El Parlamento Europeo se moviliza
Los presidentes de tres grupos pol¨ªticos debaten f¨®rmulas para acercar a los ciudadanos la Euroc¨¢mara, cuyas decisiones tienen cada vez un papel m¨¢s importante en la Uni¨®n y en sus ciudadanos
El nivel de participaci¨®n en los comicios europeos puede ser el m¨¢s bajo de la historia. Los asuntos europeos en los que el Parlamento Europeo tiene cada vez m¨¢s capacidad de decisi¨®n apenas tienen reflejo en la opini¨®n p¨²blica. El espa?ol Enrique Bar¨®n (socialista) cree que la prensa tiene una gran responsabilidad en ello, una idea que comparte el dan¨¦s Jens-Peter Bonde (euroesc¨¦ptico de la Europa de las Democracias y las Diferencias), y que en realidad las decisiones del Parlamento Europeo tienen un impacto fundamental en la vida de la gente. El franc¨¦s Daniel Cohn-Bendit (verde), que copreside el ¨²nico grupo que se presenta con una campa?a unificada para toda Europa, tiene una visi¨®n federalista de Europa y niega que los debates se circunscriban a los asuntos meramente nacionales. Bonde deplora el modelo de construccci¨®n europea y clama por desembarazarse del gobierno de funcionarios instalado en Bruselas.
Cohn-Bendit: "Hace a?os que no conseguimos que surja un espacio p¨²blico europeo. Hay debates apasionantes de los que casi no se habla"
Bonde: "La gente est¨¢ m¨¢s interesada por los Parlamentos nacionales, y los grandes l¨ªderes nacionales no se presentan a las europeas"
Bonde: "Nadie sigue las enmiendas propuestas por el Parlamento Europeo, pese a que influyen en la legislaci¨®n ambiental, social y econ¨®mica"
Cohn-Bendit: "Los verdes europeos llevan a cabo una campa?a europea sobre la Constituci¨®n, la pol¨ªtica ambiental, la gen¨¦tica"
Bar¨®n: "En las elecciones hace falta cierto elemento dram¨¢tico, un reto, y a veces nos resulta dif¨ªcil transmitirlo a los ciudadanos"
Bar¨®n: "M¨¢s valdr¨ªa que nos ocup¨¢semos de los temas que interesan verdaderamente al Parlamento y en los que tenemos competencias"
Pregunta. ?Por qu¨¦ s¨®lo el 40% de los ciudadanos dice que piensa votar en las pr¨®ximas elecciones europeas?
Bonde. Es una paradoja: en las cinco elecciones anteriores, la participaci¨®n electoral no ha dejado de disminuir y ha pasado del 63% al 49%, mientras que, en ese mismo periodo, el poder del Parlamento Europeo ha aumentado hasta tal punto que tiene m¨¢s influencia sobre la vida diaria de los ciudadanos que sus Parlamentos nacionales. Pero la gente est¨¢ m¨¢s interesada por los Parlamentos nacionales y los grandes l¨ªderes nacionales no se presentan a las europeas, por lo que preveo un nuevo descenso significativo de la participaci¨®n.
P. ?Este desinter¨¦s no se deber¨¢ a que las campa?as se dedican a temas nacionales?
Cohn-Bendit. No es as¨ª en todas partes. Los Verdes europeos llevan a cabo una campa?a europea sobre la Constituci¨®n, la pol¨ªtica ambiental, los organismos gen¨¦ticamente modificados... La acci¨®n de No?l Mam¨¨re a favor del matrimonio entre homosexuales tambi¨¦n entra en una realidad europea. En Europa hay diferencias, y No?l Mam¨¨re milita para lograr que se armonicen por arriba la legislaci¨®n y la libertad de orientaci¨®n sexual.
Bonde. Nuestros ciudadanos tienen posturas muy distintas sobre estos temas seg¨²n los pa¨ªses. En Dinamarca, el matrimonio homosexual existe desde hace a?os, y en este tipo de cosas estamos muy por delante de pa¨ªses cat¨®licos como Polonia y Malta. En estos aspectos no deber¨ªa existir una legislaci¨®n europea.
