Homenaje a la resistencia intelectual de Ruedo Ib¨¦rico
La Residencia de Estudiantes rescata la actividad de la revista y editorial antifranquista
Eran tiempos en los que hab¨ªa que vacunarse contra la amnesia y contra la enanez intelectual del franquismo. Pero, claro, hab¨ªa que hacerlo desde el exilio, en Par¨ªs, donde se cre¨® un ant¨ªdoto potente que ayud¨® a salvar la verg¨¹enza de un pa¨ªs ahogado por el nacionalcatolicismo. Para eso se fund¨® Ruedo Ib¨¦rico, un arma que se recupera ahora, 20 a?os despu¨¦s de su cierre, en una exposici¨®n abierta en la Residencia de Estudiantes hasta el 25 de julio.
"La amnesia se vence con voluntad", escribe en el cat¨¢logo Nicol¨¢s S¨¢nchez-Albornoz, uno de los fundadores en 1961 de la aventura en Par¨ªs y que ayer present¨® en Madrid la exposici¨®n Ruedo Ib¨¦rico, un desaf¨ªo intelectual, de la que es comisario. Le acompa?aban Marianne Brull, compa?era en aquella batidora intelectual que dirig¨ªa con entusiasmo, y a costa de disgusto y desgaste, Jos¨¦ Mart¨ªnez. Jos¨¦ Garc¨ªa Velasco, director de la Residencia, asegur¨® que "hasta que nos comprometimos a organizar la exposici¨®n, Nicol¨¢s no ha dejado de perseguirme", dec¨ªa, con ¨¦l al lado.
La persecuci¨®n ha dado sus frutos y se ve en las vitrinas de la Residencia repletas de papeles, de libros ya m¨ªticos publicados por la marca, que lleg¨® a editar m¨¢s de 140 t¨ªtulos, y de algunos de los 66 n¨²meros que existen de la revista Cuadernos de Ruedo
Ib¨¦rico, donde aparec¨ªan caricaturas de Franco con complejo de Napole¨®n o retratos de curas trabucaires firmados por Antonio Saura y Eduardo Arroyo, realizados en los tiempos de la publicaci¨®n peri¨®dica y que ha cedido la Fundaci¨®n Antonio P¨¦rez, de Cuenca, para la muestra.
Pintores rabiosos por no haber disfrutado de la libertad de expresi¨®n desde que hab¨ªan nacido; escritores, pensadores de las generaciones posteriores a la guerra que se hab¨ªan creado con el silencio como comuni¨®n; j¨®venes intelectuales que aguantaban como pod¨ªan el erial del anticonocimiento desde dentro y firmaban con otros nombres. "Hemos incluido en nuestra nueva p¨¢gina web (www.ruedoiberico.org) un ¨ªndice de seud¨®nimos que fueron fundamentales para nuestro trabajo", aseguraba Brull.
Entre los objetos, sobresalen ediciones famosas y ¨¦xitos de venta y distribuci¨®n de la casa como La guerra civil, de Hugh Thomas; El laberinto
espa?ol, esa obra maestra de Gerald Brenan; un libro sobre el Opus, de Jes¨²s Ynfante, o Espa?a
hoy, un volumen con art¨ªculos de varios autores sobre la Espa?a del militarismo agonizante que corr¨ªa de mano en mano, clandestinamente, por las trastiendas de las librer¨ªas.
Tambi¨¦n hay documentos del precio que les cost¨® su descaro, con la fachada de su sede destruida por una bomba. Era el peaje a pagar por poner en marcha un experimento subversivo de estas caracter¨ªsticas, que sigue despertando pasiones: "Quienes me ayudaron a montar esta exposici¨®n", recuerda S¨¢nchez-Albornoz, "no sab¨ªan qu¨¦ era Ruedo Ib¨¦rico. Pero su fuerza traspasa generaciones, porque les ha interesado tanto, que ahora saben de ello m¨¢s que yo", explicaba el historiador.
Las actividades sobre esta experiencia intelectual no se limitar¨¢n a la exposici¨®n inaugurada ayer. El d¨ªa 15 tendr¨¢ lugar un seminario sobre Ruedo Ib¨¦rico en el que participar¨¢n Jorge Sempr¨²n, Santos Juli¨¢, Jos¨¦ ?lvarez Junco y Jorge Herralde. Ese d¨ªa tambi¨¦n se har¨¢ sentir por todas las esquinas la sombra de Jos¨¦ Mart¨ªnez, impulsor y motor de esta fascinante m¨¢quina intelectual creada por cinco personas, adem¨¢s de ¨¦l y S¨¢nchez-Albornoz, como fueron Ram¨®n Vilad¨¢s, Vicente Girbau y Elena Romo, que alentaron la resistencia a la alucinaci¨®n nacional del r¨¦gimen, con poco disimulo para no ocultar verdades que muchos no quer¨ªan o¨ªr.
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