Banderillas para Armstrong
Mayo se impone a Hamilton y al ganador de cinco Tours
Entr¨® en la ¨²ltima curva comi¨¦ndose las vallas. Desde la meta se le ve¨ªa, como si fuera Fernando Alonso, apurando la frenada hasta el ¨²ltimo segundo, el pen¨²ltimo metro, pero tanto la apur¨® que tuvo que frenar en seco, a un cent¨ªmetro de la valla. "Y tuve que recomenzar de cero, parado, y subir el ¨²ltimo repecho, y perder¨ªa dos o tres segundos". S¨ª, as¨ª se vio llegar a Iban Mayo, nariz afilad¨ªsima, a juego con sus piernas, sus rodillas en punta, delgado, fino, inmenso. As¨ª, por los pelos, gan¨® el pr¨®logo de la Dauphin¨¦ Lib¨¦r¨¦, una prueba nacida para poner en juego el orgullo de los campeones, poner a prueba su frialdad. Faltan cuatro semanas para el Tour. Los favoritos est¨¢n en Francia, en los Alpes, preparados para la primera batalla, la psicol¨®gica.
Hace cuatro d¨ªas, Lance Armstrong, que tambi¨¦n corre la Dauphin¨¦, prueba decisiva para comprobar su preparaci¨®n de cara al intento colosal de ganar un sexto Tour consecutivo, anul¨® una conferencia de prensa prevista para ayer. "Quiere concentrarse en la carrera", dijo su encargado de prensa, el jovial ex ciclista suizo Jogi M¨¹ller. Ayer tambi¨¦n salieron publicadas en la prensa francesa un par de frases previas del americano. "No, no estoy en la Dauphin¨¦ para ganar, ya lo hice el a?o pasado. Mi ¨²nica intenci¨®n es probarme en la cronoescalada del Mont Ventoux". "?Ja!", dijo Mayo, "eso no se lo cree ni ¨¦l. Si no, no habr¨ªa hecho el pr¨®logo que ha hecho".
En el medio de los poco m¨¢s de cinco kil¨®metros del recorrido estaba la cima de un peque?o repecho -un kil¨®metro al 9%- y por all¨ª pas¨® Armstrong con 5s de retraso respecto a Mayo. El resto, hasta meta, era un vertiginoso descenso, el territorio en el que quienes piensan a largo plazo -y Armstrong, confiesa, s¨®lo piensa en el sexto Tour- no arriesgan, se supone, ganancias futuras por frutos tempranos. Hace ocho a?os, en el mismo recorrido y en las mismas condiciones -v¨ªspera del asalto al sexto Tour, prueba psicol¨®gica en la Dauphin¨¦ Lib¨¦r¨¦-, Miguel Indurain marc¨® el mejor tiempo en el la primera parte, la de la subida. Luego, se dej¨® hacer bajando y el especialista ingl¨¦s Chris Boardman, que se arriesg¨®, gan¨® el pr¨®logo. Armstrong no fue ayer Indurain. Armstrong en el descenso no fren¨®. Baj¨® por las calles de la coqueta estaci¨®n de esqu¨ª a la sombra del Mont Blanc como si all¨ª se jugara el Tour. Le lim¨® 3s a Mayo. Se qued¨® corto por dos. Tampoco fue segundo Armstrong, puesto que logr¨® su compatriota Tyler Hamilton, cabeza de lista de un impresionante Phonak, un equipo suizo que bajo la direcci¨®n de ?lvaro Pino parece revivir el esp¨ªritu del Kelme de hace cinco a?os y coloc¨® a cinco corredores entre los ocho primeros: Hamilton, Pereiro -un gallego que gan¨® el s¨¢bado la Cl¨¢sica de los Alpes-, Quique Guti¨¦rrez, ?scar Sevilla y el franc¨¦s Dessel.
Hace 12 meses Armstrong estuvo a punto de perder el Tour en la Dauphin¨¦. Una ca¨ªda bajando Les Gets y el constante acoso de Mayo hicieron al norteamericano gastar m¨¢s de lo que ten¨ªa previsto para imponerse en la carrera alpina. Mayo termin¨® segundo y continu¨® su tarea de acoso en el Tour, banderillas de todos los colores. Armstrong habla de haber aprendido las lecciones, pero aparte de Mayo empieza a pensar que quiz¨¢s se le est¨¢n multiplicando los rivales. Porque tambi¨¦n est¨¢ Hamilton, y le llegan noticias de los progresos de Ullrich.
Y luego est¨¢ la troupe de espa?oles, tantos corredores que parecen terminar su hibernaci¨®n en cuanto empiezan a oler el aroma del Tour y ven c¨®mo el asfalto empieza a calentarse. Est¨¢n el Liberty de Manolo Saiz que ya ha afinado a Heras -ganador ayer de la Bicicleta Vasca- y ha exhibido sus fuerzas la semana anterior, con la exaltaci¨®n de Vicioso, Koldo Gil y Marcos Serrano, y est¨¢ el Mancebo del Baleares, ganador el s¨¢bado -d¨ªa glorioso: victoria espa?ola en todos los frentes- de una etapa en la Vuelta a Alemania.
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