Cohn-Bendit. Lo que est¨¢ en juego no es tener una legislaci¨®n com¨²n. En Francia se lucha para cambiar las leyes francesas. Pero hay que encontrar soluciones con una perspectiva europea, puesto que los ciudadanos tienen libertad de circulaci¨®n y trabajo en Europa. ?C¨®mo vamos a tratar a una pareja de homosexuales daneses que quiera establecerse en Francia o Italia con sus hijos? Cuando pase la frontera, ?le vamos a decir que sus hijos ya no son sus hijos? ?De qu¨¦ r¨¦gimen fiscal y qu¨¦ seguridad social van a disfrutar?
Bar¨®n. Yo estoy a favor del matrimonio entre homosexuales y el aborto, pero no voy a hacer la campa?a del se?or Mam¨¨re. M¨¢s valdr¨ªa que nos ocup¨¢semos de los temas que interesan verdaderamente al Parlamento y en los que tenemos competencias, como la clonaci¨®n terap¨¦utica, con repercusiones directas para los programas europeos de investigaci¨®n. En este ¨¢mbito hay un debate genuino entre los conservadores y Los Verdes, y tiene consecuencias econ¨®micas concretas para Europa.
P. Pero, en esos debates, el Parlamento Europeo carece de visibilidad. ?C¨®mo se explica?
Bar¨®n. En 1976, en el primer n¨²mero de EL PA?S, hab¨ªa un gran titular que dec¨ªa que el Parlamento Europeo apoyaba la democracia en Espa?a. Todo el mundo lo comprendi¨®. Nuestras acciones tienen un eco definido, sea en la lucha contra la enfermedad de las vacas locas o en nuestros informes sobre el Prestige o la concentraci¨®n de los medios de comunicaci¨®n. Ahora bien, en las elecciones hace falta cierto elemento dram¨¢tico, un reto, y a veces nos resulta dif¨ªcil transmit¨ªrselo a los ciudadanos. Si se explica que, con el euro, el ¨²nico organismo que puede impedir que las comisiones bancarias sean excesivas es el Parlamento, todo el mundo lo entiende. De modo que hay que luchar y explicar las alternativas de la forma m¨¢s clara y simple posible. Claro que, en esto, los medios tienen una parte de responsabilidad. Ahora estoy haciendo campa?a por la Constituci¨®n Europea, la estrategia de Lisboa y Goteburgo [que persigue el desarrollo duradero y pretende convertir Europa en la econom¨ªa m¨¢s competitiva del mundo], o sobre el papel de Europa en el mundo. Hablo de todo eso, y la prensa no recoge m¨¢s que los comentarios que hago sobre la pol¨ªtica interior espa?ola.
Bonde. Efectivamente, no es un problema del Parlamento Europeo, sino de la prensa. Los medios no tienen m¨¢s que uno o dos periodistas en Bruselas para informar sobre la mayor¨ªa de las leyes que afectan a su pa¨ªs, pero cientos para hablar de las leyes nacionales. Como consecuencia, las leyes de Bruselas salen de una caja negra. No se conocen los resultados de las votaciones en el Consejo, porque las decisiones las toman en secreto unos grupos de trabajo compuestos por funcionarios. Nadie sigue las enmiendas propuestas por el Parlamento Europeo, pese a que influyen en la legislaci¨®n ambiental, social y econ¨®mica mucho m¨¢s que las leyes elaboradas por los Parlamentos nacionales; es decir, no hay debate ni toma de conciencia europea.
Cohn-Bendit. Hace a?os que no conseguimos que surja un espacio p¨²blico europeo. Por ejemplo, el Parlamento Europeo se enfrent¨® al Consejo y a la Comisi¨®n cuando rechaz¨® el acuerdo firmado con Estados Unidos sobre el control de los datos personales de los pasajeros en los vuelos transatl¨¢nticos. Se trata de un debate apasionante sobre las libertades individuales. Sin embargo, casi no se habl¨® de ello. Si un Parlamento nacional hubiera rechazado un acuerdo firmado entre su Gobierno y Estados Unidos, la cuesti¨®n habr¨ªa llenado p¨¢ginas.
