Luz espectral
Jos¨¦ Mar¨ªa Sicilia (Madrid, 1954) alcanz¨® r¨¢pidamente la fama internacional a principios de los a?os ochenta, cuando la pintura espa?ola promet¨ªa que iba a recuperar las cotas de otros tiempos, realizando unos cuadros en los que gruesos y violentos trazos silueteaban contundentemente la forma de objetos o edificios. A principios de los a?os noventa su forma de trabajar cambi¨® radicalmente realizando cuadros con im¨¢genes delicuescentes en los que s¨®lo aparec¨ªan grandes superficies claras con tenues sombras, a la vez que se sirvi¨® de la cera, aplicada en finas capas, para velar las figuras que, m¨¢s que verse, se intu¨ªan.
La cera no ser¨¢ para Sicilia un material m¨¢s del que se puede servir para realizar sus obras pict¨®ricas, sino que se convierte en s¨ªmbolo de las abejas y en met¨¢fora de la luz. De las superficies de aquellos cuadros, que ha realizado durante m¨¢s de una d¨¦cada, afloran acontecimientos crom¨¢ticos que se pueden asimilar a la forma de delicados p¨¦talos que se abren como fogonazos de luz. Sin duda alguna, el dominio de la tersura conseguido con la cera, la sutileza de las transparencias y la delicadeza de los matices crom¨¢ticos caracterizan el trabajo que Sicilia ha realizado en los ¨²ltimos doce a?os, pero la propia materia que se erige en protagonista de las obras, la cera, le conduce al artista a un camino cegado. Tal vez por eso ahora prescinde de ella y presenta unos dibujos sobre papel japon¨¦s en los que representa con fidelidad fotogr¨¢fica colmenas y rosas, lo que enlaza tem¨¢ticamente con su obra anterior.
JOS? MAR?A SICILIA
Galer¨ªa Soledad Lorenzo
Orfila, 5. Madrid
Hasta el 19 de junio
Trabajadas por las dos caras del papel, estas obras siguen jugando con efectos de luz espectral y con transparencias, pero las figuras dibujadas resultan blandas, peligrosamente triviales e, incluso, decorativas. Muy particularmente una serie dedicada a las rosas, cuyos p¨¦talos se diluyen en empalagosos tonos pastel, o las ¨²ltimas obras en las que grupos de rosas, en una metamorfosis manierista, en vez de formar un ramo adoptan las t¨¦tricas formas de calaveras, en una especie de vanitas que recuerda aquellas postales de principios de siglo XX en las que las estampas m¨¢s acarameladamente rom¨¢nticas se ve¨ªan en un juego metam¨®rfico como im¨¢genes de la muerte. Los caminos que adopta el artista son inescrutables ya que si quiere avanzar en su trabajo debe afrontar grandes riesgos, pero la senda ensimismada que ha tomado ahora Jos¨¦ Mar¨ªa Sicilia hacia una figuraci¨®n preciosista con veladas alegor¨ªas no parece que le permita mantener f¨¢cilmente aquel prestigio alcanzado al principio de su carrera.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.