Los de Interior

Parece que los ministerios del Interior tienen una misma trama mental: todo el mundo es culpable mientras no se demuestra lo contrario. En Estados Unidos, tras la gran tragedia de las torres, se hizo caza y captura de todo lo que oliera a ¨¢rabe; a¨²n est¨¢n miles encarcelados, sin juicios ni grandes investigaciones. Aqu¨ª, Interior tiene una lista de 300 islamistas peligrosos a los que no puede detener porque no han hecho nada: pero ?y si lo hacen? Mentalidad bushiana de guerra preventiva. Modificar las leyes para que los "potencialmente" enemigos sean enemigos. Los a?os del predicador Aznar reformaron las leyes para endurecerlas, crearon sospechosos, alargaron las condenas, retrajeron los "beneficios penales". Vamos hacia lo mismo. El Gobierno anterior cre¨® leyes para reducir las formaciones pol¨ªticas del "entorno de ETA"; ¨¦ste, despu¨¦s de reunirse con los preventivos y los paranoicos y relanzar el Pacto Antiterrorista, manda a su fiscal general contra la formaci¨®n vasca de un considerable n¨²mero de firmas que se creen democr¨¢ticas, pero que "pueden" ser "potencialmente peligrosos". Y ha hecho, y est¨¢ haciendo, las pesquisas en los centros religiosos de todas las religiones: pero sabemos que algunos van a quedar intactos. No va a haber, naturalmente, pesquisas en los centros cat¨®licos, aunque gentes exageradas crean que por ellos se extiende la pedofilia, aunque ya los cat¨®licos se lancen a la defensa, creyendo que los socialistas son comecuras. No es verdad: Bono no es un caso ¨²nico, y les ama. Es la ¨²nica religi¨®n organizada que en Espa?a aprueba la supuesta medida (?se puede hacer m¨¢s que lo que ya se hac¨ªa, meter confidentes dentro, pagar isl¨¢micos, kikos -sobre todo, que no pinten- o cristorreyes para que no conspiren?); la ¨²nica, dec¨ªa antes de perderme en un par¨¦ntesis, es la hebrea: simplemente, porque sabe que los perseguidos van a ser los musulmanes.

Lo que tenemos los ateos es que somos demasiado buenos y respetuosos de los dem¨¢s, aunque nos pinten con una antorcha en la mano y un cuchillo en la boca, y nos parece que a las personas se las debe respetar aunque est¨¦n alienadas. Pero no a las ideas, de ninguna manera; las hay objetables, malditas, negras. Respeto las personas. Y a los ministros del Interior, ahora engre¨ªdo y antes disparatado; pero no sus doctrinas.