Sobre el nuevo terrorismo internacional
En la lucha contra el terrorismo resulta esencial que el diagn¨®stico sobre lo que tenemos enfrente sea lo m¨¢s correcto para dise?ar una estrategia lo m¨¢s efectiva posible a la hora de combatirlo.
Parece evidente que el nuevo terrorismo no tiene territorio concreto, ni patria determinada; la globalizaci¨®n lo impregna todo, incluida la internacionalizaci¨®n de la violencia. El terrorista y sus apoyos se pueden encontrar en cualquier parte del mundo, lo mismo que sus refugios y lugares de entrenamiento. El nuevo terrorismo no busca la desestabilizaci¨®n de un Estado, el derrocamiento de un gobierno o el acceso al poder pol¨ªtico en un pa¨ªs concreto. Es principalmente un terrorismo de respuesta irracional que pretende hacer el mayor da?o posible a sus supuestos enemigos tratando de demostrar que sin grandes ej¨¦rcitos se puede golpear duramente en el coraz¨®n de los pa¨ªses m¨¢s desarrollados. Para ello recurre a las matanzas m¨¢s execrables dirigidas prioritariamente contra la poblaci¨®n civil. El terror lo consiguen asesinando a ciudadanos indefensos. Uno de los instrumentos que usan es el del terrorista suicida que se inmola en la acci¨®n de destrucci¨®n indiscriminada y que por sus caracter¨ªsticas es uno de los m¨¢s dif¨ªciles de combatir y detectar. Como todo terrorismo tiene un claro componente de fanatismo fundamentalista que en este caso adem¨¢s se nutre de un vector religioso derivado de una interpretaci¨®n aberrante del Islam, que necesita sustentarse en el odio. Adem¨¢s parece que gozan de recursos econ¨®micos suficientes o que no tienen serias dificultades para obtenerlos. Para comunicarse ya no disponen s¨®lo de "correos" personales, sino que tambi¨¦n saben aprovecharse de la revoluci¨®n que supone Internet. Es preciso se?alar que no estamos ante una ¨²nica organizaci¨®n, sino que al parecer son m¨¢s de sesenta protegidas por un paraguas com¨²n que es Al Qaeda, lo cual hace m¨¢s dif¨ªcil su desarticulaci¨®n.
En la lucha contra el terrorismo es esencial saber si la decisi¨®n de la utilizaci¨®n de la violencia tiene su "causa" en un conflicto real o no. Muestra de este segundo supuesto pueden constituirlo las Brigadas Rojas en Italia, la Banda Baader Meinhoff en Alemania o los Grapos en Espa?a. En estos casos, con buena informaci¨®n y eficacia policial es suficiente para combatirlos. En el primer supuesto, si el conflicto es real, tendr¨¢ un apoyo social determinado, y si adem¨¢s se nutre del nacionalismo excluyente o del fundamentalismo religioso, estamos ante una forma de violencia que no es f¨¢cil de combatir ni de derrotar definitivamente.
En el caso del nuevo terrorismo internacional existen elementos suficientes como para se?alar que se alimenta de conflictos reales que utiliza como bandera de sus movilizaciones y acciones violentas, siendo los m¨¢s notorios la situaci¨®n del pueblo palestino en el Medio Oriente, la ocupaci¨®n militar de Irak, las amenazas latentes sobre Ir¨¢n y Siria, y la demostraci¨®n de que el actual Gobierno de Estados Unidos recurre sistem¨¢ticamente a la fuerza para resolver los conflictos. A partir de esta acumulaci¨®n de problemas y agravios se construye la teor¨ªa de la agresi¨®n de la primera potencia de Occidente y sus aliados contra el mundo ¨¢rabe y la propia civilizaci¨®n isl¨¢mica. Espero que no se confunda la menci¨®n a determinados conflictos como si se hiciera a modo de justificaci¨®n del terrorismo. Todo lo contrario, creo que ning¨²n terrorismo tiene justificaci¨®n y que por ejemplo la causa palestina ser¨ªa m¨¢s digna si determinadas organizaciones que han utilizado el terrorismo y pertenecen a la OLP no lo hubieran hecho. Los civiles jud¨ªos muertos en atentados contra autobuses, discotecas, manifestaciones, mercados, etc¨¦tera, han envilecido la causa palestina incrementando el apoyo al radicalismo sionista y dificultando cualquier pacto de estabilidad para el futuro. Esto es tan cierto como lo es el que un problema mal resuelto durante d¨¦cadas pueda generar acciones terroristas cada vez m¨¢s espectaculares desde la desesperaci¨®n.
