Un decano para un modelo singular

La elecci¨®n de Pertegaz como dise?ador del traje de Letizia Ortiz para su boda con Felipe de Borb¨®n ha sido una soluci¨®n salom¨®nica en la que es muy evidente que los gustos estrictamente personales han quedado a un lado. Cualquier otra elecci¨®n local habr¨ªa estado te?ida de pol¨¦mica, e irse a Par¨ªs en busca de un nombre de la costura internacional (pongamos por caso, Ungaro, Valentino o Lacroix), una afrenta innecesaria a la profesi¨®n de la moda espa?ola. Con Pertegaz, la calidad elegante del producto, junto a una necesaria atemporalidad, est¨¢n garantizadas.

La relaci¨®n de Pertegaz con la familia real viene de antiguo. Durante varios a?os visti¨® a la princesa Sof¨ªa, y en los a?os sesenta se rese?aron mucho sus atuendos para el primer viaje oficial fuera de Espa?a que hicieron Sof¨ªa y Juan Carlos como pr¨ªncipes de Espa?a a Francia. Al mismo tiempo, Pertegaz vest¨ªa a Carmen Polo. De Pertegaz iba vestida la enjoyada mujer del dictador en el ¨²ltimo retrato oficial para la Diputaci¨®n de Barcelona (poco hab¨ªa gustado aqu¨ª en Espa?a el gran escaparate de Bergdorf Goodman en Nueva York, 1964, donde los trajes de Pertegaz en maniqu¨ªes ten¨ªan como fondo una reproducci¨®n gigante del Guernica de Picasso, en aquellos tiempos a¨²n en el MOMA). A?os despu¨¦s dej¨® de vestir a la reina Sof¨ªa, y sobre ello tambi¨¦n ha habido leyenda.

En los talleres valencianos de Catal¨¢ se han confeccionado 100 metros de seda

La prometida del Pr¨ªncipe se ha probado el vestido en cinco ocasiones

Entre los trajes de novia que hizo Pertegaz en aquellos a?os estaban los de Bibi Salisachs para su boda con Juan Antonio Samaranch (un traje abrigo de cinco grandes botones muy pol¨¦mico en su d¨ªa), el de Concha Ib¨¢?ez para su enlace con Calvo Sotelo y el de Esperanza Aguirre, por citar solamente tres nombres habituales de la cr¨®nica social de entonces. En su momento, estuvo a punto de hacer el de Fabiola para su boda con el rey Balduino de B¨¦lgica, que finalmente se decant¨® por Balenciaga.

La exposici¨®n del Museo Reina Sof¨ªa de Madrid (que permanecer¨¢ abierta hasta el 31 de este mes) recoge varios de esos trajes de novia de diferentes ¨¦pocas de Pertegaz, entre los m¨¢s recientes y de l¨ªnea novedosa, un caft¨¢n en raso de algod¨®n blanco (1967), uno de otom¨¢n marfil con escote ba?era y otro de 1977 en falla marfil de seda natural con escote trapecio y espalda en forma de lira: ninguno de ellos permite sugerir por d¨®nde ir¨¢n las l¨ªneas del de Letizia Ortiz. Entre las pocas concreciones obtenidas est¨¢ el detalle de la cola practicable y que la novia, personalmente, ha dado ella sola las directrices. Se sabe que a las cuatro primeras pruebas en Diagonal asisti¨® sola, lo que asombr¨® al modista por lo poco habitual, pero situaci¨®n que acaso permiti¨® una mejor comprensi¨®n entre ambos a la luz de las m¨¢s estrechas colaboradoras de Pertegaz: su sobrina Slon¨ªn Caus Pertegaz y Bel¨¦n Cail¨¢. A la quinta, el 12 de marzo, un d¨ªa despu¨¦s de los atentados de Madrid, fue con la reina Sof¨ªa. Los nada vacilantes criterios de la novia se han impuesto no solamente en el vestido: mientras los decoradores quer¨ªan una alfombra gris perla, ella opt¨® por el rojo tradicional.

Pertegaz se ha mantenido en silencio. A la puerta de su casa, hace apenas una semana, asaltado por un micr¨®fono, reconoci¨® que el traje estaba terminado, pero que le gustar¨ªa "darle una miradita m¨¢s". Pertegaz, durante una entrevista en radio, hizo un breve boceto en un folio (reproducido hasta la saciedad) que m¨¢s parece una broma de buen gusto que otra cosa y lo que s¨ª trascendi¨® poco antes es todo lo referente al material, la tela con la que se har¨ªa el vestido: un tejido de 12.000 hilos en el ancho natural de la seda lisa (procesado en un telar de tecnolog¨ªa puntera), seg¨²n descripci¨®n del artesano valenciano Alberto Catal¨¢, que mand¨® tejer 100 metros sobre los 17 que ped¨ªa el taller de Pertegaz, operaci¨®n hecha de noche y en secreto, fuera de las horas laborales ordinarias para preservar de cualquier vista intrusa a tales urdimbres.

Esta previsi¨®n de los 100 metros ha sido de gran utilidad, pues para llegar al vestido definitivo se han empleado m¨¢s de los 17 metros calculados originalmente. El traje de novia de Letizia ser¨¢ de sobria geometr¨ªa y recoger¨¢ los elementos caracter¨ªsticos de su autor: entalles correct¨ªsimos, vol¨²menes discretos, mangas estructuradas y desboque elevado a los hombros dejando ver el cuello. El resto es misterio (se habla de que podr¨ªa lucir la tiara de gusto art d¨¦co con greca griega de la reina Sof¨ªa, que por su sencillez geom¨¦trica se adapta mucho a los gustos de la novia y a las l¨ªneas habituales del modista). La moda espa?ola gana en ella una buena embajadora.