P. ?Tienen la impresi¨®n de que el Parlamento Europeo ha madurado y ya no se dedica a aprobar resoluciones sobre las islas Granadinas, como le reproch¨® Jacques Delors?
Bar¨®n. Si lo que quiere son frases ingeniosas, se puede decir que el Parlamento Europeo es una torre de Babel que funciona, o una mezcla entre la Asamblea de la ONU y una facultad en mayo de 1968. Pero seamos serios. Hay cierta diferencia entre los t¨®picos del pasado, que muchas personas siguen transmitiendo, y la realidad. Las decisiones que tomamos nosotros tienen repercusiones fundamentales en la vida de los europeos, y la organizaci¨®n del Parlamento en grupos pol¨ªticos funciona: en el 90% de los casos, las decisiones se aprueban en funci¨®n de las orientaciones pol¨ªticas de los diputados, y no de su origen geogr¨¢fico. Es decir, trabajamos como un Parlamento normal.
Cohn-Bendit. Hay que dejar de decir tonter¨ªas. Por un lado, se citan frases de Jacques Delors, de hace 35 a?os, y, por otro, a un euroesc¨¦ptico como Bonde, que afirma que el Parlamento Europeo tiene m¨¢s poder que los Parlamentos nacionales. ?Cu¨¢l de las dos cosas es verdad?
Bonde. La respuesta es f¨¢cil: los Estados y los Parlamentos nacionales han perdido muchas competencias, pero no se las han transferido al Parlamento Europeo, sino a los funcionarios, el Consejo y la Comisi¨®n. El Parlamento Europeo no aprueba leyes. Propone enmiendas, que sabe que tienen posibilidad de ser aceptadas por el Consejo s¨®lo si las aprueba la Comisi¨®n. O sea, no somos un aut¨¦ntico Parlamento.
Cohn-Bendit. ?Quiere usted una Europa federal en la que el Parlamento Europeo tome decisiones y la Comisi¨®n sea el Gobierno?
Bonde. Reconozco que la idea de una Europa federal, aunque no sea mi opci¨®n, es una propuesta democr¨¢tica para abordar el problema del d¨¦ficit de democracia en Europa. En cualquier caso, deber¨ªamos acabar con el sistema actual de gobierno de los funcionarios. Porque a?ado que, a diferencia de los Parlamentos nacionales, el Parlamento Europeo no nombra al Gobierno.
P. Precisamente, la designaci¨®n del presidente de la Comisi¨®n no ocupa un papel central en la campa?a europea, como si ustedes hubieran renunciado a tener algo que decir en el asunto.
Bar¨®n. No es verdad que el Parlamento Europeo desprecie la elecci¨®n del presidente de la Comisi¨®n. Jacques Santer y Romano Prodi tuvieron que pelear para lograr el apoyo del Parlamento. Es un tema que nos interesa mucho, y en el proyecto de Constituci¨®n hemos conseguido que sea el Parlamento el que elija al presidente de la Comisi¨®n. De todas formas, el pr¨®ximo presidente tendr¨¢ que lograr un fuerte respaldo por parte del Parlamento y su designaci¨®n no podr¨¢ realizarse si tiene en contra al grupo socialista.
Cohn-Bendit. S¨ª, esperen y ver¨¢n. Si -como dicen los rumores- el Consejo Europeo propone a Wolfgang Sch¨¹ssel para la presidencia de la Comisi¨®n, el Parlamento Europeo le rechazar¨¢. Igual que Guy Verhofstadt, que va a salir derrotado en las elecciones regionales y tendr¨¢ imagen de perdedor. Le rechazar¨¢n en el Consejo los ingleses, que le considerar¨¢n demasiado federalista, y el Parlamento Europeo, que le juzgar¨¢ demasiado liberal. El Parlamento va a ejercer su poder en la elecci¨®n del presidente de la Comisi¨®n, que ser¨¢ mucho m¨¢s dif¨ªcil de lo que todo el mundo cree.