Por lo tanto, el nuevo terrorismo construye sus justificaciones y argumenta la necesidad de sus brutales atentados a partir de conflictos que son reales y que incluso se agrandan a trav¨¦s de la propaganda en la mente sectaria y fanatizada de los violentos. Todo terrorismo de esta naturaleza logra un apoyo social m¨¢s o menos amplio tambi¨¦n en virtud de c¨®mo se explotan los sentimientos de las v¨ªctimas de las poblaciones afectadas. En su consecuencia, uno de los par¨¢metros b¨¢sicos de la lucha contra un terrorismo de estas caracter¨ªsticas consistir¨¢ en disminuir y restar apoyo social a la causa de los violentos. Si combatimos el terrorismo en nombre de la defensa de los derechos humanos, primordialmente el derecho a la vida, la democracia, la tolerancia y la paz no pueden nuestros pa¨ªses, con la excusa de las exigencias de la lucha antiterrorista, utilizar los ej¨¦rcitos regulares para perpetrar matanzas civiles, ocupar pa¨ªses utilizando la brutalidad de la fuerza contra ciudadanos indefensos, torturar prisioneros, no respetar las normas m¨ªnimas sobre la guerra pactadas en la Convenci¨®n de Ginebra y en sus posteriores desarrollos, y practicar el terrorismo de Estado selectivo. Es decir, no podemos comenzar a parecernos a los terroristas que combatimos.
No conviene olvidar que ya todo es televisado. Se podr¨¢n ocultar muchas cosas, pero el mundo ¨¢rabe tambi¨¦n tiene la posibilidad de ver todos los d¨ªas, ni?os, mujeres, ancianos y, por qu¨¦ no, hombres inocentes pertenecientes a su cultura y al mundo isl¨¢mico asesinados por los ej¨¦rcitos regulares y en el caso de los palestinos por parte de Israel. Cada bombardeo televisado sobre una ciudad del mundo isl¨¢mico genera sentimientos de odio hacia el mundo occidental, pudiendo tener un efecto movilizador del terrorismo integrista.
Este tipo de acciones, adem¨¢s, no est¨¢ siendo eficaz. El de la efectividad pudiera ser el ¨²ltimo argumento de los partidarios de la "respuesta brutal", pero no est¨¢ siendo as¨ª. Hoy hay m¨¢s terrorismo y m¨¢s inseguridad en el mundo que antes de la guerra de Irak. Parece que el nuevo terrorismo internacional no se combate eficazmente invadiendo pa¨ªses porque, como se?al¨¢bamos al principio, una de las caracter¨ªsticas del mismo es que no tiene territorio, ni patria, lo cual no quiere decir que no operen en determinadas partes del mundo donde hay que buscarlos y combatirlos. Un problema tan complejo requiere de una soluci¨®n elaborada en el ¨¢mbito de una "inteligencia superior, sutil y coordinada", y no deber¨ªa quedar en manos de los halcones que reducen todas las alternativas a la mera utilizaci¨®n de la fuerza.
Si las anteriores l¨ªneas sirven como contribuci¨®n a una aproximaci¨®n, a un diagn¨®stico de urgencia sobre el nuevo terrorismo internacional, se puede comenzar a sentar unas bases estrat¨¦gicas sobre qu¨¦ hacer y c¨®mo combatirlo:
a) El fen¨®meno que tenemos enfrente tiene car¨¢cter mundial. Si as¨ª lo deciden los terroristas, pueden actuar en cualquier parte del mundo. En su consecuencia, la respuesta no puede ser unilateral, sino que debe concitar el m¨¢s amplio consenso en el concierto de las naciones para demostrar fuerza y cohesi¨®n uniendo al mundo libre en la lucha contra el nuevo fanatismo fundamentalista que pone en peligro la idea de una humanidad presidida por la concordia y la tolerancia.
