Petr¨®leo: ?otra burbuja especulativa?
Loyola de Palacio, comisaria europea de la Energ¨ªa, ha atribuido el alza del precio del petr¨®leo a una "burbuja especulativa". Cada vez con m¨¢s frecuencia, en un sistema que ha desestimado
los sistemas fuertes de regulaci¨®n de los mercados que han de acompa?ar a las liberalizaciones de los mismos, las burbujas especulativas se suceden unas a otras: la burbuja tecnol¨®gica, la burs¨¢til, la de la vivienda... Pero el petr¨®leo hab¨ªa pasado a mejor vida entre las preocupaciones de los consumidores desde principios de la d¨¦cada de los noventa, cuando la guerra del Golfo hizo subir los precios del crudo y se inici¨® una recesi¨®n mundial.
A partir de entonces se han sucedido las crisis econ¨®micas, con una cadena de una cada dos a?os m¨¢s o menos y mucha capacidad de contagio (Sistema Monetario Europeo, M¨¦xico, tigres asi¨¢ticos, Rusia, Argentina, Brasil, EE UU, Argentina de nuevo, etc¨¦tera), pero ninguna de las mismas tuvo su base, como en los a?os setenta, en las materias primas. Loyola de Palacio planteaba la existencia de oscuras maniobras en los mercados y no de una escasez real de crudo. Ello se enmarca en el factor geopol¨ªtico (guerra de Irak, problemas en Venezuela y Nigeria, terrorismo contra los intereses de Arabia Saud¨ª) que ha creado una sensaci¨®n psicol¨®gica de ansiedad y un incremento de la prima de riesgo. Ambos factores contribuyen a la subida de los precios.
Hay una discusi¨®n sobre los efectos de la subida del petr¨®leo en la econom¨ªa. No ser¨¢ lo mismo para los pa¨ªses que crecen mucho que para la an¨¦mica Europa. Los m¨¢s pesimistas pronuncian la palabra tab¨²: estanflaci¨®n
Pero ello no lo explica todo. Tambi¨¦n hay una relaci¨®n directa con el mercado. En primer lugar, un aumento de la demanda motivado por la recuperaci¨®n de EE UU (comienza la temporada de mayor consumo de las gasolinas y las reservas est¨¢n muy bajas) y otros pa¨ªses asi¨¢ticos, fundamentalmente China. V¨¦ase lo que dice de este ¨²ltimo pa¨ªs el Banco Asi¨¢tico de Desarrollo, en su ¨²ltimo informe: "China es el mayor consumidor mundial de cobre, esta?o, zinc, plomo, acero y mineral de hierro; el segundo mayor de aluminio y plomo, el tercero de n¨ªquel... Ahora es el segundo consumidor del mundo de petr¨®leo despu¨¦s de EE UU [ha sustituido a Jap¨®n] y responsable del 35% del aumento global de la demanda de petr¨®leo en 2003".
Por el lado de la oferta tambi¨¦n hay distorsiones. Los productores est¨¢n al 98% de su capacidad de producci¨®n, por lo que no hay mucho margen a corto plazo. El gran fiasco ha sido Irak, por cuyo petr¨®leo ("Irak nada en petr¨®leo", declar¨® cristalinamente el neocons Paul Wolfowitz) se ha hecho una guerra. Cuando ¨¦sta empez¨®, se dijo que el precio del petr¨®leo bajar¨ªa, pero a mediados de este mes se puso a 40 d¨®lares el barril de Brent. Adem¨¢s, la expectativa de recuperaci¨®n de la industria petrolera iraqu¨ª se ha desvanecido, vistos los sucesivos atentados que la boicotean; la producci¨®n es significativamente menor que antes del conflicto; en el mes de abril se exportaban poco m¨¢s de 800.000 barriles de crudo iraqu¨ª al d¨ªa, cuando las previsiones eran acabar el a?o en m¨¢s de tres millones diarios. Sube la demanda, baja la oferta. Los precios, que en t¨¦rminos reales han sido pr¨¢cticamente los mismos desde el a?o 1980, se disparan.
Lo peor no es el precio actual del petr¨®leo; lo peor es que los mercados de futuro indican que no va a descender. Hay una discusi¨®n entre los expertos sobre las consecuencias que en la econom¨ªa va a tener este encarecimiento. El FMI dice que una subida de 10 d¨®lares el barril supone medio punto de crecimiento, lo que no es mucho para un pa¨ªs como EE UU (que ha crecido m¨¢s del 4% en el primer trimestre del a?o), pero s¨ª para una Europa an¨¦mica, que calculaba crecer al 2% durante 2004. El Banco Central Europeo ha vaticinado una subida de la inflaci¨®n, lo que contribuir¨¢ a¨²n m¨¢s a que no reduzca los tipos de inter¨¦s. Los m¨¢s pesimistas recuerdan la secuencia de los a?os setenta (aunque ahora no existe ning¨²n embargo de la OPEP, como entonces): subida de precios del petr¨®leo, de la inflaci¨®n y de los tipos de inter¨¦s; reducci¨®n del crecimiento y, la palabra maldita: estanflaci¨®n. Esperemos que no.
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