P. Ustedes hacen campa?a sin anunciar con qu¨¦ partidos van a aliarse. ?Asistiremos a una gran coalici¨®n entre el PSE y el PPE, que se repartir¨¢n los puestos?
Cohn-Bendit. Voy a luchar hasta el ¨²ltimo minuto para que haya una mayor¨ªa de centro-izquierda o de centro-derecha, pero ninguna gran coalici¨®n. Se ver¨¢ en la primera votaci¨®n del Parlamento, para elegir a su presidente. Ser¨ªa horrible inaugurar la primera legislatura de la Europa ampliada con un matrimonio de elefantes que no tendr¨ªa ning¨²n significado y s¨®lo responder¨ªa a los deseos de los democristianos y los socialdem¨®cratas alemanes [preocupados por repartirse los esca?os en el Parlamento Europeo]. Pero ellos no tienen poder absoluto para decidir lo que pasa en el Parlamento, y espero que logremos detenerlos.
P. Se?or Bar¨®n, ?comparte usted esta postura?
Bar¨®n. Depende. La ¨²ltima vez, defendimos una l¨ªnea progresista y pro-europea frente a la coalici¨®n de derechas, pero Daniel Cohn-Bendit y Los Verdes no apoyaron al candidato socialista. Ahora he advertido un giro copernicano en su actitud. De momento, estamos en campa?a. Queremos que haya una mayor¨ªa pro-europea progresista. En Espa?a ya hemos dado ejemplo, puesto que hemos incorporado a Los Verdes a nuestra lista. Y esa postura va en el sentido que desea Cohn-Bendit.
P. ?C¨®mo van a vivir en el nuevo Parlamento con unos sueldos de diputado que van de 1 a 10 y unos gastos globales sobrevalorados que han costado una campa?a de prensa en el norte de Europa?
Bonde. Tenemos algo de responsabilidad en la abstenci¨®n del electorado. Si en el Parlamento Europeo hubi¨¦ramos hecho limpieza, los electores habr¨ªan tenido incentivos para votar. El problema es que la mayor¨ªa del grupo socialista y el partido popular no estaba preparada para esa reforma. Espero que, despu¨¦s de las elecciones, tengamos la mayor¨ªa necesaria para poner en pr¨¢ctica un sistema de reembolso de los gastos reales.
Cohn-Bendit. Para reformar el sistema de reembolso de los gastos, necesitamos un estatuto nuevo para los parlamentarios. Algunos van a ganar 600 euros al mes y otros 11.000. Eso va a generar un mal ambiente.
Bonde. No estoy de acuerdo con la idea de un sueldo ¨²nico. Si a un diputado checo se le dan 9.000 euros, como se hab¨ªa propuesto, podr¨¢ venir a Bruselas a cobrar, pero en su pa¨ªs le rechazar¨¢n, porque ning¨²n checo podr¨¢ soportar que gane cinco veces m¨¢s de lo que gana el presidente de la rep¨²blica.
Cohn-Bendit. La idea de tener un sueldo ¨²nico es una falsa buena idea, pero es preciso que el Parlamento Europeo organice un reequilibrio que favorezca a los que ganan menos, por ejemplo con un sueldo de 2.500 al mes. As¨ª ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil obtener la mayor¨ªa para debatir el reembolso de los gastos reales.
Bonde. Ese compromiso podr¨ªa aceptarlo, porque lo importante es poner orden en el Parlamento.
Bar¨®n. Recu¨¦rdese que en el Parlamento aprobamos un estatuto ¨²nico del diputado, pero que cuatro pa¨ªses -Francia, Alemania, Austria y Suecia- bloquearon el proyecto a principios de a?o. Todav¨ªa no nos han explicado por qu¨¦ se opon¨ªan a esta reforma. Son ellos quienes deben dar alg¨²n paso. Espero que cambien de opini¨®n y que el Parlamento pueda aprobar, al mismo tiempo, la reforma del estatuto y la de los gastos.
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