Desconfianza y miedo
Bajo la presi¨®n del G 7 y otros organismos financieros, Arabia Saud¨ª, el l¨ªder indiscutible de la OPEP, anunci¨® con anterioridad a la reuni¨®n informal del cartel que tuvo lugar en Amsterdam, su decisi¨®n unilateral de bombear 9,1 millones de barriles diarios en junio, lo que significa exceder en 1,4 millones de barriles su cuota oficial y en unos 800.000 barriles su producci¨®n real del mes de abril. Seg¨²n el secretario de Energ¨ªa de EE UU, Spencer Abraham, otros miembros de la OPEP, incluidos Kuwait, la Uni¨®n de Emiratos ?rabes y Nigeria, habr¨ªan manifestado su intenci¨®n de secundar el ejemplo en la medida de sus posibilidades.
Tras esta declaraci¨®n de buenas intenciones, los consumidores esperan ahora que la reuni¨®n de Beirut oficialice un aumento de producci¨®n por parte de la OPEP. El presidente del cartel, Purnomo Yusgiantoro, ha manifestado al respecto la posibilidad de que la organizaci¨®n busque un impacto psicol¨®gico e incremente en 2,3 millones de barriles su producci¨®n oficial diaria (23,5 millones de barriles) o que incluso decida suspender temporalmente la aplicaci¨®n de sus cuotas.
Sin embargo, estas expectativas de un aumento de cuotas no parece que vayan a producir en el mercado el efecto bals¨¢mico deseado. Por varias razones. Al margen de que no se aprecia unanimidad en el seno del cartel, muchos analistas piensan que, para aprovecharse de los altos precios actuales, la mayor¨ªa de los miembros de la OPEP est¨¢n ya produciendo todo lo que pueden, muy por encima de sus cuotas oficiales, de forma que el aumento anunciado podr¨ªa convertirse, como ya ha sucedido otras veces, en una simple oficializaci¨®n de una situaci¨®n de facto.
Dentro de este cuadro de desconfianza general, llama la atenci¨®n que ¨¦sta se haga extensiva a Arabia Saud¨ª, sobre todo porque la pr¨¢ctica ha sancionado repetidamente el papel del reino como comod¨ªn del mercado.
?Qu¨¦ ha cambiado para que hoy, en v¨ªsperas de la reuni¨®n de Beirut, el mundo desconf¨ªe de la capacidad de Arabia Saud¨ª para sacarnos otra vez del atolladero? Sin duda, los ¨²ltimos ataques terroristas han infringido un serio da?o a la credibilidad de Arabia Saud¨ª. No porque los ataques hayan ocasionado una interrupci¨®n del flujo de crudo, que circula con normalidad a sus destinos. El problema es que la cr¨ªtica situaci¨®n que vive el reino plantea dudas sobre el futuro de los cerca de 30.000 t¨¦cnicos extranjeros que actualmente resultan vitales para mantener la producci¨®n de sus campos. En este sentido, la recomendaci¨®n del Departamento de Estado de EE UU para que sus ciudadanos abandonen cuanto ante el pa¨ªs podr¨ªa significar la puntilla.
Mariano Marzo es profesor de Recursos Energ¨¦ticos de la Universidad de Barcelona.
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