Pixies y el 'nu metal' de Korn convocan a casi 20.000 espectadores en Festimad 2004
Sobresaliente actuaci¨®n de Patti Smith y concierto de Ben Harper, que ofreci¨® sus temas cl¨¢sicos
Los veteranos Pixies y los californianos Korn redimieron, ayer, la octava edici¨®n de Festimad -en el parque de El Soto de M¨®stoles-, en un segundo d¨ªa en el que por fin se vieron los t¨®picos juveniles que definen la est¨¦tica de este tipo de macrofestivales. Como si se dejara espacio a los mayores de treinta para encontrar su propio lugar en este festival, la velada del viernes gir¨® en torno a presencias musicales m¨¢s revivalistas y se coron¨® con la sobresaliente actuaci¨®n de Patti Smith y un largu¨ªsimo concierto del californiano Ben Harper. Los australianos Jet dieron una lecci¨®n de rock.
Aparte de Patti Smith, la primera jornada de Festimad 2004 discurri¨® por los derroteros del rock m¨¢s o menos pesado u oscuro. Destacaron propuestas tan diferentes como la de los alemanes Die Happy, vigorosos teutones con voz femenina al frente; los escandinavos The Rasmus, cercanos a la oscuridad de HIM, aunque algo decepcionantes, y los vigueses Kannon, cuya veteran¨ªa en el mundo del metal pesado se corona ahora con un poderoso tercer disco titulado Intro. Como ocurriera con Hamlet o S?ber en otras ediciones del festival, puede ser que ¨¦ste sea el a?o de la implantaci¨®n masiva de este grupo, capaz de ofrecer un directo que nada tiene que envidiar a los grupos de fuera.
Los australianos Jet dieron una soberana lecci¨®n de rock con s¨®lidos anclajes en el pasado. Adoradores de los Stooges y Radio Bridman, aunque tambi¨¦n de los actuales White Stripes, el cuarteto australiano desgaj¨® las canciones de su ¨¢lbum de deb¨², Get Born, dejando de nuevo a flote el viejo concepto de garaje punk a flote. Cerr¨® la velada la espiritualidad de un viejo conocido en Espa?a, Ben Harper, que puso un broche de m¨²sica rock, blues, reggae y casi country, sazonado todo ello con esa capa de m¨ªstica que es tan caracter¨ªstica del ¨¢rea de Los ?ngeles. Pero adem¨¢s, Harper vino reforzado con la presencia de tres soberbios m¨²sicos blancos -un teclista, un guitarrista y un bater¨ªa- a?adidos al tradicional tr¨ªo que es su formaci¨®n b¨¢sica: adem¨¢s de ¨¦l en la voz y las guitarras ac¨²stica, el¨¦ctrica y wiessenborn -especie de ac¨²stica con cuerdas met¨¢licas que se toca tumbada sobre las rodillas-, el bajista Juan Nelson y el bater¨ªa -en esta ocasi¨®n percusionista- Leon Mobley. Sonaron los grandes cl¨¢sicos de Harper, Steal my kisses, Diamonds on the incide, Brown eyed blues y With my own two hands, que le sirvi¨® para cerrar el conciertos, no sin antes ofrecer unas cuantas canciones en formato ac¨²stico.
En el segundo d¨ªa de Festimad se not¨® que el cartel se abr¨ªa en direcci¨®n a un p¨²blico m¨¢s joven o que, al menos, estuviera m¨¢s en sinton¨ªa con las corrientes del metal m¨¢s pesado y solemne. Sin embargo, como siempre, qued¨® en evidencia que la esencia ¨ªntima del Festimad tiene que ver con el rock malasa?ero, sucio y guitarrero en sus muy diversas variantes. De este modo, de entre los artistas m¨¢s interesantes contemplados en la edici¨®n de 2004 destacaron, y adem¨¢s de forma muy meritoria porque ambos tocaron de d¨ªa y con todo el sol de pleno, los catalanes Tokio Sex Destruction y los tejanos Young Herat Attack. Los primeros, de est¨¦tica post-mod y gran iron¨ªa -"Hola, somos los Pixies, pero somos j¨®venes", salud¨® su cantante al respetable-, demostraron ser excelentes practicantes de un rock garajero ¨¢spero y duro, con ribetes de soul punk y energ¨ªa contagiosa. Mezcla de The Seeds y Sly & The Family Stone, atacaron, vestidos de riguroso uniforme negro con corbata, piezas de su extraordinario disco Le Red Soul Communit¨¦ y alg¨²n tema nuevo a punto de ser grabado.
Young Herat Attacks es otra excelente banda que combina la rabia rockera de MC5 -el grupo de Detroit en el que que milit¨® Fred Smith, el fallecido marido de Patti Smith- con influencias m¨¢s cl¨¢sicas. Grupo de cantante de voz aguda y solos de guitarras punzantes, la banda se mostr¨® a sus anchas interpretando las canciones de su disco de presentaci¨®n, Mouthfull of love.
Dentro del campo de la m¨²sica nacional siempre hay que destacar la presencia de Los Coronas, supergrupo madrile?o construido a partir de lo mejor de Sex Museum, The Winnerys o No Wonder y especializados en el sur instrumental de los sesenta puesto al d¨ªa. O la participaci¨®n de los guipuzcoanos Delorean, admiradores del tecno fr¨ªo y agresivo de los a?os ochenta. O las pintas escandalosas de los tambi¨¦n espa?oles Terroristars, alguno de cuyos componentes no tiene empacho alguno en tocar metal a lo Rammstein con el trasero al aire.
Lleg¨® tambi¨¦n la m¨²sica interesante de los neozelandeses Datsuns, quienes ya hab¨ªan paseado su m¨²sica por nuestro pa¨ªs presentando su primer disco hom¨®nimo lleno de referencias a Led Zeppel¨ªn. Y en la misma cuerda sonora se balancearon otro de los nombres m¨¢s interesantes de la noche: The International Noise Conspiracy. Pero la noche estaba para el retorno de los m¨ªticos Pixies, banda que cambi¨® con su estilo de guitarras sucias las expectativas del rock pre-grunge, y la descarga solemne de nu metal de los californianos Korn. Ambos, que empezaron a tocar despu¨¦s del cierre de la primera edici¨®n de este diario, fueron los responsables de que la afluencia de espectadores del segundo d¨ªa equilibrara la m¨¢s floja entrada del primero.
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