b) La respuesta debe ser democr¨¢tica y limpia. No se pueden utilizar los mismos o peores m¨¦todos que los terroristas. Si las organizaciones violentas que tenemos enfrente no tuvieran apoyo social, se pudiera discutir, al margen de consideraciones ¨¦ticas, la necesidad de la "respuesta brutal". La experiencia demuestra que cuando los terroristas tienen apoyo social, no se deben generar ni nuevos h¨¦roes, ni m¨¢s m¨¢rtires, ni m¨¢s sentimientos de odio, ni m¨¢s v¨ªctimas civiles, ni m¨¢s muertos innecesarios. La respuesta tiene que ser dura, pero democr¨¢tica y selectiva. Debe operar el principio de "precisi¨®n": cualquier acci¨®n debe afectar s¨®lo a los terroristas, no a ciudadanos inocentes, aunque vivan a veinte metros de aqu¨¦llos.
c) Los conflictos reales no resueltos que se encanallan y perpet¨²an en el tiempo constituyen un soporte argumental y un vivero de futuros terroristas. Una de las prioridades en la lucha contra el nuevo terrorismo mundial deber¨ªa ser, por ejemplo, resolver, calmar o apaciguar el conflicto jud¨ªo-palestino en el Medio Oriente. Es imposible pensar que las partes implicadas, por el odio acumulado, puedan ser capaces de alcanzar un armisticio o un camino que conduzca a la paz. ?sta debe ser impuesta mediante una acci¨®n coordinada por Estados Unidos, la Uni¨®n Europea, Rusia y los pa¨ªses del mundo ¨¢rabe que est¨¦n de acuerdo con el cumplimiento de las resoluciones de la ONU. Impuesta quiere decir de obligado cumplimiento con presencia de tropas internacionales que garanticen el respeto de las nuevas fronteras y los pactos de convivencia vigilada que se alcancen.
d) El mundo ¨¢rabe o el Islam, como se prefiera, no es homog¨¦neo ni en las formas de Estado, ni en el grado de respeto a la democracia, ni en el componente religioso del Estado. Existen pa¨ªses ¨¢rabes amigos, deseosos de colaborar con Occidente y de desmentir que el problema es el de un choque de civilizaciones. El mundo occidental debe extremar al m¨¢ximo las relaciones con estos pa¨ªses, cuidarlos con esmero y convertirlos en aliados en la lucha contra el terrorismo para esgrimir ante el fundamentalismo isl¨¢mico que las relaciones de amistad, cooperaci¨®n y entendimiento pueden ser mucho m¨¢s beneficiosas que las del enfrentamiento basado en el agrandamiento de las relaciones de odio y del "rencor global". Se trata de establecer "zonas de confianza", que produzcan descompresi¨®n, disminuci¨®n de la tensi¨®n y reducci¨®n de las tendencias extremistas. Vistas las caracter¨ªsticas del nuevo terrorismo mundial, no es complicado llegar a la conclusi¨®n de que uno de los elementos de que se nutre y le sirve de movilizaci¨®n es el odio hacia el mundo occidental. Todo lo que contribuya a generar este tipo de sentimiento debe ser radicalmente descartado.
e) Es evidente que adem¨¢s de lo que antecede es esencial para alcanzar el ¨¦xito, disponer de buenos servicios de informaci¨®n vinculados internacionalmente, desarrollar una eficaz estrategia de infiltraci¨®n, utilizar a los mejores t¨¦cnicos en inform¨¢tica para detectar las conexiones que se produzcan a trav¨¦s de la red, contar con expertos en el mundo isl¨¢mico y sus m¨²ltiples variantes, y finalmente atraer al mayor n¨²mero posible de musulmanes en cada pa¨ªs decididos a colaborar y a luchar contra el terrorismo. Todo ello, adem¨¢s, requiere de una seria y profunda coordinaci¨®n internacional.
Transparencia democr¨¢tica. Eficacia de los servicios de informaci¨®n. Disminuci¨®n del odio y de los apoyos sociales mediante la resoluci¨®n de los conflictos m¨¢s sangrientos y m¨¢xima coordinaci¨®n internacional constituir¨ªan los ejes b¨¢sicos de una estrategia global en la lucha contra el nuevo terrorismo.
Jos¨¦ Mar¨ªa Benegas Haddad es diputado por Vizcaya y vicepresidente de la Comisi¨®n de Exterior del Congreso de los Diputados.
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