Que tiemble Armstrong
El ciclista vizca¨ªno Iban Mayo se postula como gran rival del americano en el Tour tras una semana de exhibiciones y cinco triunfos
El tam tam ha sonado fuerte la ¨²ltima semana. Todas las victorias de Iban Mayo, ya conseguido cinco en nueve d¨ªas, han llegado acompa?adas de tales exhibiciones y de tanto aparato amplificador que ni siquiera los sprints de Petacchi o el hermoso duelo Cunego-Simoni en el Giro ha podido hacerles sombra.
Desde Navacerrada, Collado Villalba, el Naranco, el Acebo, Cudillero u Oviedo,los ecos m¨²ltiples se han difundido e inundado el mundillo del ciclismo, alimentado las esperanzas de los aficionados, alica¨ªdos los ¨²ltimos meses, los temores de los rivales, que ven acercarse el Tour a toda velocidad. Los m¨¢s tranquilos gritan 'que tiemble Armstrong', los m¨¢s sesudos dicen 'uff, c¨®mo corre ese chico', los directores anal¨ªticos exclaman 'y todav¨ªa es mayo' y los m¨¢s exaltados saltan, brincan, bailan, no tienen palabras. Como si pensaran en Indurain, por ejemplo. Mayo, de 26 a?os, dice 'tranquilos, tranquilos, que es to no es nada'. Y Jes¨²s Losa, su m¨¦dico, su entrenador, el hombre que controla sus avances, confirma: "hemos programado una puesta en forma progresiva, cada mes un escaloncito m¨¢s. No pienso que est¨¦ todav¨ªa s¨²per, tiene todav¨ªa que mejorar su capacidad".
En su camino hacia el Tour, en su marcha hacia julio, hacia un d¨ªa en especial, hacia la cronoescalada del Alpe d'Huez, hacia el el mi¨¦rcoles 21 de julio, el d¨ªa en que piensa que puede ganarle el Tour a Armstrong de la misma forma que en 2003 le gan¨® la etapa, Iban Mayo se ha cruzado estos d¨ªas con otros espa?oles que tambi¨¦n sue?an con la grande boucle todos los d¨ªas, ha corrido con Roberto heras, con ?scar Sevilla, con Paco Mancebo... Todos le han sufrido, le han visto de lejos, alej¨¢ndose entre las brumas, acelerando en paredes imposibles, levantar los brazos, ganar. Mancebo, un habitual del top ten del Tour, lo tuvo ayer a su lado, en una etapa de la Vuelta a Asturias que parec¨ªa, en un principio, anodina. El d¨ªa anterior, el s¨¢bado, en la etapa reina, subiendo el Acebo, pese a exhibir su agresividad, su sed de victoria, su ansia habitual, Iban Mayo no pudo enjugar ni la ventaja de salida con que contaba el ganador del d¨ªa, Jonathan Gonz¨¢lez, ni la desventaja con que marchaba en la general tras el colombiano F¨¦lix C¨¢rdenas. La de ayer, de Cangas del narcea a Oviedo, deber¨ªa ser, pues, la etapa de la frustraci¨®n, de la confirmaci¨®n de C¨¢rdenas. Sin embargo, Iban Mayo ten¨ªa otras ideas. Llegados a Cudillero, a un bonito repecho, Mayo atac¨®. Se fue solo. Por delante, en un grupo fugado, marchaba su compa?ero Gorka Gonz¨¢lez, quien se par¨®, le esper¨®, le llev¨® cinco kil¨®metros hasta el grupo de escapados. Y all¨ª le dej¨®. "Y all¨ªo se nos puso", cuenta Mancebo, quien horas despu¨¦s, a¨²n no se hab¨ªa recuperado de la impresi¨®n. "Y no era un terreno especialmente complicado, hab¨ªa repechos y bajadas, normales, pero Iban se puso delante, se puso delante a tirar y nos costaba trabajo seguirle. Al final s¨®lo le aguantamos Perdiguero y yo". C¨¢rdenas, de quien tir¨® todo su equipo, y el pelot¨®n llegaron a m¨¢s de dos minutos. Mayor, que no gan¨® la etapa, gan¨® la Vuelta a Asturias en el llano. Que tiemble Armstrong.
"Pero no", dice Losa, reclamando prudencia. "No nos interesa ahora entrar a picarnos con Armstrong. Lo que pasa es que Iban es un corredor muy agresivo y en cuanto ve la oportunidad de ganar algo hace lo imposible para conseguirlo. El test de Iban en mayo ya est¨¢ hecho. Ahora, a esperar hasta el siguiente, el de junio, a la Dauphin¨¦ Lib¨¦r¨¦".
En junio pasado, en la carrera francesa, el duelo Armstrong-Mayo alcanz¨® tal ardor que Armstrong, una vez ganado su quinto Tour, confes¨® que se le hab¨ªa hecho m¨¢s dif¨ªcil que ninguno porque hab¨ªa gastado mucho en la Dauphin¨¦. Este a?o volver¨¢n a verse en la misma carrera. Llegan con las mismas ganas del a?o pasado. Y se encontrar¨¢n con un desaf¨ªo ante el que no querr¨¢n esconderse: el mi¨¦rcoles 10 de junio les espera una dura cronoescalada de 21 kil¨®metros en el terrible Mont Ventoux.
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