?Agua va!

Cuenta atr¨¢s para las elecciones al Parlamento Europeo del domingo 13 de junio. Visible desmovilizaci¨®n ante una convocatoria que en otras ocasiones se ha visto animada con la coincidencia de comicios municipales o auton¨®micos. Inauguraci¨®n de los debates en televisi¨®n entre los cabezas de las diferentes listas, desaparecidos durante los ocho a?os de gobierno del partido aznarista instalado en la arrogancia y en la descalificaci¨®n de los adversarios, sobre todo en cuanto dejaron de ser necesarios. Intentos, enseguida abandonados por Mariano Rajoy, de convertir las urnas del d¨ªa 13 en segunda vuelta de las generales del 14 de marzo.

Designaci¨®n de Jaime Mayor Oreja al frente de la hueste pepera y de Jos¨¦ Borrell para liderar a los socialistas. Extra?eza en la composici¨®n de las listas. Incomprensible postergaci¨®n de primeros espadas como I?igo M¨¦ndez Vigo o Ignacio Salafranca para acomodar a gentes extravagantes por lo que toca al europe¨ªsmo como Luis de Grandes, Pilar del Castillo, Crist¨®bal Montoro o Luis Herrero. Recuperaci¨®n del lenguaje de la amenaza. Si ustedes hablan de la implicaci¨®n del aznarismo en la guerra de Irak nosotros traeremos a colaci¨®n la cuesti¨®n del GAL. Disposici¨®n a seguir pasando p¨¢ginas hacia atr¨¢s saltando por encima de los ocho a?os de responsabilidad gubernamental.

Desencuentro para los nuevos debates a dos previstos en televisi¨®n. Hoy todo indica que Borrell esperar¨¢ a Mayor en TVE mientras que Mayor esperar¨¢ a Borrell en Antena 3 TV y, en consecuencia, cada uno de ellos tendr¨¢ enfrente la silla vac¨ªa de su fallido interlocutor de manera incomprensible para los electores. Entonces, ?d¨®nde est¨¢ la instituci¨®n capaz de salvar esas diferencias y ofrecer un campo neutral donde se pudiera celebrar ese segundo debate en presencia de las c¨¢maras y de los presentadores de una y otra cadena? ?Podr¨ªa pensarse, por ejemplo, en la Asociaci¨®n de la Prensa de Madrid, en la Asociaci¨®n de Periodistas Europeos, en el Movimiento Europeo o en la Fundaci¨®n del Diario Madrid?

Salida a la cancha para calentar al grader¨ªo del presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, y del l¨ªder del primer partido de la oposici¨®n, Mariano Rajoy. Impresi¨®n de que ninguno de los dos ha interiorizado la situaci¨®n inaugurada tras el inicio de la nueva legislatura. Zapatero comparece en Valencia sin tener en cuenta que el poder cambia el sentido de sus palabras aunque ¨¦stas permanezcan literalmente iguales. Dice que "si he tra¨ªdo las tropas, c¨®mo no voy a traer el agua". Pero el repliegue de los efectivos militares espa?oles enviados a Irak fue una decisi¨®n acorde con la imposibilidad que ten¨ªan en circunstancias de hostilidades generalizadas de cumplir las misiones encomendadas de estabilidad, reconstrucci¨®n y ayuda humanitaria que exclu¨ªan el combate.

Si el regreso a casa de nuestras unidades fue resultado de la coherencia y se hizo de manera ejemplar, en absoluto puede significar el ah¨ª os qued¨¢is o s¨¢lvese quien pueda. Espa?a est¨¢ comprometida con la suerte de Irak y tiene que prestar su colaboraci¨®n como Francia o Alemania en el Consejo de Seguridad para que Naciones Unidas aporte la soluci¨®n que se necesita. Nuestra condici¨®n de aliados s¨®lidos de Estados Unidos para nada se ha puesto en cuesti¨®n, porque la decisi¨®n del Gobierno Zapatero est¨¢ basada en la lealtad anudada entre pa¨ªses soberanos que respetan sus ¨¢mbitos de autonom¨ªa nacional y que saben manifestarse sus desacuerdos en aras precisamente de los valores que comparten.

O sea que, volviendo a la cuesti¨®n, traer las tropas de Irak no puede exhibirse como una haza?a de Popeye, ni garantiza el agua para Valencia. Porque una cosa es el bast¨®n de mando y la obediencia disciplinada de las Fuerzas Armadas y otra la vara de Mois¨¦s que hizo brotar el agua en el desierto del Sina¨ª. Otra cosa a considerar es que el secretario de Defensa Rumsfeld la emprenda con vaticinios p¨²blicos de m¨¢s atentados en Espa?a o que el presidente Bush d¨¦ estatus de "aliado preferente a Marruecos", de cuyo lado se puso cuando la retrocesi¨®n de Ifni o la marcha verde sobre el S¨¢hara.

En cuanto a Mariano Rajoy baste decir por hoy que se le ech¨® de menos en Canarias junto a su candidato Mayor Oreja, tan crecido en la indignaci¨®n como aureolado de derrota.