨®n de aquellas piezas para las que ya existan alternativas menos nocivas.
El siguiente paso es lograr que los fabricantes dise?en los veh¨ªculos teniendo en cuenta su destino final. Es decir, que todas sus piezas puedan ser retiradas y clasificadas f¨¢cilmente, y que su reutilizaci¨®n o reciclaje tampoco entra?e grandes problemas ni origine importantes riesgos.
As¨ª lo dispone un proyecto de directiva que la Comisi¨®n Europea aprob¨® a finales del pasado mes de marzo, por la que, a partir de 2008, la homologaci¨®n de los turismos y veh¨ªculos industriales de hasta 3.500 kilos estar¨¢ supeditada al cumplimiento de los objetivos fijados en cuanto a la recuperaci¨®n y aprovechamiento de los diferentes materiales.
No parece que este requerimiento pueda originar un aumento notable en el precio de los veh¨ªculos, ya que los expertos que han trabajado en la propuesta cifran en unos 30 euros por autom¨®vil el coste de estas mejoras.
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