Indulto

El pleno del Ayuntamiento de El Ejido ha acordado solicitar el indulto para dos vecinos, que han sido condenados a 15 a?os de prisi¨®n por golpear y machacar a tres inmigrantes. El pleno ha contado con el apoyo de los concejales del grupo popular y el socialista. Es normal, pues, que conocido el alcance de su apoyo, el portavoz del grupo socialista dimita. Tambi¨¦n que el PSOE abra expediente a los dem¨¢s concejales. Y es normal porque si hay algo a lo que est¨¢n obligados los concejales, porque as¨ª lo juran o prometen en su toma de posesi¨®n, es cumplir la Constituci¨®n. Pedir el derecho de gracia, desde una Corporaci¨®n p¨²blica, a quienes han sido condenados por racismo es pisotear su palabra, su compromiso y sus obligaciones como autoridades. De camino en la Constituci¨®n. Es l¨®gica la dimisi¨®n. Como razonable que el PSOE, como partido comprometido con los valores democr¨¢ticos, abra expediente a quienes desde sus cargos p¨²blicos ignoran estos compromisos. Lo que ya no es tan normal es que algunos dirigentes del PP, que tambi¨¦n est¨¢ comprometido con estos valores, traten de confundir con manifestaciones como las de la se?ora Mart¨ªnez y decir que cualquier persona puede pedir el indulto. Unas manifestaciones que esconden y ocultan que no es una persona, como tal, quien ha pedido el indulto, sino el Ayuntamiento, donde est¨¢n representados los valores p¨²blicos y su partido para hacerlos verdad. No es lo mismo.

De todas formas, ante tanto desatino, da cierta tranquilidad saber que el ministro de Justicia ha declarado que el Gobierno no indultar¨¢ a personas condenadas por delitos de xenofobia. Es un respiro. El indulto para estas condenas no ayuda a dar soluci¨®n a esta problem¨¢tica social. M¨¢s, peor, la retrasan, pues dan impresi¨®n que cualquier persona puede violentar la Ley y tener un bate de b¨¦isbol a mano, siempre que rasque la espalda a un inmigrante. Claro que se puede pensar que si el PP-A guarda silencio y no exige explicaciones a sus concejales, si gobernara podr¨ªa indultar con la misma facilidad que Josemari en su aventura americana llama errores a las torturas que han sufrido los presos iraqu¨ªes e insulta la inteligencia de los ciudadanos que lo han mandado de excursi¨®n. Menos mal que, hoy por hoy, es un pensamiento y no una pesadilla.