La justicia espa?ola s¨®lo ha encontrado indicios
La intervenci¨®n judicial del Atl¨¦tico; los lujosos viajes del vicepresidente de la federaci¨®n, Juan Padr¨®n, su esposa e hijas; la hipoteca de la vieja sede de la federaci¨®n sin pedir permiso a la Administraci¨®n y la venta por parte de la propia federaci¨®n de ropa deportiva a un precio un 66% m¨¢s caro que en las tiendas son los indicios m¨¢s sonados de presunta corrupci¨®n en el f¨²tbol espa?ol. Indicios, pues hasta ahora nadie ha sido castigado por la justicia. Otra cosa es la mala gesti¨®n econ¨®mica, que ha llevado a los clubes a contraer una deuda de 288 millones de euros con Hacienda y otra de 50 millones con sus jugadores.
La irrupci¨®n de la Guardia Civil en el Calder¨®n y la intervenci¨®n judicial del Atl¨¦tico de Madrid en la primavera de 2000 se considera el momento m¨¢s representativo de que es posible que algo huela mal en Dinamarca. Pero al cabo de cuatro a?os las investigaciones no han dado resultados concluyentes. Pese a las averiguaciones de la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n, que se orientaban hacia un caso de apropiaci¨®n indebida, la justicia no consigui¨® determinar si se produjo o no adquisici¨®n y gesti¨®n fraudulenta por parte del Atl¨¦tico de Madrid. La sentencia de la Audiencia Nacional en febrero pasado devolvi¨® el control de las acciones del club a la familia Gil.
M¨¢s pedestres parecen las presuntas irregularidades contables en la federaci¨®n. El 13 de noviembre de 2003, un juez de instrucci¨®n de Madrid llam¨® a declarar a los dos vicepresidentes, Juan Padr¨®n y Juan Espino, un directivo, Antonio Borr¨¢s, y el administrador general, Jos¨¦ Mar¨ªa Castell¨®n. El juez respond¨ªa al esc¨¢ndalo destapado tras el Mundial de 2002 sobre el pago con dinero p¨²blico de los viajes privados de los directivos, incluyendo alg¨²n safari y varios viajes de lujo, desde Jap¨®n a los fiordos noruegos, pasando por las cataratas de Iguaz¨².
Otro presunto caso se relaciona con la investigaci¨®n iniciada por el Consejo Superior de Deportes (CSD) a ra¨ªz de la hipoteca de la vieja sede de la calle Alberto Bosch como garant¨ªa de devoluci¨®n de un pr¨¦stamo bancario de 18 millones de euros. Seg¨²n la Ley del Deporte, la federaci¨®n deb¨ªa pedir permiso al CSD. Pero no lo hizo.
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