V¨ªctimas indirectas
La psic¨®loga Mar¨ªa Teresa Garrido apoya a mujeres con hijos drogodependientes para que recuperen su autoestima
"Cuando la droga entra en una familia, ¨¦sta se rompe como un jarr¨®n de porcelana. Aunque se pueda reconstruir, siempre puede volver a resquebrajarse, y empiezas a preguntarte en qu¨¦ has fallado como madre". ?stas son las palabras de Capilla Cano, una de las integrantes de la Asociaci¨®n de Familias de Ayuda al Drogodependiente (AFAD) de Ja¨¦n. En ellas se resume el sentimiento de fracaso y la sensaci¨®n de culpa de muchos familiares que conviven con un drogodependiente. Ayudarles a afrontar esta dram¨¢tica situaci¨®n es uno de los objetivos de la psic¨®loga Mar¨ªa Teresa Garrido, voluntaria desde hace a?o y medio en AFAD.
Todo comenz¨® cuando esta joven de 27 a?os decidi¨® invertir su tiempo libre en una actividad que pudiera "enriquecer" la teor¨ªa aprendida en la universidad. "Ten¨ªa ganas de ayudar y de sentirme ¨²til, y me acerqu¨¦ hasta AFAD porque trabajar en la prevenci¨®n de la drogadicci¨®n siempre me ha llamado la atenci¨®n", explica.
Aunque la asociaci¨®n est¨¢ abierta a todos los familiares y los mismos drogodependientes, siempre son las madres las primeras y, pr¨¢cticamente las ¨²nicas, en acudir. "Son las otras v¨ªctimas de la drogodependencia. Est¨¢n convencidas de que son las ¨²nicas responsables de que su hijo haya ca¨ªdo en el mundo de la droga", afirma.
Capilla Cano tiene siete hijos, dos de ellos heroin¨®manos durante 14 a?os. "Es muy duro ver c¨®mo un hijo se autodestruye y pierde su juventud en prisi¨®n por culpa de la droga. Ahora, despu¨¦s de mucho trabajo y esfuerzo, ya est¨¢n rehabilitados y han rehecho su vida. Casi no me lo creo", subraya esta mujer con una inmensa sonrisa.
Capilla y Mar¨ªa Carrascosa son las m¨¢s veteranas de la asociaci¨®n. El hijo de Mar¨ªa, una mujer de 69 a?os, tambi¨¦n ha dejado de consumir, pero ella sigue sin conciliar el sue?o hasta que no comprueba que su hijo regresa a casa "sano y salvo".
"En la asociaci¨®n podemos desahogarnos y recibimos la comprensi¨®n y el apoyo que no encontramos ni en la familia ni en el conjunto de la sociedad. Cuando las cosas van bien, no pasa nada. Pero cuando algo se tuerce dentro de una casa, parece que las madres somos las ¨²nicas que podemos y debemos tirar del carro", a?ade Carrascosa.
Mar¨ªa Teresa Garrido asegura que el problema de la drogadicci¨®n repercute en toda la unidad familiar y causa situaciones conflictivas y sentimientos negativos hacia el mundo y hacia uno mismo: "Nuestra intenci¨®n es mejorar la calidad de vida de las madres, fomentando el disfrute del tiempo libre y ofreciendo un espacio que, en la medida de lo posible, las libere de la presi¨®n a la que est¨¢n sometidas d¨ªa a d¨ªa".
Entre las actividades que desarrollan, las madres participan en talleres de relajaci¨®n, autoestima y habilidades sociales. "Es muy importante mejorar la comunicaci¨®n entre ellas mismas y, sobre todo, en sus respectivas familias. Tambi¨¦n procuramos que reconozcan lo positivo que tienen en sus vidas y todo lo que han hecho por sus familias", a?ade la psic¨®loga.
Afad. 953 274 116. Calle Maestro Cebri¨¢n, 1, 1? N.
Las ¨²ltimas en saberlo
La Asociaci¨®n de Familiares de Ayuda al Drogodependiente naci¨® en 1987 de la mano de un grupo de madres para atender las necesidades de los toxic¨®manos y sus familias. Entre ellas se encontraba Capilla Cano, actualmente presidenta de la asociaci¨®n. "Aunque mis hijos ya est¨¢n rehabilitados continuo en la asociaci¨®n porque no sabr¨ªa qu¨¦ hacer sin ella. Adem¨¢s, la experiencia de las madres veteranas puede ayudar al resto", explica.
Sin embargo, estas mujeres son conscientes de que asumir que un hijo es drogodependiente es muy dif¨ªcil. "Somos las ¨²ltimas en enterarnos y nos resistimos a admitirlo. Pero tenemos que ser duras y enfrentarnos al problema, aunque nuestros hijos jueguen con nosotras, nos hagan sentir las personas m¨¢s malas del mundo y los vecinos nos miren de reojo por tener un hijo drogadicto", a?ade la presidenta, haciendo hincapi¨¦ en que la droga puede atacar a "cualquiera, sin ning¨²n tipo de distinciones".
A la asociaci¨®n acuden una decena de madres aunque al tel¨¦fono de atenci¨®n, disponible las 24 horas del d¨ªa, recibe continuamente llamadas de familiares preocupados. "Existen muchos prejuicios sociales y a las familias les cuesta reconocer p¨²blicamente que su hijo es drogodependiente, y no s¨®lo hablamos de hero¨ªna, sino de coca¨ªna, pastillas o alcohol", apunta la psic¨®loga.
Junto al programa de intervenci¨®n terap¨¦utica con familiares, AFAD tambi¨¦n tiene puesto en marcha otro con un educador de calle, que trabaja con chavales que han empezado a "coquetear" con las drogas. Adem¨¢s, otro psic¨®logo, Carlo D?Amininci, es el responsable del programa de prevenci¨®n. La asociaci¨®n organiza conferencias en institutos y actividades de calle para informar y prevenir cualquier tipo de adicci¨®n. Recientemente, intercambiaron cigarrillos por preservativos en la Universidad de Ja¨¦n, y reconocen que podr¨ªan llevar a cabo m¨¢s actividades con m¨¢s voluntarios.
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